Desierto de Níger.

Aquí estamos expuestos
Con nuestros cuerpos disecados
Somos los emigrados
Que el desierto asesinó
 
Peregrinos del camino
Invisibles trotamundos
Nosotros los del inframundo
que morimos con dolor
 
En el ocaso de la ilusión anochecida
Agriada la congoja no puede más que llorar
su desconsolada aflicción adolorida
 
hemos perdido la vida
por la desventura de migrar
en la penumbra de un viaje sin retorno
 
maleteadas las nostalgias
empaquetados los adioses
tristes recuerdos feroces
nos velarán
 
Ahí en el silencio enlutado
A la intemperie en llama viva
Desaparecieron nuestras vidas
Nadie las contará
 
Dirán tal vez que emigramos
Buscando lo no perdido
Solo quien tiene un hijo
Entiende qué es ser mamá
 
Cuando lloran de hambre
Y tu lastre heredado
Es grillete de esclavo
Que no te deja andar
 
Darles el sustento
Que tu pecho ya no puede
Que tu patria se niegue
A verte respirar
 
 
Buscás en otro suelo
Una desdicha menos fatigada
Con la esperanza aun lozana
Y con  el anhelo de progresar
 
 
Aquí están nuestros cuerpos
Los de mis hijos y el mío
Nuestros nombres nadie  mencionará
 
Seremos acaso noticia de un segundo
En pantalla internacional
Ahí quedaron los migrantes
En desierto  de Nigeria
Buscaban llegar a Argelia
No lo pudieron lograr.
 
Para   las almas de 87 emigrantes encontrados hoy en el desierto de Níger. Siete hombres, 32 mujeres y 48 crías. Y para todos los que murieron, están muriendo y morirán en los desiertos del mundo entero, emprendiendo la aventura de emigrar.
 
Ilka Oliva Corado.
Octubre 30 de 2013.
Estados Unidos.

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