Julita.

Despertó, abrió los ojos no pudo ver nada la densa oscuridad dentro del ropero no le permitió ver absolutamente nada.
Está atada de manos y pies le duele todo el cuerpo. Comienza a llorar de nuevo ya ha perdido la cuenta de los días que lleva encerrada en ese lugar, lo último que recuerda fue cuando le desataron los nudos de la sogas que tenía atadas en los pies y la abrieron de piernas, un hombre con un cuchillo le cortó en medio ahí en su parte privada, la que no debía enseñar a nadie le había dicho su mamá por teléfono en muchas ocasiones.
Tres hombres se le subieron encima y le metieron eso ahí en su parte íntima, la que no debía dejarse tocar por nadie.
Julita tiene nueve años de edad ha sido secuestrada para obligar a su padre a abandonar las dos casas que poseen y entregarlas con todo y escrituras, también las dos parcelas de tierra que compraron a las afueras del pueblo, el picopito de doble tracción que acaba de mandar de Estados Unidos.
Fidencio Aguirre es padre de cinco niños y de una niña, su Julita seis en total casado con Macarena Sicoy una maestra de primaria oriunda de Santa Catarina Ixtahuacán, ambos emigraron hacia Estados Unidos dejando a sus hijos al cuidado de los abuelos maternos.
Durante cinco años han trabajado en mil oficios para lograr darle a sus crías la oportunidad de la educación formal, sustento, calzado, vestido y un hogar propio.
Lograron comprar dos casas, después dos parcelas y el picopito con el que siempre soñó Fidencio para retornar y trabajar haciendo fletes.
Después de cinco años trabajando lavando platos en restaurantes, limpiando ventanas en edificios y oficinas, limpiando casas, cargando cajas en supermercados lograron juntar para poner una su tienda de abarrotes ése fue el último de sus sueños y planearon regresar para finales de ese verano.
Fidencio fue a depositar la remesa de todos los domingos ahí enviaba el dinero ganado durante la semana por él y su esposa, en Guatemala lo recibía su suegra y lo depositaba directamente a una cuenta bancaria.
No supo cómo pero alguien se enteró de la cantidad ahorrada en el banco y secuestraron a Julita al salir de la escuela, en un carro de doble tracción con vidrios poralizados se la llevaron cinco hombres armados y encapuchados. Lleva dos semanas secuestrada están pidiendo por el rescate treinta mil dólares, el abandono de las casas, las parcelas y entregar el picopito. Todo con escrituras en mano.
El matrimonio no posee ese dinero y en tres días se vence el plazo que dieron los secuestradores. No han escuchado la voz de Julita.
No saben que Julita ha sido vulnerada todos lo días, que su cuerpo sangra, que la tienen atada dentro de un ropero que ahí orina y defeca, que solo la sacan cuando la van a violar.
Llega la fecha estipulada por los secuestradores Fidencio y Macarena han retornado al país no han logrado juntar la cantidad de dinero solo diez mil dólares, entregan las escrituras de las casas, de las parcelas y el título del picopito, en un sobre los diez mil dólares en efectivo.
Esperan ver a Julita viva, pero Julita no llega con los secuestradores como lo habían prometido a sus padres, su cuerpo aparece dos días después en una bolsa negra plástica en un basurero de la ciudad capital.
Fidencio nunca sabrá que quien secuestró, vulneró y mató a su Julita fue su primo Chetío el militar. El mismo que montó guardia junto a un grupo de soldados rasos cuando se iba a realizar el canje. Los secuestradores escaparon con sus once ovejas…
Fidencio agarró a su esposa y a sus niños y emprendieron viaje nuevamente hacia Estados Unidos decidieron perforar la frontera asaltando los vagones del tren de la muerte, siguen desaparecidos nadie sabe nada de ellos.
Ilka.
Abril 09 de 2013.
Tabucolandia.

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