La muerte en La Bestia.

En este país de innumerables culturas emigradas , de multilenguas y de sueños idos, agosto está por retirarse y con él el verano, se va a tropezones como no queriendo irse, días los llena de lluvia y niebla y otros –como hoy- de sol y humedad.

Aquí en este país de cemento y espejos, de rascacielos y de sombras, La Bestia es tan solo el personaje de un cuento de hadas también emigrado desde Europa al que Hollywood lanzó en su fantasmagórica maquinaria de hacer películas, como uno de esos hechizos de Disney World que en la América Latina las crías añoran para conservar una ilusión –creada por la televisión-. La Bestia para quien emigra perforando las fronteras sin documentos que le acrediten sus derechos humanos es El Tren de la Muerte.

En este país de anhelos en fuga la muerte de quienes quedaron en las vías del ferrocarril no será un espasmo, porque ¿Qué es un emigrante indocumentado? Una sombra, un paria, una mano de obra para explotar. No, siquiera entra en la condición de persona. Así es que no fueron personas las que murieron hoy en la madrugada cuando se descarriló El Tren de la Muerte, apenas manos grietadas dignas de explotación en un país como Estados Unidos.

La primera y última vez que vi a La Bestia fue en Sonora hace diez años, yo me alistaba para lanzarme al heroico acto del suicidio vía desierto. Bajé del avión que me trasportó desde la ciudad de México a Hermosillo y ya en el camino trepada en un taxi lleno de indocumentados como yo, lo vi pasar serpetino por la vía férrea con sus vagones manchados de grafiti y en su lomo los sueños que se fugarían después, los que morirían entre nopales y piedras, los que tragarían polvo, y de los pocos que llegaron a la tierra de la Cabaña del Tío Tom con las heridas vivas de la frontera quemándoles el alma, ah los sueños idos, las vidas perdidas, la ironías de la migración.

Siento una fascinación exhaustiva por las vías férreas y los trenes, mucho tiene que ver con la tarde aquella cuando a través de un vidrio poralizado de un taxi vi pasar al que en ese momento no tenía nombre de bautizo en aspiración de migrante. Lo vería después entre granjas de los Estados que atravesé para llegar a Illinois, con su lomo pelado y con los mismos grafitis camino a Canadá.

Son múltiples las vías por las que se lanzan al vacío miles de migrantes del mundo entero porque la América Latina –obrera, campesina y proletaria- también es camino ciego para quien desde otros continentes se atreven a perforar las fronteras sin las visas que acuñan la legalidad mancillada, van nada más con su santo y seña pernoctando entre fantasías y desilusión.

Y huyen y corren y se lanzan a las travesías con el cansancio a cuestas, con la ilusión marchita, con el hambre atizando, escapan de un país de origen que les niega el derecho de la oportunidad al trabajo digno y honestamente remunerado, del sustento y del progreso, más no saben que la migración indocumentada es un mar de olas en reventazón y que hasta el mejor nadador se ahoga cuando hay marea alta.

Hoy fue un descarrilamiento de tren, hace tres años una masacre en Tamaulipas, el río Bravo y sus corrientes traicioneras de siempre, el desierto y su sequía impenetrable, los muros de concreto, los tapiales de lámina y alambrado en Tijuana, así es la frontera muerte incandescente, latente que siempre espera con los brazos abiertos a quien se atreva a afincar la ilusión de buscar en otro suelo lo que el propio le negó. Y para sorna este país es una cárcel ya no de porcelana, de lujo y de etiqueta, es crudamente un grillete en el tobillo que te contrala hasta la más inmaculada nostalgia.

Descansen en paz los de ayer, los de hoy y los de siempre. Que este corredor de frontera no sea llaga traicionera para quien mañana emigrará. –Lo deseo con ilusión de niña, pero es otra la realidad-.

Ilka.

Agosto 25 de 2013.

Aquí en donde los sueños son cartelera de cine.

4 comentarios

  1. Hugo Herculano Pop Bac

    No cabe duda que somos países que para tener un futuro digno, previamente tenemos que tener una lucha desigual en la que llevamos siempre por delante perder y si bien nos vá alguna que otra victora.
    Saludos. Fuertes abrazos, y que dios cuide y acompañe a todos las personas que se atreven a tener un futuro mejor.

  2. Desesperante realidad…sin embargo, ánimo y a seguir adelante. Gracias por compartir el sentimiento.

  3. Vicente Antonio Vásquez Bonilla

    Morir en busca de la vida, qué ironía. Que en paz descancen. Chente.

  4. Que descansen en paz, todos aquellos que lo u’nico que encontraron fue’ el descanso fi’sico y mental, por que ya no sienten la tortura de las injusticias de vivir en este mundo tan desigual y cruel. Como siempre, te felicito por el articulo y que este’s sintiendote mejor. La vida es muy corta y hay que disfrutarla por el simple hecho de wue todavi’a poder respirar.

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