¡El Mito triunfa una vez más!

¡Muy pocas veces mi trinchera se viste de gala, hoy tiramos la casa por la ventana y hay cusha y chicha, post Huelga de Dolores!
Sucede en tan pocas ocasiones, -lastimosamente- en un país como Guatemala que un atleta se corone en lo más alto del podio de las disciplinas de élite, tan escasas que tienen propiedad de ser pasadas de nube en verano, o nevadas en San Marcos, algo así como los eclipses de sol y luna.
Más asombroso aun es que quien logre llegar a la cúspide sea un patojo nacido y crecido en las laderas de las clases sociales, en la última grada de la escalera, en el fondo del guindo, que sea uno de los invisibles al sistema pero la voz sonora de quien en la adversidad conquista sus propias quimeras.
¡Me refiero por supuesto a Erick Barrondo El Mito, el orgullo de Alta Verapaz y de la clase Obrera, Campesina y Proletaria!
Anhelo de años, arduas horas de entreno, frustraciones y negaciones, la recompensa no llega sola, la cúspide está en lo espigado y solo la conquistan quienes se aventuran a emprender el recorrido en el camino de espinas y tropiezos.
No cualquiera, éste es honor solamente de los grandes, de los que se atreven, de los que no desisten, de los que crean las oportunidades que la sociedad racista y clasista les ha negado.
De los que demuestran a un sistema podrido por escorias de la humanidad, que hay un corazón que canta en lo profundo de las montañas, que hay un eco rugiente que es neblina que puebla los sueños de las niñas y niños que crecen en la miseria del olvido.
De los que cautivan, de los que con una mano adelante y otra atrás levantan la cara y ven de frente al sol, de los que no bajan la guardia y que hermosamente se mantienen humildes sabiendo que son grandes, ¡como debe ser!
Es un privilegio y un honor para esta trastornada arrabalera vitorear el logro de Erick en la actual competencia en Dudince Eslovaquia en la prueba de cincuenta kilómetros, donde subió a lo más alto del podio con la medalla de oro e impuso marca para el continente americano.
¡No cualquiera! ¡A Erick no lo hizo el deporte federado de Guatemala! ¡Ni el Comité Olímpico! ¡Erick se hizo solo, a pulmón, a sudor helado entre los cerros y guindos de su natal Chiyuc!
¡Patojo de ladera¡ ¡Ishto de acantilados! ¡Cipote montuno!¡Canto de cerros y caminos enlodados!¡El Mito, es humilde y solo sos vos!
La gloria y la venia para el suelo que lo parió y lo vio crecer, el hijo está dando frutos y está devolviendo con gratitud y con creces, ¡esos son hombronazos dignos de imitar! Indiscutiblemente Erick Barrondo es, ¡una belleza que enamora! ¡Gracias Erick por permitirnos soñar en grande!
Ilka.
Marzo 22 de 2013.
Tabucolandia.

4 comentarios

  1. A estas alturas y dada la calidad competitiva de Barrondo, no debería sorprender que el muchacho gane cuanta competencia internacional le sea posible, él tiene para ser un gran campeón mundial. Lo que si sería sorpresa es que los “dirigentes” deportivos nacionales, ante tanta evidencia en el terreno de las acciones, cambiara totalmente su cerrado enfoque del ver al deporte como el privilegio de unos cuantos elegidos, no por sus capacidades atléticas, sino por su condición social y económica. Barrondo les ha demostrado una vez más a estos tercos y clasistas donde tienen y deben de buscar, no donde a ellos y sus prejuicios se les antoje.
    Señorita Oliva, gracias por su excelente artículo de opinión.

  2. Vicente Antonio Vásquez Bonilla

    Ilka linda: Muy bien dicho. Besos, Chente.

  3. ¿Habrá quizá una «Orden del Quetzal» para Barrondo?

    • Se la deben de otorgar pero claro será cuando la nieve de los años le caiga entre los huesos porque para ellos y para los que vendrán es un jovencito y no podrán medir el tamaño de la hazaña que logró, serán pasadas las décadas porque la historia se los exigirá.

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