El origen de mi locura. (I)

Buscando algo para leer, me encontré de nuevo con un texto precioso de Manuel José Arce. Urge Soñar.
Me trajo recuerdos. Buscando dar con el origen de mi locura, mi papá y mi mamá se enfrascaban en posibles causas. Siendo la única hija que sufre del mal irreversible y como ya no había nada qué hacer para la cura, se resignaron a buscar las causas.
Mi mamá dice que no sabe por qué salí así, que de seguro me hicieron cuando mi papá estaba borracho y que por ahí el esperma estaba medio dundo. Mi papá lo adjudica al cruce de sangres, o por no haberse buscado una zacapaneca porque ahí hubiera quedado tilinte el asunto. Mi mamá se defiende diciendo que no joda, que ni buscando con lupa se hubiera encontrado una mujer tan galana como ella, que es ella la que no supo ver cuando se enamoró de él. Él dice que por los brazos marcados y el pecho fornido y que ella enloqueció con su bigote de Pancho Villa.
Ella dice que de plano ese día andaba con vahído y no lo vio bien.
Y así va el juego de la papa caliente. De pronto cuando se agotan los argumentos sale a bailar Pepe un negro de Izabal compañero de trabajo de mi padre en sus tiempos de tractorista, él dice que soy hija de Pepe que por eso salí prieta, de nariz chata y despistada. Mi mamá arremete con que calláte vos huludo que si la patoja fuera hija de Pepe hubiera salido potranca y ahí está que es chaparra y lunática. Es tuya. No joda usted que el Pepe le hacía ojitos, sí tenés razón solo ojitos porque yo no quise nada más, te respetaba en ese tiempo de asoleada que era. Porque estaba loca por mí diga mejor. Ni tan loca, burra que fui. Mentira mi canche si usted está loca por mí todavía. Pensás vos, atenéte. Y así siguen las averiguaciones del origen de mi locura, el fantasma de Pepe –hombre al que nunca conocí ni en foto- siempre ha estado en la familia, tan así que cuando murió llegó mi papá cabizbajo a la casa y soltó la noticia que traía atorada en lo más profundo del pecho: murió su papá Pepe. Encendimos una veladora blanca y rezamos por el descanso de su alma.
Que mire esa patoja haciendo paradillas en la pared se va a quebrar las patas, póngale rienda. Ponésela vos que para eso sos su Tata. Mire compóngase, se va a quebrar la nuca, deje de andar haciendo eso, busque oficio, vaya a darle de comer a los coches, mire si ya se echaron las gallinas, hágame un mi atolito de Maicena así con canelita, azúcar y unos granos de sal.
Todo lo tuyo sacó esa patoja bruta hasta lo enrevesado, sentenciaba mi Nanoj cuando me decía algo y yo respondía. Ponéte ese vestido rosado de mangas de güicoy para ir a misa. No quiero, no me gustan las mangas de güicoy. Mirá esa tu hija no quiere ir a misa en vestido, enseñando las nalgas quiere ir, es igual que vos de desvergonzada. Joda usted yo en pantalón voy a misa. A misa sí pero cuando vas a verte con tus cashpeanas las del mercado no vas en pantalón, la pantaloneta más corta buscás para que te miren las piernas prietas. Joda usted trabajo que me han costado como para que no las luzca. Birriondo sos. Un poco.
Pensaron que una probabilidad de mi locura podría ser la noche en que nos espantaron con mi mamá, cuentan que salimos a depositar las aguas cerca de unas matas de guineo que estaban en el terreno y que de pronto aparecieron tres bultos en medio de la calle, a mi mamá la tuvo que entrar del pelo un tío y de colada yo que tenía dos años de edad. La familia entera cuando se sienta a sesionar siempre llega a la conclusión que a partir de aquella noche se originó mi locura y mi tartamudeadera. Me han dado infinidad de remedios caseros, pócimas de aguas con no sé cuántas cantidades de hierbas, tortilla quemada y un par de sopapos, pero ni con las tundas me he compuesto.
Vivo dentro de una nube donde no dejo entrar a nadie, ahí en su algodonado abrigo zurzo los botones de mi camisa de fuerza y la remiendo cuando se rompe cada vez que la racionalidad quiere sacarme del asilo donde habito. Ahí he sembrado una parcela de tomates, también me ha dado por pintar las paredes con colores que varían según mi estado emocional que cambia constantemente, hice una almohada de chirajos viejos, mi cama es de pita con un petate de palma verde, tengo un candil que nunca se apaga que no tiene gas sino brea de mango de pashte. Mi sábana la hice de gotas de lluvia que dejaron olvidadas otras nubes que pasaron en carrera cuando iban despepitadas en busca de un chaparrón.
Que fue el agua de la quebrada decía mi abuelo. Mucho tiempo dejaron a esa cipota jugando en el agua fría de la quebrada. Una de mis tías dice que por comer tanta chiligua se me empachó el cerebro. Otra que por soloquearme platos enteros de leche con tortilla y chilipucas. Que por andar descalza se me subieron las niguas a los sesos y se chuparon mi materia gris y me dejaron el puro cascarón nomás, que pobrecita la patoja solo el pelo tiene.
Que con marido se me quita le han dicho las vendedoras de siete montes a mi Nanoj, déjela que pruebe marido ya va a ver si no se le quita la calentura mire pues, frótele el pecho con aceite tibio de gallina todas la noches y récele diez padres nuestros, quien quita y la tengan brujeada.
Es solo pelota no hay manera de hacerla lavar los platos, ella quiere patear la pelota nada más, ahí trepada en los lomos de los coches y mamando la leche de las tetas de las cabras, siempre ha hablado sola y cuando usted le habla no la escucha, ni siquiera se percata que usted está ahí, reacciona nada más hasta cuando le meto sus zarandeadas, es la única forma que tengo de regresarla. Ah entonces sí usted la tienen brujeada y déjeme decirle que le voy a tener que hacer un su trabajito para romperle el amarre que le hicieron. Déle a beber agua azucarada con miel de talnete y a masticar rajas de canela todas las mañanas en ayuno.
Hasta el momento solo existen posibles hipótesis nada concreto respecto al origen de mi locura.
Urge soñar, dice Manuel José Arce. Y yo me la he pasado soñando toda la vida, ningún brebaje, ningún ungüento, ninguna pócima ha podido sacarme de mi nube de vesania, mi padecimiento es irreversible, nato o innato está en mi, mis letras son mi libre albedrío, mi derecho de expresión y mi locura, la niebla que me enajena.
Gracias al cruce de la sangre de mis Tatas por mi locura, o a Pepe, o a los fantasmas, o a las niguas que me chuparon los sesos. Gracias al agua fría de la quebrada, a la atipujada de las chiliguas y chilipucas. Al candil con brea de mango de pashte por haber iluminado la nube en donde habito, soy yo la que no quiere hacer reversible su locura, y la que no quiere perder uno solo de los botones de su camisa de fuerza. Sea la locura pues la musa de quienes padecen en el averno de la delirante fiebre de la expresión.
Ilka.
Sep. 12 de 2013.
En mi nube.

6 comentarios

  1. Vicente Antonio Vásquez Bonilla

    Ilka linda: Tal vez es mejor quedarse en esa nube, pero si no, prueba tomar caldo de zopilote calvo acompañado de unas chilquiadas en viernes trece. Pero si esto da resultado, perderíamos a una gran escritora. Mejor que siga el misterio del origen de tu locura y disfrutémoslo. Besos, Chente.

  2. El averno de la delirante fiebre de la expresión: es el país do habitamos las personas cuyas almas por arriba o por debajo pa’ delante o para atrás hemos distinguido el fulgor de la intención primigenia de la creación total que el intruso cobrando forma como de una sierpe azuzó a fin de separarla de su destino alejando de su ruta el pisar de sus zancadas… Pero, es que ¿cómo ó de qué manera vamos a explicarles a las demás lo que vemos si ellas ni ver, ni oír, ni comprender ni razonar no quieren…? ¿ó cómo vamos a decirle «con salivita» si todo han de pensarlo mal, ó a decirles «poco a poco» si too lo buscan arrebatao? ¿cómo haremos? Pacientes del averno de la libertad de expresión, maniatadas sentimos nuestras personas cada vez que tratando de expresarnos vuelcos damos a sus velocimetros y aprisionantes sentimos sus formas y sus normas pues la gracia de ese averno nos instauró en otra dimensión que ya no la de ellas. Innecesario sería darnos prisas para tratar de alcanzarles. Son ellas las personas que han decidido fijar sus anhelos y sus espectativas y memorias en un suelo infértil que solo busca ser excavado para escupir la piedra transformada en aceite u óleo. Y el ave símbolo ora se lava con champú la ñola, otrora de sangre se salpica el pecho. No haremos caso a quienes nos desprecian directa ni lateralizadamente, antes muerte que esclavitud. Abandónense ellas a su lisonja. Tu ritmo mental es tan vertiginoso que no alcanzan a seguir tu huella. C’iao, con amor. el_ju(Who?)

  3. ♫Enkantadora lokura la que expresas, Ilka, en nuestra loka literatura para los kuerdos en el manikomio de la geopolítika…

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