Bartolita.

11 de octubre Día Internacional de la Niña.

Con sus canillas entumidas
Untadas de vaselina
la niña va arreando las horas
para que amanezca el día
con su carita pecosa
con sus crines bien peinadas
ella sonríe a la alborada de su jornal
lista está pa´trabajar
De cuatro a siete en la estación
Vende café, conchas y cortadas
Pan con frijol y champurradas
En una olla sobre el yagual
Lleva el café hervido para servir a las carreras
Bocinan las camionetas el día avanza ya va a clarear
No hay tardanza pa´trabajar
Es bien chispuda  no cabe duda
La agilidad de la pena inquieta
Tener sustento, la tripa aprieta
Huele  a creolina esa hedentina impregnada en su piel
De siete a diez con agua de tonel
Lava las letrinas de la estación
Con  panadas de agua las del mercado
Veinticinco len por cada inodoro
Eso le  pagan y lo deja fiado
Confiada sabe que pagarán
No hay nadie más que quiera limpiar
Las letrinas de la miseria
Está tranquila no hay histeria
Ella sonríe a la alborada  de su jornal
Tendrá unos lenes para llevar
A la abuela enferma que la espera en cama
La niña avispada sabe trabajar
No irá a la escuela  a estudiar
No, esa oportunidad
Es una caridad  que ella no disfruta
Va al mercado a comprar las frutas
Que revende de calle en calle
Con su delantal de melón maduro
Ella  no  claudica trabaja duro
Un cartón de huevos puestos en yagual
En una manita carga la cubeta de fruta dulce
La ofrece en el bulevar, en la esquina de la cantina
En El Pinito junto al montoncito del zacatal
Ella sonríe a la alborada de su jornal
Con su  cara pecosa y su crines trenzadas
Con sus yinas remendadas que con capotera zurció
Los dedos empolvados se dejan ver, honrados
Camina por las calles sin descansar
Fruta para vender, verdura por comprar
Letrinas por limpiar, basura por tirar
Ella no se intimida  cuentas las estrellas  redimidas
Que a su chocita llegan a alumbrar
En las oscuranas de  su arrabal
Caminando sobre la cuestona
La piel rajada, sus labios secos
Ella va cantando la misma canción
Confiada de que venderá
La fruta, la verdura y los huevos.
Ella va cantando la misma canción
Anda en los cinco años esa es su emoción
Habla con el panadero para que le deje fiado un pastel
Invita a los niños a comer y la promesa de la piñata
Para el fin de mes
Pasan los años y es adolescente
Ya  no lava letrinas, tampoco va a estudiar
No sabe leer tampoco sumar
Renta su sexo al negociante
Ella sigue siendo comerciante
De la premura de un alquiler
De la urgencia por poseer
Abre las piernas para ofrecer
El manjar de su placer acomedido
A nadie le ha de contar que su mamá la ofreció en pago
A un comerciante adinerado que le prestó
La niña de ocho años sintió el dolor  que  la silenció
Fue en las letrinas de la estación
durante quince días pagó la deuda que no era suya
el comerciante se desquitó y cobró atrasos
Desde aquella fecha no volvió a cantar
Si a sonreírle a la alborada de su jornal
Ya no vende huevos, tampoco fruta
Vende marihuana en la avenida Castellana
Se inyecta anfetaminas, va  a discotecas de gente fina
Un purito para probar cien varos para comenzar
Ofrece su producto de primera mano
Meta anfetaminas, crack, ritalin, cocanía, heroína
Ya no sonríe a la alborada de su jornal
Abre las piernas para  ofrecer la algarabía de su miseria
Se abre las venas para probar que aun respira en la letrina
Con su tufo de creolina
Con su carita pecosa  y sus crines sin peinar
Los dolores se arrecian se va alentar
Es una niña, ¡qué maldición! ¡Pedí varón!
Se le escucha gritar en la sala de un hospital
¿El papá? Pregunta el doctor
la madre no sabe quién la preñó
es VIH positivo le anuncia la inquisición
¿Será guillotina o llamas de la hoguera?
en la esquina de un desván
de sobredosis se silenció
la voz alegre que cantaba,
la carita pecosa de crines peinadas
que  sonería a la alborada de su jornal
con sus canillas entumecidas
untadas con vaselina
la niña va arreando las horas
y las deshoras de la ironía
en compañía de su  soledad
tres geranios para enflorar
la tumba fresca de la Bartolita  que cantando está.
Ilka Oliva Corado.
Octubre 09 de 2013.
Estados Unidos.

2 comentarios

  1. Hola Ilka, no siempre puedo leer tus escritos, pero cuando tengo algún tiempito, pues me cuelgo en tu blog, pero hoy si que estoy compungida por lo escrito en el marco del día de la niña.
    Lastimosamente, es lo que pasa en nuestra querida Guatemala, pequeñas inocentes a quienes les roban la vida, de mucha maneras, «ofreciéndolas» como mercancías baratas, como seres inanimadas; violentándolas constantemente en su casa, por sus «seres queridos», violándolas y acallándolas para que no «cuenten»…. que terrible… como diría mi querida madre… se me encoge el corazón…
    Gracias por compartir. Creo que escribiré algo para dos pequeñas nietas que bendita la vida, las disfruto.
    Abrazos en la distancia.
    Mirna Ramírez
    Guatemala

    • ¿Qué puedo decirle Mirna? Mire que es una realidad de todos los días, de cada minuto, segundo… Lo malo es que solo nos persignamos y encomendamos a las niñas a Dios como si eso fuera ayuda, debemos hacer algo más, los golpes de pecho no funcionan. Lamentarse tampoco. Le envío un fuerte abrazo, gracias por comentar.

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