Y a nosotras las mujeres de la revolución.

Comparto los poemas. Uno escrito expresamente con vocablo aldeano, campesino, de mi natal Jutiapa cada letra adrede para enamorar a la maestra que parió la aldea Las Ánimas. El otro para ellas, para todas ellas: las emprendedoras, las luminarias, las luciérnagas, las chicharras de más de un verano, que son inspiración de poesía mundana, sublevada…  Hoy para ellas, las que no son mencionadas en cada aniversario del honrado  de 20 de octubre y que sin ellas ninguna revolución hubiese visto la  luz del día.
Y  a nosotras las mujeres de la revolución.
¿Quién nos nombra?
¿Quién nos recuerda?
A nosotras, ¿quién nos evoca?
¿Quién conmemora nuestra valentía?
Aquella fiel osadía de sublevación
Y a nosotras,
Las invisibles de siempre
¿Habrá alguna mención honorífica que se digne a resaltar
Que la mujer de aquellos días fue cornisa y bulevar?
Y a nosotras,
¿quién nos pregunta?
¿quién nos avista?
¿quién nos reconoce?
¿Quién nos considera?
Quién se estremece con la ilusión
De otrora cantos entonando liberación
Y a nosotras,
Ancestras del vendaval
¿Quién nos respeta?
¿Quién  nos deja ofrendas florales?
A nosotras:
poetas,
campesinas,
artistas,
obreras,
intelectuales,
proletarias,
costureras, descalzas
indígenas, mestizas
criollas, ladinas
A nosotras: las del sufragio
Las de los sindicatos,
Manifestaciones,
Las escritoras, pintoras, cantoras
Tejedoras, ceramistas, bordadoras,
Madres, jóvenes, estudiantes
Las de plan y ladera
A nosotras hijas de ancestras  pensantes
Sintientes, actuantes
A nosotras las de la lucha perenne
Las venidas de tiempos inmemoriales
Las de las tumbas, las de los genocidios atávicos
Las de la opresión religiosa
Las en eterna rebeldía contra el patriarcado
Nosotras en contienda con la  diferencia de clases
Las que buscamos la equidad,  albedrío
Las que defendemos: la tierra, nuestro derecho a decidir
Nuestro cuerpo,
La voz, la denuncia, la justicia, la alegría
¿Y a nosotras? Me pregunto,
Nos han enterrado ya  en silencio, en el panteón junto a mi tumba
Y han fingido haber escrito nuestros nombres en mi lápida
Y en la reminiscencia  de mi  natal aldea Las Ánimas,  Asunción Mita, Jutiapa.
Dirán que yo las encarno a todas, que todas son mi cuerpo y mi alma y mi aliento
No las  piensan en manada, en parvada, en tropel
En mujeres manifestando, creando, expresando en los albores del ayer
Sí, y a nosotras todas nos embalsaron ya, en los años añejos del olvido
No somos verso de canto florido ni agua fresca del río crecido
Que desbordó en insurrección
A nosotras nos  han escondido en el oscuro callejón de un epitafio que reza en  una cruz sobre mi tumba:
Aquí yace Ana María Chinchilla Recinos , mártir de la revolución de octubre del 44
Pero, inmortal mi lucha amanece día a día, en rocío y lozanía de niebla en torrencial,
Son ustedes la indómita revuelta de la mujer insurrecta que se atreve  a encausar la corriente del río que las vegas ha de aguar. Ahí donde florecen las semillas contra toda tiranía, en esplendor y encanto de poesía en pastizal.
Ilka Oliva Corado.
Octubre 20 de 2013.
Estados Unidos.
Nía María Chinchilla 
Paisana vos de mis potreros
Y del árido zacatal
De veta Miteca
Es tu esencia oriental
Honroso tu terruño te respeta
Vos sos su hija predilecta
La quebrada donde aguar
Donde la sed sacian
Quienes buscan libertad
¿Cómo se te puede honrar?
Siendo vos nuestra heroína
La mujer caída que luchó con dignidad
Vos, maestra de llano seco
Ojo de agua en el peñón
Nos brindaste la ilusión
De armarnos con valentía
Y luchar en rebeldía
Con la nutrida honestidad
Dos pishtones voy a echar
Un ticuco y un tazcal
Fuego voy a juntar
En el polletón de la memoria
Para que siempre arda en la fiel historia
Tu decencia y dignidad
Maestra de monte y piedra
Enlodados los caminos
Fueron los peregrinos
Que te vieron andar
Aquí te traje en un matate
Un cántaro de atol shuco
También los tazcales y ticucos
Que cargué en un yagual
Para que bebás a las carreras
Y los compartás con tus aleras
Que manifestando están
Ahí en el cutumbo
Chicha de máiz camagua
Para nutrir el alma
Y como brebaje de reconocimiento
Para que no perdamos el aliento
Y no olvidemos la identidad
Ingrata vos, maestra honrada
Que te hiciste mártir en el pueblón
Por una bala disparada a traición
Con la mano de un cobarde que en vos vio a un Mujerón
Rostro de la rebeldía
Y de la indómita denuncia
Miteca vos enardecida
Exigiendo equidad
Ancestra de las luchas
Que nunca morirán
Vos la alegoría
Tu nombre es hoy leyenda
Insignia de la mujer arrecha
Que su memoria vivirá
Hoy tus hijas y tus nietas
Entonamos las letras de tu canto
Aquí no hay ningún quebranto
Pues sos mujer para celebrar
Sos canto de chicharra
Que el temporal no ha de callar.
Sep. 17 de 2013.
Ilka Oliva Corado.
Posdata: ¿Usted sabe en qué año y en qué mes murió María Chinchilla Recinos? ¿Habrá sido una mártir de la revolución de octubre?

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