Temporal de justicia.

No, si no ha llovido por gusto en mayo. No por gusto florea el izote y el tamborillo, no por gusto reverdece el zacate y no por gusto las libélulas se enfilan hacia la quebrada. No por gusto se despiden las chicharras con un sonoro canto silvestre.  No por gusto los charcos y los lodazales. No por gusto es el mes de la siembra, el mes de la fertilidad de la tierra.
Un diez de mayo inolvidable. De chiripa, carambola, temblorina, apocalíptico, capicúa. Un diez de mayo de un dos tres chiricuarta por mí y por mis amigos, de esos amigos  niños, adolescentes que desde  la negrura de una fosa clandestina corren en el juego de la libertad.
Insólitamente hermosa es la prosa de la  justicia cuando se desnuda  en sutileza ante un pueblo que ha clamado sus versos más sublimes, durante siglos.
No, si el temporal  no es por gusto el agua lava las heridas porque es agua caída del cielo abrazada por las nubes que han sido testigos de tanta atrocidad.
Engranizada para hacer retumbar hasta la más seca quebrada de injusticia y desaliento.
Un diez de mayo poéticamente lozano la semilla volverá a crecer no existirá jamás tierra arrasada que no retoñe la raíz de un nuevo amanecer.
Ningún fusil que robe el suspiro de la vida en albedrío.
Se escucha en el viento el eco de cantos de todos aquellos, de todas aquellas que en la sombras de las desapariciones forzadas hoy elevan las voces en  trovas de ventura y  bonanza. Se siente el latir de sus corazones en cada gota de lluvia. No han  muerto, son inmortales, perennes flores en los zacatales.
Hoy majestuosamente honrado el diez de mayo hace loor a la fecha, honrar a la mujer madre: la madre de  hijos e hijas desaparecidos,  madres de crías a las que se las tragó el genocidio, madres que hoy  prueban por primera vez  el sabor de la sal de una lágrima de sosiego, de tranquilidad, una lágrima que permite un respiro, un descanso bajo la sombra del pino.
El mes de la lluvia ha mojado la tierra árida, desértica, ultrajada, manchada de sangre seca que derramaron las oquedades de niñas y mujeres violadas por el hermano soldado que nos las respetó. La sangre de vidas truncadas en la ferocidad  y el ansia de asesinos disfrazados de seguridad.
Cantan las aves, entona el riachuelo las coplas de un nuevo nacimiento en el corazón de la montaña, agua cristalina que nutrirá hasta el alma más golpeada por el puño genocida.
En la urbe las paredes bajo siete capas de pintura guardan tranquilas los recuerdos  que hoy en grafiti van  a expresar.
No, si en mayo no llueve por gusto. El temporal no es pasada de nube. Nos ha caído una borrasca de justicia, ¡salgamos a mojarnos!
Por quienes hoy aun anónimos ocultos sus cuerpos en más de una cuneta en las calles del país,  aplauden   la memoria histórica, la honradez,  y lucha implacable.
Salgamos a mojarnos por quienes lloraron sangre en los centros de tortura.
Por quienes hoy no pueden abrazar a sus madres, conversar con sus padres.
Por quienes hoy dejan de ser invisibles  en el paso del tiempo y han tomado las calles, los caminos y los cerros  retornando a sus hogares convertidos en lluvia y niebla llamadas: justicia.
Salgamos a mojarnos por  los miles que desde el amargo exilio han bebido la hiel del destierro obligatorio, consecuentemente por salvaguardar sus vidas.
No, si en mayo no llueve por gusto, tampoco por gusto florea el izote, el  güisquilar, y las guías de ayote,  es porque pronto darán los frutos de estas largas décadas en busca de la justicia que dejó de ser botón.
Salgamos a mojarnos que esto no es un chaparrón. Tampoco visión de espanto en madrugada, créalo en Guatemala se empieza a respirar la bruma de la justicia en el colorido mes de las flores.
Salgamos a mojarnos por la memoria histórica, por el corazón latiendo de quienes hoy desde alguna nube convertidos y convertidas en gotas de lluvia nos abrazan.
Por ellos y por ellas que son el arcoíris que nos recuerda que después del temporal el cielo escampa.
¡Sí hubo genocidio y ha sido comprobado!
Aún falta acabar con el gorgojo de la milpa enjilotada para poderla ver mazorca, así mismo tirarle el chilate a los coches que ya se empieza a shuquear,  hoy se tiró el primer guacal aun faltan otros toles y tinajas. Y muchas mazmorras por llenar.
Gracias a quienes desde siempre han luchado, a las chicharras de más de un verano, a los gorriones de pechos amarillos, y a quien desde su plataforma se ha mantenido firme sin respiro en la  búsqueda de la justicia. A ustedes gracias por dejar a las generaciones nacientes el ejemplo de la honra y la frescura de la memoria histórica  con el otro rostro de la verdad.
Ilka.
Mayo 10 de 2013.
Tabucolandia.

4 comentarios

  1. HOJAS NEGRAS
    Con los pies mojados por la lluvia justiciera
    recorro miles de años luz
    atesoro el fulgor de las estrellas entre las manos
    y divido las miserias que un día masacraron la piel
    de miles de hermanos y hermanas guatemaltecas.
    El viento estaba curtido de quejas y…
    Las cicatrices de la tierra, expulsaban grumos de sangre
    coagulada, seca, negra,
    huesos amontonados en fosas clandestinas
    exigían justicia y un descanso eterno.
    Montañas, guardarán sollozos y gritos de hombres,
    mujeres y niños masacrados,
    por las laderas las heridas aún respiran, sangran lapidadas
    pero vivas exigiendo justica, con la sangre, con la piel,
    con el alma que aún está enterrada bajo la impunidad.
    El viento lloró sobre las cicatrices de la tierra,
    la lluvia cantó con un nudo en la garganta
    porque el subsuelo aún guarda esqueletos,
    y la memoria el dolor en carne viva,
    las penas marchitas lavaron hojas negras enlutadas,
    y la voz cansada de pueblos exterminados,
    sacudieron la tierra, se levantaron entre las cenizas,
    esperando que el Genocida
    se pudra detrás de las rejas.

  2. si hubo genocidio, sí hubo violencia sexual, sí hubo infanticidio, si hubo delitos de lesa humanidad…aunque voces interesadas quieran buscar cobijo entre las marañas legales y justificar lo injustificable tras tecnicismos….un paso ha sido dado!

  3. Como dijera algùn Papa: Piano-piano andiamo lontano!

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