Va por las Cheilis González anónimas.

No hay nada que me ponga como la gran puta como lo es la injusticia social, el racismo, la homofobia, el clasismo y todo modo de opresión, sumisión e invisibilidad impuesta por sociedades patriarcales y divididas en escalafones los valores que como persona tenés debido a lo que comés, vestís, aparentás…
No hay nada que me enerve como la violencia de todo tipo, la trata de personas y el abuso hacia la infancia.
El mequetrefe que se cree dueño de la mujer por ser su hermano, padre, conyugue o compañero.
Pero como maestra de Educación Física, árbitra de fútbol -si es que te interesan las etiquetas- y apasionada enloquecida del deporte al cual amo y respeto desde que tengo conciencia, me indigna totalmente que no se respete la capacidad y el desempeño de una deportista como Cheili González.
La cual ha demostrado una y otra vez hasta el cansancio que brilla con luz propia, a pesar de quienes la desprestigian y se ensañan en mantenerla en las sombras.
Y no se trata de un pabellón, un pedazo de palo y un pedazo de tela cualquiera… porque la denuncia no es por eso, sino porque una vez más dejan fuera a Cheili que sí ha demostrado tener la capacidad y ha llevado cantidad de medallas al país.
Pero, la misma mierda de siempre. No calza en el puto estatus que exige la sociedad clasista y racista. Cheili no es la niña bien, blanquita y de ojitos claros, no anda en carro y come frijoles y tortillas como el resto de los mortales.
Es morenita, bajita de estatura y de clase obrera campesina y proletaria. Nada más y nada menos que lo que conforma a este pueblo guatemalteco. Porque los que tienen ínfulas de sangre azul se creen dueños y dueñas.
Esta es una más de las sopotocientas ocasiones en que levanto mi voz en contra de ese clasismo y racismo en los deportes de élite y de todo tipo.
Si aun no les pasa a los mequetrefes de siempre de saco fino y mocasines, a los que viven de apariencias y se malgastan el dinero que debería ir directamente a becas deportivas… no, si a los hijos del Sombrerón no les pasa el trago amargo que con embudo les metió Erick Barrondo al llevarse la medalla de plata, el istho indígena de clase obrera, campesina y proletaria.
Y como de ahí vengo porque soy mitad garífuna y mitad xinca y si no lo fuera también me pronunciara con el mismo tono de voz, dejo aquí mi denuncia y mi inconformidad con esta sociedad de mierda de un país golpeado que llevo en el corazón.
Cheili estoy con vos y con cada deportista de pies descalzos, no hombre no jodan muchá, si aun con tantas décadas no les pasa que don Teodoro Palacios Flores que descalzo ganó medallas, tampoco la hazaña lograda por don Doroteo Guamuch Flores.
Una vez más el pertenecer a un género no es suficiente, hay que ganarse el puesto, con honestidad, dignidad y trabajo arduo.
Estos Juegos Centroamericanos dejan huella en la inauguración una vez más, el puto racismo y clasismo de mierda que nos moja como aguacero de mayo.
Mi reverencia a Cheili González hoy y siempre. Y a las Cheilis y Erick Barrondos que aun no nacen pero que darán gloria al país y a esa clase de donde vengo y por la cual me siento orgullosa: la obrera, campesina y proletaria.
Y no me jodan que hoy sí estoy escribiendo con el hígado y quien se me ponga al brinco le pongo a Cheili en la duela, tatami, zacate o talpetate para que les demuestre de qué estamos hechas las mujeres de pies descalzos.
Ilka.
Marzo 3 de 2013.
Tabucolandia.

4 comentarios

  1. Hasta hoy tuve la oportunidad de leerlo, pero tiene toda la boca llena de razón.

  2. Vicente Antonio Vásquez Bonilla

    Duele ser marginado, pero no importa cuando se tienen un corazón muy grande y se brilla con luz propia. ¡Arriba nuestros atletas de maíz! Un beso, Chente.

  3. Todo el derecho para estar indignad@. El artículo es una denuncia, un homenaje con coraje para tod@s aquell@s que sin ser tomad@s como parte de una sociedad la han representado y tienen más derecho y dignidad que los que l@s marginan

  4. has dicho!!! nuestra abanderada es Cheili…!

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