Inminente deportación.

Una realidad insoslayable que vivimos las personas indocumentadas de inquilinas en país extraño es sin lugar a dudas la posibilidad de una inminente deportación.
Posibilidad que muchos prefieren ignorar, no sentirla cerca, no vivir con la claridad de mente y de corazón que, en cualquier instante las circunstancias cambian y que podemos regresar a nuestros países de origen en los famosos vuelos que aterrizan con cientos de personas atadas de manos y pies, cual esclavas de un sistema pútrido y oportunista.
Las fechas de fin de año son las más tristes, nostálgicas y peligrosas para las personas sin documentos. El frío del invierno de por sí ya deprimente para miles, se torna catastrófico con las trampas puestas por autoridades migratorias. Salir a buscar en casa ajena el abrazo de media noche o compartir la cena para evadir la soledad es letal, porque ese instante de desamparo lo saben aprovechar las autoridades migratorias y los policías de turno que en su mayoría sufren de xenofobia , se hacen las redadas masivas que nunca son tema de noticiero nocturno, éstas se manejan en complicidad del silencio y de la calumnia. Reporteros que deben informar prefieren callar, ya que estos tipos de eventos son parte de la normalidad del día a día en un país como Estados Unidos.
Realmente a nadie interesa las cifras de deportados. Mucho menos si dejan familia: hijos, esposo, esposa. Con la ropa que andan puesta se los llevan y así llegan a sus países de origen, de donde partieron con un sueño o con la sed y el hambre. Para la explotación laboral somos la mano fuerte, el brazo robusto, la pierna rolliza, la espalda ancha. Pero también somos las personas debiluchas e invisibles para cualquier enmienda de la ley que nos permita tener papeles.
Para los días de fin de año también se labora con ritmo habitual, las calles están vacías de tráfico y son los indocumentados los que transitan rumbo al trabajo, quedan expuestos a los ojos de docenas de policías que se estacionan en puntos clave para observar el perfil racial y atacar a los más vulnerables. Multas de tránsito sin ningún motivo hacen que las personas que conducían sin licencia del Estado vayan a dar a centros de detención para deportación.
Las noches de Navidad y Noche Buena son fatales y traicioneras para quien sale de sus alcantarillas en busca de calor humano, en la negrura de la noche se hacen redadas masivas y para los primeros días del año salen los vuelos a devolver los cientos de migrantes que lo único que buscaban era una oportunidad de superación que sus países de origen les negó.
Mejor llorar la nostalgia en sus trincheras que salir a convertirse en la presa que busca el cazador. Si le gusta el licor mejor emborracharse acurrucado en la esquina de su cama fría que salir a buscar con quien brindar. Caliente un plato de frijoles y se los come y no salga en busca del tamal. Porque tan sacrificante fue la travesía en la frontera que no vale la pena convertirse en trofeo para un policía racista debido a que la melancolía lo traicionó a usted . Es prudente y válido tatar de no provocar. Aunque se sabe de sobra que la migra arrasa cualquier día del año.
Romántica es la idea de una reforma migratoria que se sabe no aparecerá, nadie debería de basar sus sueños, sus metas, sus objetivos en la plataforma de una estabilidad legal que llegará con la reforma, mucho menos vivir como si nunca le tocará enfrentarse con el trago amargo de una deportación. Es necesario sentarse frente a la mesa con la cabeza fría, una hoja de papel y un lápiz y estudiar la idea de qué hacer cuando ese momento llegue, que es muy posible. ¿A quién llamar para que se haga cargo de sus cosas materiales? Me refiero a cancelar la cuenta de teléfono, vender su automóvil si tiene uno, desocupar el apartamento, ¿qué hacer con su ropa, su cama y el dinero que guarda bajo el colchón? ¿Tiene esta persona una copia de la llave de su apartamento? Todas estas cosas son necesarias, usted pasará unos días solamente en la cárcel antes de ser deportado, necesita firmar algunos papeles para poder vender los inmuebles, de lo contrario desde su país de origen se complicaría todo. Aunque las cosas materiales son lo de menos, también es cierto que hay esfuerzo de su trabajo ahí y no es justo que nadie se aventaje de su deportación.
Tantos casos conocidos en que a quien deportaron pensó que nunca le sucedería y perdió lo poco que hizo en tierra extranjera por no haber dejado arregladas las cosas, dinero que le ayudaría mucho en su país de origen por muy poco que éste sea.
Por salud mental y física hay que palpar la realidad y enfrentarse a ésta, respirar, laborar y transitar a sabiendas que las circunstancias cambian y que en cualquier momento podremos estar subidos en ese avión con las manos esposadas y con grilletes en los tobillos y cuando ese momento llegue si es que ha de llegar, retornar con la frente en alto porque nada hemos robado a nadie, ningún delito hemos cometido, salvo el de buscar una oportunidad de desarrollo.
Este año se incrementaron las deportaciones ocho veces más de la cantidad usual, el siguiente año aumentarán las cifras porque es la misión de este gobierno y de este sistema.
Una cosa es leer en los periódicos, ver en los noticieros los temas que citan la realidad de los migrantes sin documentos y otra muy distinta es estar viviendo en territorio minado, con el estrés que genera tantos padecimientos físicos y mentales, porque se le teme a una deportación como a la muerte misma. No nos van a mandar a otro país sino al nuestro, será obligado y no por nuestra propia decisión y no en nuestro tiempo pero no nos van a mandar a otro continente ni a la Antártida ni a ningún desierto sin agua ni pan, nos van a mandar a nuestra tierra. Hay que pensarlo así para no enfermarse. Volverá a empezar de cero, como todo el mundo en algún momento de su vida, de eso está hecha: de constantes inicios y ciclos terminados. No es justo, definitivamente no lo es, porque la tierra no debería de tener fronteras y porque migrar es un derecho humano pero, los vulnerables somos nosotros peleando contra las fauces de un sistema que calcina, entonces organicémonos con las posibilidades claras y palpantes.
Para quien recibe las remesas en los países de origen por más que intente imaginar cómo es la vida de su familiar emigrado no podrá jamás sentir el sudor helado que le congela las venas cuando se realiza una redada, cuando un policía lo detiene en medio de la carretera, cuando tocan la puerta de su apartamento. Ni sentir el desvelo, ni el cansancio de horas extenuantes de trabajo mal remunerado. Ni el racismo ni las humillaciones. No, el familiar que se quedó recibe las remesas que le ayuda a tratar de mantener una estabilidad económica que no le permita bajar al nivel de miseria. Extraña sí, pero está en su tierra, con su gente y no es perseguido por su perfil racial, por no hablar bien el idioma, por no tener documentos y ésas son diferencias abismales en un país capitalista e industrial como lo es Estados Unidos. Desventaja por donde quiera que se le mire para quien vive aquí sin documentos que le acrediten el tránsito libre y derechos laborales y de salud.
El año está por terminar y entre el 31 de diciembre y el 1ro de enero se realizarán retenes en las carreteras –como todos los años- con el pretexto de medir nivel de alcohol en las personas que conducen, pero con la única finalidad de deportar gente, es así como en entrevista de prensa ellos se lavan las manos y tienen cómo justificar las detenciones. Porque si usted es indocumentado y no está ebrio pues deberían dejarlo ir y no sucede así, están preparados con camionetas estacionadas y perreras y docenas de patrullas para encerrar no a borrachos sino a personas sin documentos, celebran los policías porque han logrado a cabalidad la meta de fin de año.
Seguimos aquí y si en cualquier momento las circunstancias cambian no se martirice porque nos vamos a ir con una mano adelante y otra atrás, que no se le olvide que así venimos. Pero nos vamos con mucha experiencia, con la humildad de haber trabajado honestamente y con la conciencia de que la vida está hecha de finales y de inicios, de caídas y de la fuerza de levantarnos las veces que sean necesarias. Experiencia que no hubiésemos obtenido de no habernos atrevido a salir de los horizontes conocidos para surcar otros: privilegio por donde quiera que se le vea y no lo tienen muchas personas. Una deportación no es el fin de mundo, hay otros mundos que nos faltan por explorar. Que sea la venia la que se sorprenda cuando nos visite, tenga abierto su corazón, su mente y su espíritu a los cambios, no sea agua estancada, visualice ser el cauce de un riachuelo que fluye constantemente, esto le permitirá tener paz y tranquilidad en medio de cualquier adversidad que pueda traer una deportación.
Por vida suya, no cometa la estupidez de dejar a sus crías aquí en manos de familiares porque considere que este país es mejor que el suyo y que su sacrificio valdrá la pena al verlos graduados de universidad y con casa propia, muchas cosas pueden pasar en el transcurso, como perder la esencia de la vida en la confusión. Prefiéralas proletarias, obreras, campesinas que también es digno pero con conciencia y honestidad: si llega la deportación a sus crías las echa adelante suyo, a tuto o a mecapal pero se las lleva. –Si ellas aun no tienen edad para decidir quedarse-.
No me haga caso y no se tome en serio mis palabras, usted sabrá qué hacer si el momento llega.
Ilka Oliva Corado.
Diciembre 28 de 2013.
En mi tabuco.

4 comentarios

  1. Te aseguro que si las carceles de aqui’ no fueran privadas. Los indocumentados no estari’an pasando por esta crisis. Estos duenos HDP de los hoteles/carceles no estuvieran detra/s de nuestra gente. Aqui’, especialmente en el medio oeste, esta’ repleto de europeos del este y a estos nadie los chinga. Te deceo lo mejor en este agno benidero a vos y a toda tu familia.

  2. Vicente Antonio Vásquez Bonilla

    Ilka linda: Me ponés triste, siempre pieso en vos, que te controlen por medio de esta página o por mala suerte en cualquier redada y que vengás en uno de esos aviones, como vos decis, sólo con la ropa que cargas puesta. Qué Dios te proteja. Besos con sabor a chipilin, Chente.

    • Chentof: no se te olvide ni un segundo que esta realidad yo la decidí vivir desde el instante mismo en que emigré. Y tengo la fuerza de carácter – faltaba más- para afrontar con dignidad la deportación si un día llega. Habrá terminado entonces esta aventura y seguramente me embarcaré en otra empresa. Consciente estoy que mi estadía aquí es de inquilina. Agradezco que pensés en mí, mano vos sos a toda ley. Besos, corazón.

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