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La niña del jornal.
Ella deshila las horas Entre el surco y el algodón Sus manos sangrantes lloran Es una niña, trabaja de sol a sol Su espalda se ha dormido No quiere despertar Sus pies son dos latidos En las brasas de la inequidad Sed y hambre la acompañan El cansancio la habitó Sus ojos dos piedras negras Color de