Soy un niño del arrabal.

Soy el niño que en la calle duerme
al que vos   tachás de  delincuente
soy el abandono de un presidente
el olvido de tu parcialidad
mis dientes picados gritan la verdad
soy la miseria atrapada en tu espejo
vos mirás los azulejos de tu traición
y yo soy la esperanza de tu nación
la cría que duerme en desolación
la que grita y recita imperfección
en las aceras, en las esquinas
en la vitrinas donde me espantás
pensás que mi apariencia es vulgaridad
no pensás en mi hambre, cobarde,
en mi desgaste, en mi desesperación
solo vos y los dientes de tu azadón,
¿quién es el delincuente?
¿el que miente? ¿El de la voz hiriente?
¿el de la labia? El que promulga la banalidad
los tres golpes de pechos no te van salvar
de tu maldita iglesia remedo de soberbia
tu hostia vení te la voy a dar
aquí en el basurero la vamos a buscar
te la haré tragar con agua  pestilente en bacteria viva
en la alcantarilla donde se esconde el día
donde nadie grita, ¡lotería!
Donde van a parar los desperdicios
de tu vicios, donde me obligás a respirar
donde yo sueño  que mis alas pueden perforar las murallas impuestas
por todos  los canallas que me quieren desaparecer
mi mal aliento les hace estremecer  lo podrido de su ser
no te vanagloriés por regalarme un dulce
antes de la diez en primero de octubre
que  mi vida no es un día
ni para celebrar la  calamidad de tu ironía
gritemos festejemos en algarabía la hipocresía
de tu veneración
sos el hampón que me prostituyó
¿Ya lo olvidaste? Soy el drogo, huele pega
que no encuentra otra salida
a la maldita rutina que me has hecho vivir
me obligaste a dilinquir
para mantenerte el vicio  de la erudición
tu riqueza a costillas de mi cuerpo: transgresor
de mis manos preparando la mortaja de la bolsa en raja
en polvo blanco que me hiciste probar antes de ventilar
los precios en las calles  y luego me mandaste a repartirlo
con mi bolsa en raja de niño escolar
con un cuaderno para aparentar
no llevar  el polvo blanco que  en kilogramos vendí
ahí a punta de bisturí junto al maniquí
de la avenida aquella donde todo truhán de alta sociedad lo llegaba a comprar
para festejar un cumpleaños, una graduación
y nosotros una salida de prisión
vení que te voy a embrocar
para que respirés el suelo donde  habito
y se te quiten tus mañas de niño bonito
de señorita decente, de madre congruente
guardando silencio por comodidad
de padre exigente para aparentar en sociedad
vení lavá mis dientes para que veás
a dónde va   a dar el sarro
que vos me aventás desde tu ventana
de porcelana, de fino vidrio importado
vení nos seás asareado
que lo chiveado te voy a quitar
con un costal  para que aprendás a trabajar
de sol de sol  aquí en la calle donde no se amaga
donde la vida no vale nada
¿Vos que te creías? Qué con tus galgurías me ibas a comprar
mi alma no está en venta
no se alquila, no se renta
aunque tu poder  llega hasta mi lecho
donde yo pongo el pecho a la violencia
sin ciencia, con voluntad
quiero respirar para poder cantar
el repertorio de verdades que tengo para vos
y para  la sociedad  con su doble moral
venì que te voy a enseñar
cómo se mastica aquí donde la oscuridad
es amiga y acamarada
donde te traiciona  el miedo a puñaladas
donde vencés las muertes que te quieren cargar
los policías que te quieren justiciar
con sus chalecos contra balas
nos hacen las trastadas
y luego salen en televisión
esperando los aplausos del consorcio de  hampones
vení  traéte los limones que una limonada vamos a preparar
aquí en mi humilde casa te la vas a tomar
con hielo en bolsa comprado en la tienda de la esquina
ahí donde se estaciona tu limosina cada vez que viene a recoger
a las niñas que te cogés
antes de entregarlas a las mafias de la explotación
las ahogás en la prostitución
y te atrevés a  llamarse delincuente
y vos pudiente y decente
con dientes de porcelana
para sonriere bien a la cámara
donde salís como el  empresario
que trasporta, exporta
entre la rejas carne de primera
a las niñas las mandás a la faena
a otro país para que  sean los gringos
los que las trafiquen, las identifiquen
les cambien el nombre a su conveniencia
las asesinen sin guardar evidencias
yo miro de frente  y vos te agachàs
con todo tu dinero no  me podés comprar
me acusás de asesino
me convertiste en tu inquilino sin derecho a salir
en una cárcel de miseria me obligaste a vivir
sudando desesperado con ganas de huir
mataste a mi familia para silenciarme
para expropiarme de toda voluntad
que ahora con dulcitos me querés pagar
Vení, partite el lomo en la finca
cargá tu jornal entre el cansancio y las ganas de llorar
tu caja de shinola para lustrar
los palos de escoba y el trapeador
que vendo en el corredor donde no me dejan subir al ascensor
porque mi aspecto  los delata
mi humildad los aniquila
con mi salario de maquila
soy cipote sin desarrollar
que quiere ir a la escuela  y vos no lo dejás
le cerrás todas las puertas
los extravíos y atajos
me preferís analfabeta
para que vos podás delinquir mejor
sin ningún cuestionador
y vender la patria mía como buen traidor
qué vivan los soldados que me quieren matar
por atreverme a denunciar desde mi infancia
esta cosa rancia que se llama realidad
Feliz día del niño les grito con mi entraña,
sin ninguna calaña de alta sociedad
yo vivo en periferia en el arrabal
en la pudrición de un basurero
donde los sueños agonizan en el suelo
donde las estrellas no se ven desde ningún balcón
donde no tenemos televisión
a colores
ningún control remoto que nos embobe las emociones
Con mis manos de carpintero
costurero ayudante de sastre
de voceador grito en el corredor
ofreciendo el periódico para que lo compre el patrón
el de saco fino y le lustro los zapatos
le ofrezco chicles que nunca compra
pero no me quiere más que para desmantelar
las docenas de carros que me hace robar
Sigo aquí sobreviviendo a la desnutrición
no le huyo al frío es mi conspiración
mi revolución en calle peligrosa
para quien no sabe sobrevivir
a la miseria contenida
a las lágrinas  huídas
de la infancia olvidada
asesinada a pedradas de abandono
yo aquí me parto el lomo
vos no me vas a decir como debo de vivir
los festejos te los dejo para vos y tus pendejos
que te han de traicionar como todo ruin que solo sabe mancillar
el vientre de su madre la patria que los pare
aquí no hablemos de andamiajes porque se van a caer
y en el  culo del infierno que ustedes mismos han hecho arder
Feliz día del niño a los que enloquecen con juguetes
comprados con sangre derramada
con traición encaramada
en sus habitaciones de  mansiones
que nunca pisaré
no porque no pueda sino porque no quiero
no soy un traicionero igual que vos
me quedo aquí sin los azulejos de la traición
me quedo libre escribiendo mi canción
que voy cantando por la calle
en mercados y vertederos
soy el drogo el huele pega
que está consciente que la verdad no miente
y mi verdad es queja, denuncia, renuncia
son la orfandad de esta podrida sociedad
sobreviviendo a los embistes que vos mismo hiciste
no te voy a permitir que me  llegués a destruir
muerto desde mi tumba
el día que me hiciste desaparecer
me convertiste en mártir de mi arrabal
en el eterno inmortal, en el que inspira
en que no escupe ira
en el que no se amedrenta
en el vive en la vena de una loca trastornada
emigrada que nunca olvidará
la infancia que tu poder ultrajó
que tu riqueza sentenció
que la impunidad mandó a maquillar
con titulares de maras en conflicto
sin los tejados, en donde los silencios
no son solapados donde gritan rebeldía de noche y de día
feliz día del niño al cipote de periferia
al campesino, al de la soberbia
al que muriendo de hambre está
al que la madre no puede amamantar
al que de cáncer está agonizando
sin ningún salario que alcance para su recuperación
la medicina no cabe en una inyección
ni en la billetera vacía que lleva una bala perdida
ni en la cuchillada directo al corazón a la madre que lava ajeno
de la que se truena los dedos
que ya no puede llorar cansada de implorar un milagro como en la telenovelas
que mira en casa de la vecina mientras plancha la ropa con yuquia
Feliz día del niño al que no ha de sobrevivir un ajuste de cuentas
de portafolio y de monopolio que mañana morirá mientras la empleada va por el pan, ahí en la esquina del zaguán.
Nota: este poema, o como querrás llamarle. Llevaba gestándose en mi corazón desde mi infancia. Lo dedico con todo mi amor de niña los niños de mi arrabal de la década de los noventa, a quienes vi nacer y creer y a quienes lloré en sus velorios cuando se los llevó la limpieza social. De aquella camada sobrevivimos pocos, de los pocos hay una trastornada que los tiene como sangre hirviente en sus venas, no los olvida, no los entierra. Están ahí latentes en su corazón de arrabalera. ¿Qué creían que iba a aplaudir como la mayoría ayer, celebrando el día del niño feliz? ¡Papo! La realidad está pisada, enyucada, ensamblada, como para caer en esos juegos de doble moral y celebrar cosas que lo que merecen es un cambio radical. Por cierto el día de la niña es el 11 de octubre. Esperá tu cuentazo.
Huele pega. Esa canción la bailamos en las toques de las cuadras y la lloramos en los entierros con el corazón de la adolescencia en llamas.

Ilka Oliva Corado.
Octubre 02 de 2013.
Estados Unidos.

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