Lo inservible.

Cada año el Estado de Illinois escoge entre los primeros días de abril para que la comunidad saque a las puertas de sus casas lo inservible, pasan camiones con contenedores recogiendo este tipo de basura clasificada y es vertida en un lugar distinto al del basurero central.
Siempre he querido escribir sobre esto pero por alguna razón – de las mil mariposas sobrevolando en mi maceta constantemente- dejo pasar la oportunidad. Hoy no es el caso.
Siempre se lee en los periódicos, revistas y se escucha en medios de comunicación, en conferencias de estudios realizados en cuanto a población migrante –e indocumentada- en Estados Unidos. Recientemente se ha incluido el tema de las remesas porque es inevitable intentar mantenerlo alienado siendo éstas las que mantienen en pie los países ajenos a la terminología de: desarrollados. ¿Quiénes envían las remesas? Claro es obvio quienes se van por las múltiples razones y se embargan en su mayoría en aventuras de fronteras de las cuales no sobrevivirán. Entonces pasamos a ser parte de una estadística, un número, un caso, nos tornamos verdes como el color del dólar así nos ven los estudiosos y las encuestadoras: en forma de remesa simplemente.
Abstracto queda el Síndrome de Ulises que sin lugar a dudas lo sufrimos la mayoría que emigra. Nadie o muy pocas personas –de las letradas que andan realizando estudios…- se atreven a tratar temas de subconsciente, los latentes que tienen que ver con añoranza, nostalgia e integración a una nueva cultura y sistema. Lo dejado atrás y lo nuevo a lo que se enfrenta.
Lo inservible no es tan inservible si se trata de suburbios en donde emergen mansiones salidas de cuentos de ensueños, ésos son asaltados por madrugadores y madrugadoras en su mayoría latinoamericanos que con picopito o sin éste desperezan las madrugadas en las calles en espera de ver que se abran las puertas eléctricas de la mansiones y los sirvientes saquen a la banqueta lo que será desechado. La primera vez que vi este tipo de espectáculo me dio por llorar, iba para el trabajo y me encontré con las multitudes en espera del aguacero de mayo, lo inservible para unos era la única esperanza para otros. Llegué tarde al trabajo, estacioné el automóvil y me quedé observando por largos minutos. Por un lado el desperdicio y por el otro la necesidad.
Los portones eléctricos se abrieron y los necesitados barrieron con libreras, camas, muebles de sala, de comedor, cortinas, bajillas, ropa, zapatos, bicicletas. Es común que en este tipo de suburbios en donde en una mansión viven tres personas con un ejército de sirvientes se crea basura categorizada algo que ya no está en moda: por la misma razón en cada primavera se cambia el color de la pintura de las paredes, las decoraciones de interiores, la ropa y los zapatos. Para este tipo de personas la moda dura tres meses y lo que sobrevivió a este tiempo es arrumado en alguna esquina del anaquel y sacado en los primeros días de abril.
Es de esta forma en que la mayoría de recién emigrados logran amueblar los apartamentos que alquilan y quienes ya tienen tiempo residiendo en el país, sus casas. De estas idas a recoger lo inservible nacen muchos negocios para quienes tienen el colmillo afilado: pacas de ropa y de utensilios en Latinoamérica, por mencionar un continente porque a ciencia cierta las encomiendas atraviesan el globo terráqueo.
De aquí hay otra corriente que se entrelaza como las muchas en un solo río. El negocio redondo de las encomiendas, es el ponerle precio a la nostalgia. Cada dos meses salen cabezales con furgones llenos de cajas de cartón y todo lo que vos querrás mandar a tu país de origen que no quepa en una caja de cinco cuartas de alto por cinco de ancho , por cinco de largo. También por vía marítima.
Llevo nueve años y meses viviendo el drama de ver a cientos empacando en una caja su corazón en pedacitos: esto para la fulana, esto para el zutano, esto para la mengana, esto para la zutana y así se ilusionan con acortar las distancias físicas. Tenis para el niño de la mengana, la ordenadora para la sobrina de mengano que ya está en la universidad, los carritos de juguete para el niño de perencejo, las cremas para la mamá, las lociones para la prima, el juego de herramientas para el papá, las tres mudas de ropa para la esposa y así no dejan ningún miembro de la familia sin un obsequio. Parte de lo que va dentro de la caja ha sido recogido de las banquetas en los primeros días de abril, la otra adquirida en tiendas de segunda mano que de igual manera ofrece productos de buena calidad pues son donaciones que van a dejar al lugar las mismas familias adineradas del sector, aunque no resta decir que también hay quienes envían todo nuevo. Claro muy pocas personas tendrán lo honestidad de decir que lo que han enviado ha sido recogido o comprado en tiendas de segunda mano: uno, por vergüenza o dos, por saber que allá sus familiares no les aceptarían tal ofensa. –Con eso de qué dirán-.
El asunto de las encomiendas es lo de las fuertes cantidades de dinero que cobran quienes las llevan hasta los país de origen, un negocio redondo para quien tiene el tino y el colmillo de sacarle la vuelta a la nostalgia. Si vos querés venderle tu conciencia al diablo hasta el mismo infierno es capaz de irla a dejar si vos pagás el dinero que te pide. Así es como las personas se terminan enjarando pagando el alto precio de las envíos con la oración que ya me sé de memoria: que ellos tenga lo que yo no tuve. Es una forma de aplacar la culpa de haber emigrado, de quitarle el peso a la carga emocional, de pedir una disculpa, e enviar un abrazo, de decir un te quiero. Se quedan sin ajustar para pagar el alquiler, la luz, el agua, la gasolina, o el autobús. Se quedan hasta sin comer y terminan prestando dinero para pasar el mes, todo con tal de que allá los suyos y las suyas al abrir la caja sientan y vean el corazón palpitante envuelto en papel de regalo en un centenar de pedacitos. El asunto es: ¿allá lo sentirán palpitar borracho de nostalgia y añoranza? ¿Allá también considerarán el contenido inservible? Yo estoy aquí así es que me quedo con la duda.
Ilka.
Junio 11 de 2013.
Tabucolandia.

2 comentarios

  1. auch… pobre gente… tenes la habilidad de encogerme el corazón cuando te leo, creo que para muchos es un gusto compartir con sus lejanos, y para la gente aquí es una gran emoción recibirlas también, todo esta en el afecto que se tienen entre si..

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