La fotografía de un crío que cargaba en su espalda una cajita de cereal que utiliza como bolsón para ir a estudiar, se hizo viral en la redes sociales. Al parecer el niño asiste a una de las tantas escuelas públicas de la nación guatemalteca.
De por sí la imagen es una denuncia profunda que no debería despertar comentarios como: “pobrecito el niño pero qué valiente por atreverse a ir a la escuela así y soportar las burlas”.
“Ay Dios Santo, Padre Celestial cuídalo, en tus manos lo pongo, protégelo y que salga adelante.”
“Esos niños son los que salen adelante y llegan a ser grandes”. “Ay qué dolor, se me desgarra el alma de ver su pobreza, Señor de Esquipulas por favor ayúdalo”
Y así van los comentarios. Otros que dicen que en sus comunidades hay muchos niños así y que de verdad pobres porque no tienen quién les ayude y a ellos se les parte el alma de verlos en tal miseria, que cuando miran niños así dan gracias a Dios porque ellos sí han podido ir a la escuela.
De otro calibre: “yo cuando puedo les llevo ropita vieja que les sobra a mis hijos, es una gran ayuda para ellos y evité tirarla en la basura”. “En la universidad realizamos el proyecto Día del Cariño con Niños Pobres: les hicimos tarjetitas y les llevamos dulces y nos vestimos de payasos, qué alegres se sintieron y sí da pena ver la pobreza en que viven, gracias a Dios nosotros no vivimos así.” –Por supuesto de universidad privada tenían que ser-.
“Virgen de Guadalupe lo pongo en tus manos, ayúdalo a salir adelante no lo abandones”.
Para cuando la fotografía de las niñas que fueron rescatadas en una red de trata que las explicaba laboralmente – y no dudo que sexualmente- los comentarios no variaron tanto.
“Ay mis gordas, qué triste noticia”. “Por donde vivo sucede lo mismo, montón de niñas tienen trabajando y no les dan comida ni descanso, desgraciados ojalá se pudran en el infierno”. “Malditos hijos de la gran puta”. “Desgracia de país”. “Mis niñas qué dolor me da, tienen la edad de mis hijas”. “Señor Santo, qué alegría saber que las rescataron”.
Con el caso de la niña de dos años que desapareció y la policía logró rescatarla al siguiente día. “Ay María madre de Dios, gracias por salvarla”. “ La Sangre de Cristo tiene poder, está a salvo”. “Nosotros oramos antes de acostarnos y la incluimos en la oración, me alegra saber que está bien y que la rescataron”.
Piensan que con sus rezos están ayudando a que la violencia termine, a erradicar la pobreza, a eliminar la hambruna, a que los gobernantes sean honrados, habiéndolos ellos escogido con sus votos.
Grupos de estudiantes de último año en carrera de Humanidades comentan ante la realidad del país: ay mis niños, qué tristeza da verlos con sus ropitas rotas y sin comer todo el día. Decidimos hacer el esfuerzo de no comprar refacción en la universidad durante una semana y con el dinero recaudado les compramos juguetes, por lo menos para alegrar a algunos. Fuimos a una aldea y ay Dios sus casas, agua nos ofrecieron pero no tomamos porque nos podíamos enfermar. Qué bien nos sentimos de poder ayudar en algo.
O cuando un conserje de una universidad privada necesita ayuda para una operación a corazón abierto, para que digan que están ayudando a “un pobre y que sí son solidarios” se toman la foto poniendo el dinero en un sobre y la hacen viral, o bien recurren a sus contactos para que publiquen un artículo en algún medio escrito, radial o televisivo y anuncie: ¡estudiantes de la universidad tal están realizando recaudación de fondos para ayudar a uno de los conserjes del plantel que en estos momentos necesita de una operación a corazón abierto! Pero ellos eso es solidaridad. Pero cuando van en sus carros ven caminando a ese mismo conserje y en lugar de ofrecerle jalón aceleran y si se atraviesa le echan el carro encima.
Le pagan a un niño para que les lustre los zapatos a la salida de al universidad y todavía piden rebaja. Hablan de indígenas y se refieren a ellos como “los indios patas rajadas”, hablan de gente de arrabal y dice que son “shumos y mucos”.
Pero públicamente son solidarios y solidarias en sus clases media y alta, cuando no son capaces de ver de frente sino que miran hacia abajo y ofrecen limosnas.
Cuando saben de un caso de una compañera de universidad que fue violada por compañeros o amigos en común, guardan silencio porque de seguro ella se lo buscó “y aquellos han sido buena onda conmigo ni modo que yo les salga con esa trastada de denunciarlos”, “pero lo bueno es que no salió embarazada eso alivia la situación, es que denunciarlos les arruinaría la vida a ellos y a sus familias”. Y yo pregunto: ¿y la patoja que violaron qué? O sea ella pobre pero ni modo son cosas que pasan todos los días…
Es que hay un maestro en una escuela que está violando alumnas y ya lo tenemos comprobado pero es hijo de un amigo de mi papá y conocemos a su familia desde hace tiempo y de verdad que no es justo que les destruyamos la vida denunciándolo. ¿Y las niñas violadas qué?
Su papá la violó nosotros vimos en más de una ocasión cómo la golpeaba en el monte y ahí la violaba ese hijo que ella tuvo es de él, pero no denunciamos porque el señor es el dueño de los camiones donde sacamos la cosecha y la vamos a vender a la capital, si sabe que denunciamos nos va a joder y no vamos a encontrar cómo venderla. Además con cosas de familia en donde no tenemos que ver nada nosotros.
En el caso de la niña secuestrada que lograron rescatar, resulta que medio mundo había estado orando la noche anterior y cuando supieron que estaba a salvo, hicieron viral su fotografía con palabras como: “Señor tú eres perfecto gracias por escuchar mis oraciones y salvarla”. “Jesucristo amado, gracias por mantener a salvo a esta criaturita”. “Ayer fuimos a la iglesia y oramos por ella, qué alegre saber que está a salvo”. “Ay mi niña tan bella, la lograron rescatar”.
Pero pues, resulta que las alertas Alba-Keneth ni por asomo las comparten porque “muy feas para decorar mi muro”. De la importancia de las alertas Alba –Keneth sería un excelente tema para trabajo de unidad en centros educativos de, primaria, básicos, diversificado y educación superior. El nivel de apatía es tan profundo que hay que atacarlo desde la raíz. –Ya sé que debería ser en el hogar pero dadas las circunstancias la escuela es un buen principio-.
Hacer virales las alertas de crías desaparecidas es una obligación y más si se tienen los medios al alcance. No piense en que un día puede ser su hijo o hija, o su sobrina, piense en que es una cría que está en peligro y una familia que está desesperada y si usted puede ayudar a su rescate sería magnífico.
Si puede denunciar sería hermoso, lo puede hacer de forma anónima. Este país necesita que su pueblo se involucre de otra forma seguiremos cayendo en el abismo.
Si usted ve que están explotando laboralmente y sexualmente a alguien en estas redes de trata de personas, no se quede con la boca cerrada, las oraciones podrán ayudar pero le aseguro que es más efectivo denunciar porque esto agiliza el rescate y pone fuera de combate a quienes están operando en estas redes. Si tiene duda de que en algún lugar puedan tener a personas secuestradas vaya y denuncie de forma anónima si teme por su vida al hacerlo con su nombre. Formas hay, lo que necesita este país es que la ciudadanía se involucre y sea parte del cambio.
Respecto al tema de las niñas que han sido explotadas laboralmente en las tortillerías, a lo largo de los años he escuchado a hombres decir que: esas inditas pisadas ricas son, no hay necesidad de pagar en prostíbulos, ellas solitas se entregan solo es de irlas a saludar de vez en cuando y de ahí cuando van a hacer la masa se las lleva uno al monte y de un tirón cae el refajo, mejor manjar se disfruta uno, solo hay que quitarse el asco. Ese mismo tipo de comentarios he escuchado ahora que hace unos días lograron rescatar a algunas. A quienes no les ha sorprendido la noticia porque lo ven todos los días, y han dicho: “pero eso pasa en todos lados normal es” déjenme decirles que están peor que los que trafican con personas, porque sabiendo y viendo son parte del silencio que solapa y que tortura a las personas que están siendo violentadas física y sexualmente en estas redes.
Pero bueno, exigirle capacidad de indignación a un pueblo apático, acomodado, de doble moral, solapador, sumiso, es como pedirle peras al olmo. Pero no pierdo la ilusión de que el olmo un día de frutos de variedad: denuncia, solidaridad, dignidad, justicia, identidad y sobre todo sensibilidad. Ya sé, hoy amanecí más necia que lo de siempre y hablando fumadas pasadas de moda.
Ilka Oliva Corado.
Febrero 17 de 2014.
Estados Unidos.