Elviro.

La fachada del hotel Cobrizo en el poblado fronterizo  entre Sonora y Arizona  aparenta ser el de un  hostal  de tres estrellas.  Descienden de un taxi  cinco niños acompañados por un hombre que asoma a las cuatro décadas de vida.  Van rumbo a Estados Unidos los desiertos de Sonora y Arizona los esperan, pretenden cruzar vía Napo, Sonora y tocar  tocar tierra estadounidense por Douglas, Arizona.
Son niños campesinos que soñaron con aventurarse en la travesía migratoria sobre el techo de los vagones de La Bestia y que les juraron a sus padres enviar dólares desde el otro lado.  Tomaron por asalto el tren de la muerte como tantos miles  desde Chiapas hasta  Tabasco  pero fueron secuestrados  justo en este Estado por varios hombres cuando intentaban de nueva cuenta subir a los vagones el tren,  ninguno pasa de doce años de edad. Elviro es el menor de todos tiene nueve años, son conducidos a una habitación ubicada en el segundo piso del hotel ahí los espera otro grupo de niños provenientes de distintas regiones de Centro América y México: todos secuestrados.
Serán obligados a traficar con droga, serán utilizados como mulas, pero antes serán violentados por políticos del sector.
En una de las habitaciones se encuentra el Salón Oscuro del Sacrificio un lugar donde capos de la droga, empresarios y políticos realizan convenios y rituales con vidas humanas en honor a La Santa Muerte. El hotel con apariencia de tres estrellas es el recinto donde se llevan a cabo todo tipo de atrocidades con niños  y migrantes secuestrados por los grupos delictivos amparados por autoridades que controlan el paso fronterizo.
El grupo de cinco niños es llevado a la habitación para presenciar el ritual no saben que uno de ellos será quien pierda la vida,  Elviro observa un grupo de quince hombres  y  apenas logra contarlos a todos, los ve sentados en butacas   e ingiriendo anfetaminas los están esperando  con ansias, los cinco niños son obligados a realizarles sexo oral a todos y tragarse el semen como parte del inicio del rito. Elviro solo ha visto desnudo a su papá cuando se han bañado en el río juntos, no tiene idea de lo que es obligado a hacer,  ve  a sus compañeros llorar como él, los hombres los toman del cabello y empujan sus rostros hacia sus miembros excitados, les gritan, los insultan, empujan una y otra vez  sus rostros con más fuerza,  los niños sienten ahogarse no pueden respirar, Elviro quiere gritar pero no puede su boca está ocupada con algo que le está lastimando la garganta,  el hombre que lo empuja una y otra vez con violencia hacia su sexo se contornea,  vibra  cada vez que Elviro siente ese algo atravesar su garganta,  por fin lo escucha gritar  y es obligado  a tragarse  como el resto de los niños el líquido blanco y tibio que instantes después  siente descender por su garganta.
Elviro nota que en  la habitación hay imágenes de santos de iglesia, candelas de colores, puros, cigarros, cuchillos, recipientes, ocote y  hojas de eucalipto.
Todos son amarrados de pies y manos y les colocan también un pañuelo en la boca para que ningún grito salga de las paredes de la habitación, les quitan la ropa y los dejan desnudos completamente, como parte de la ceremonia cortan sus espaldas con navajas y les lamen la sangre que desciende en finos  hilos.
Los niños lloran atemorizados, tiemblan de miedo quieren huir pero están atados, el dolor en la espalda los hace gritar con más fuerza.
Como siguiente punto del ritual esparcen sal y gotas de limón en sus espaldas,  les incrustan agujas en los diez dedos de los pies y a todos les cortan trozo de  sus orejas. Cinco de los hombres se los tragan junto a un sorbo de agua ardiente.
La vida del niño que será entregada en el ritual  es la del mayor de todos, tiene doce años, lo colocan sobre un tronco de madera en posición decúbito prono, lo abren de piernas y se las amarran a dos tubos, lo mismo con las manos;  Elviro  junto a sus tres compañeros observan atónitos cómo los falos que minutos antes habían estado en sus bocas van penetrando en la parte baja de la espalda del niño que grita   pero que el pañuelo atado en su boca no deja salir su dolor, se retuerce tratando de soltarse pero le es imposible.
Un hilo de sangre comienza descender por sus piernas mientras los hombres van pasando de uno en uno, seguido de aplausos y tragos de agua ardiente,  para cuando finalizan el niño sobre el tronco ya no se mueve.
Lo colocan en posición supina sobre  una mesa y alguien del grupo de quince hombres toma un cuchillo, Elviro los escucha rezar a la Santa Muerte  y dedicar el sacrificio, pasan la botella de agua ardiente de boca en boca y escupen el líquido en el cuerpo del niño, con un golpe certero el hombre ensarta el cuchillo directo en el corazón, el niño tirado en el suelo  despierta y grita pero el hombre saca el cuchillo y se lo vuelve a atravesar en el mismo punto una y otra vez mientras el resto de hombres danzan y cantan palabras que Elviro no puede entender.
Finalmente saca el corazón y  lo muestra triunfante sobre una mano, los niños observan el pedazo de carne vibrante, lloran, gritan, todos se han orinado más de una vez desde que entraron en la habitación.
Colocan el cuerpo sobre el tronco y comienzan a cortar las venas e instalan  recipientes para  recibir la sangre que cae. Luego la sirven en vasos de vidrio y después de una oración la beben, a l grito de ¡Para ti Santa Muerte! Le han pedido que los cubra con su gracia, que el siguiente envío sea un éxito que convierta en invivibles a los ojos de la guardia fronteriza a quienes lleven el siguiente cargamento.
Los niños son llevados a otra habitación y curados de sus heridas, una semana después salen en el mismo taxi que los llevó al hotel, rumbo al desierto de Sonora.
Llevan mochilas sobre sus hombros, dentro hay bolsas de golosinas que llevan polvo blanco dentro. En sus ropas de doble funda también llevan paquetes de hojas secas. En los zapatos de doble suela.
Los acompaña un hombre que les dio por toda instrucción que si los agarra la patrulla fronteriza digan que viajan solos y que no tienen nada que ver con él o de lo contrario sus familiares pagarán las consecuencias.
Después de cuatro días de trayecto por ambos desiertos son recogidos por varios automóviles en una de las carreteras que atraviesan el descampado en el poblado,  llegan a una casa en Douglas, Arizona los veintidós niños que viajan con el cargamento de droga, ahí los encierran en una habitación oscura donde se encuentran con varios niños centroamericanos que conocieron en las vías del tren en Chiapas,   los alimentan  con un vaso de agua y dos tortillas con chile jalapeño para cada uno; Elviro recuerda los días  en que cortaban chile piquín  con su papá y su hermano mayor en el campo de hortalizas del dueño de la hacienda donde su papá trabaja como  guardián.
El siguiente día Elviro ve cómo van saliendo de la habitación los niños en grupos de cinco en cinco, su grupo es el último en salir, en la sala de la casa los esperan varios hombres armados con pistolas: los amarran de pies y manos, también nuevamente un pañuelo en la boca, les dan a oler un líquido que los hace perder el conocimiento y Elviro despierta horas después en la habitación de  una casa de citas,  donde aun no sabe que será explotado  y abusado sexualmente hasta morir y que su cuerpo será lanzado  en el desierto,  desde un automóvil en marcha para alimento de las aves de rapiña o  para hacerse polvo fino y chiltoto que embellece el paisaje cuando el ocaso  en Arizona se torna color flor de fuego.
 
Ilka.
Julio 05 de 2013.
 
 
 

5 comentarios

  1. Hola Ilka,
    Me da como pena preguntarte esto pero como yo spy algo cleta para muchas cosas, de veras todo esto es real? En serio esto pasa hoy dia? Y si es asi y se conoce, hay algo q se pueda hacer? Alguien q se pueda pedir q investigue toda esta peate de pedofilos enajenados q parecen no tener madre ni familia para ser capaces d tanto dano a estas inocentes almas??

  2. muy dramatico, pero es cierto todo esto?, pienso que solo que algun niño de estos haya escapado y contado a alguien, uno lo puede creer, de que exista tanto pero tanto mal en esos hombres, no digo en el hombre porque uno no es capaz de hacer algo tan espantoso, soy catolico practicante no fanatico y creo que nuestro DIOS ya està harto de todo èsto, ojala que el haga justicia, pues si esperamos justicia me preguntaria justicia de quien, pues todo esta colapsado. muy bien por enerarme de algo que uno cree que solo en el cine se dà, pero es dificil creerlo, saludos IKA desde su Guatemala que la espera.

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