Mariana.

Cuando acordó ya los tenían rodeados,  recuerda que era un grupo de  aproximadamente veinte  hombres vestidos de negro y portaban armas de grueso calibre. Realizaron el asalto en las primeras horas de la madrugada, el grupo de donde iba Mariana dormía,  el cansancio los tenía exhaustos llevaban cuatro días  caminando sobre la línea del tren iban rumbo al desierto de Sonora para  cruzar la frontera en Arizona.  El cansancio los venció y durmieron en  un vagón de uno de los trenes que estaba en reparación, ahí los despertaron a golpes de puntapiés.
Separaron a las mujeres de los hombres,   ahí mismo fueron violentadas sexualmente, a los hombres  los obligaron a practicarles sexo oral y varios de ellos fueron sodomizados.  Escogieron a las adolescentes y se las llevaron, al resto del grupo lo dejaron ahí. Fue en las primeras horas de la madrugada cuando inició la pesadilla que Mariana no olvidará  por el resto de su vida.
Fueron  lanzadas sobre el piso de un vehículo de doble tracción, atadas de manos y pies, vendadas. Las bajaron a golpes y les quitaron los pañuelos que no les permitían la visibilidad cuando llegaron a una bodega donde se guardaba pescado congelado.  Las instrucciones fueron claras   habían sido secuestradas para prostituirse en   casas privadas donde se realizaban fiestas en honor a los altos mandos del ejército del Estado de Sonora.
Serían las anfitrionas y tenían que hacer todo lo que el invitado uniformado deseara. Así fue cómo Mariana de trece años de edad tuvo su primera experiencia sexual, violada en las entrañas de un vagón de tren y después seguirían muchas más acompañadas de golpes e insultos.
Nativa de Jalisco iba rumbo a Estados Unidos a reencontrarse con sus papás que la esperaban en Atlanta. Viajó con la guía de un coyote que en Sonora dio por terminado el trabajo. Mariana recuerda a cuatro más de las adolescentes que viajaban solas, eran centroamericanas pero nunca descendieron del vehículo de doble tracción la madrugada  en que las secuestraron, en la casa donde se  realizaban las fiestas encontró  a varias adolescentes de distintas partes del mundo.  A todas las golpeaban, a todas las  obligaban a ingerir drogas, a beber alcohol y a practicar sexo sin preservativos.  Estuvo en esa casa dos años y medio y de ahí fueron vendidas en un bar de la localidad, antes de dejarlas en libertad les exigieron  pagar la cantidad de  doce mil dólares con trabajo.  Entonces las adolescentes al ver la oportunidad de su libertad, buscaron  tener la mayor cantidad de clientes posibles y realizar algo más que contacto sexual para que con el pago extra pudieran ahorrar para saldar la cuenta. Así fue como Mariana conoció de dejarse violentar por tres hombres a la vez, buscaba clientes que gustaran de sodomizarla porque era equivalente a pago extra, se hizo de clientela especializada en los extremos del masoquismo, ahí había buena paga.
Después de cuatro años Mariana logró pagar su libertad. Salió de aquel infierno  caminando por la puerta de atrás, donde entraban los repartidores de gaseosas y licores, antes fue golpeada y amenazada de muerte por si llegaba a denunciar el lugar. Salió de ahí con cuatro meses de embarazo,  en los días siguiente perdería el bebé debido a la paliza propinada. Mariana logró cruzar la frontera, hoy vive en Atlanta junto a sus papás, trabaja en una empacadora de carne trece horas diarias los siete días de la semana.
Ilka.
Sep. 07 de 2013.
Aquí.
 
 
 
 

Un comentario

  1. Vicente Antonio Vásquez Bonilla

    Una muestra más de que los humanos somos lo máximo de la creación del mundo y, ¿por qué no? del Universo. ¡Que pretención!

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.