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La Maestra de mí arrabal.
Llegó a Ciudad Peronia justo cuando ésta era un potrero recién lotificado, vestía para aquel entonces faldas largas de lona, zapatos negros sin tacón y chaqueta oscura o suéter oscuro. Tenía sus cabello largo colocho algodonado que siempre se agarraba con un gancho o una cola. Guindaba de uno de sus