Mujer de mercado.

Aquí estoy,
No hay día en que falte
Se abren las venas de un callejón
Son puestos y bultos, trabajo y amor.
Mis manos saludan el jornal labriego
Nadie sabe mi nombre, me llaman María
Y me tratan de vos
Camino de prisa la venta es urgente
Soy niña y adolescente
Abuela y otrora una ilusión.
Mi sonrisa cansada de tanto ajenar
Los años ajados son tan disparejos
Han hecho una mella en mi mirar.
Mi voz es precisa
Ninguna cornisa por donde escapar
Enfrento la vida, mi pulso es voraz
Marchanta me dicen, así india nomás.
Nadie sabe mi pena, soy inexistente
Invocación en la intemperie
Un delantal y una medida
Un puño de fruta y agonía.
Sigiloso el cobrador
El hambre que ofende
La chispa que anuncia
Hay que echar la bendición
La primera venta es siempre la puerta
Siete montes y una oración
Una herradura y una trenza de ajos
Qué nadie lo sepa esto es un secreto
Confín de mercado, ritual a confiar.
Llegada la tarde se recoge la venta
Se cuenta el dinero, mañana es igual
La misma rutina, el mismo cansancio
Y la vieja mella en el triste mirar.
-Para las musas que alegraron mis días en el mercado de Ciudad Peronia, a ustedes mi amor y mi reverencia; siempre-.
Ilka Oliva Corado.
Marzo 09 de 2014.
Estados Unidos.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.