Un reconocimiento para dos.

Esa noche yo estaba trabajando de niñera cuidando a mi hijo de leche, cuando sonó el teléfono era Pamela, de Casa Guatemala me llamaba para preguntarme si podría asistir al evento del Día Internacional de la Mujer y que si podría dar una pequeña charla respecto a mi experiencia con mi bitácora.

Por lo regular yo  asisto a la mayoría de actividades que se realizan en ese recinto, pero para esa fecha yo ya tenía otro compromiso. Así que le dije que lo sentía mucho pero que en esta ocasión  no podría asistir. Escuche cómo Pamela se quedó en silencio por  un largo rato, hasta que me dijo: “¿estás segura que no podés ir? “ Yo le contesté que sí, que completamente que me disculpara. Entonces me dijo: “me va a tocar decirte la verdad y no quiero, porque se suponía que sería una sorpresa para vos, lo que sucede es que vamos a entregarte un reconocimiento esa noche por tu contribución a la comunidad guatemalteca migrante y a las mujeres”.

Decir que escuchar esas palabras no me emocionaron sería una mentira. Me fui de culo. Y me dio por tartamudear de la pura emoción. Pamela al otro lado se reía al escucharme tan eufórica, caso contrario sucedía en la cocina en donde yo  me encontraba dándole de cenar a mi hijo de leche, el pobre Conejito me preguntaba si estaba bien con sus monosílabos en inglés, me vio caminar de un lugar a otro con el celular pegado en la oreja, ya ni comió si no que se dedicó a seguirme con la mirada.

Le dije a Pamela que “¿cómo es posible vos?, ¿de verdad?, ¿casacas?”  “no es ninguna mentira, de verdad queremos darte un reconocimiento a vos y a otra mujer peruana que es maestra de teatro, cada año reconocemos a dos mujeres en esta conmemoración, por su aporte en la comunidad migrante y en el trabajo de aportar como mujeres.

Le ofrecí no conversar, no dar una charla ese día porque no podría. Le dije que con gusto escribiría algo y lo leería. Antes de colgar le agradecí mucho la oportunidad (segunda) de  invitarme a volver a  leer algo de  mi autoría en una ocasión tan especial.

Colgando y llorando, de la emoción se me salieron las lágrimas. Y mi Conejito me tocaba por todos lados preguntándome si estaba golpeada, si me había golpeado con algo y que si necesitaba  que  me sobara, me besaba las manos las piernas, según él que con un beso me iba a dejar de doler el golpe.
Los días siguientes me dediqué a llamar a Pamela para decirle que “¡qué emoción vos no me la creo!” “¡pues creétela porque es cierto, vos te lo merecés!”

Pasaron los días y no se me ocurría nada para escribir, hasta faltando dos días para el evento.
La tarde del sábado me alisté, nos trepamos al tronco móvil con mi hermana y agarramos camino  hacia la ciudad, los nervios comenzaron a hacer acto de presencia. Llegamos  la buena vibra nos recibió en la puerta de entrada. Después de la atipujada respectiva (platillos típicos) se presentó la película La Hija del Puma, que no importa cuántas veces la mirés, siempre consterna igual… ese genocidio que los militares y algunos conservadores de doble moral se empeñan en  negar que sucedió.

Y esa es la labor de Casa Guatemala, es la única organización en Chicago que se encarga de mantener la memoria fresca, de enseñar a los hijos e hijas de migrantes nacidos/as aquí lo acontecido en el pasado negro de la Guatemala de  donde viene su raíz.

Me invitaron a leer lo que escribí y pasé al frente a intentar leer despacio. Pero me fue imposible, yo hablo my rápido y en muchas ocasiones no se me entiende pero hice mi mejor esfuerzo y eso ya es un paso adelante.

Eso de pasar al frente… es otra de las cosas que perdí cuando emigré. O lo guardé en algún recóndito lugar  que me ha sido imposible encontrarlo durante todos estos años. Fue tal el cambio en mí que de ser el alma de las fiestas en Guatemala, de ser la alegre, la chica “cool” la jodona, me convertí en una ermitaña, me encuevé y le huí a las personas. Me agarré de páginas y páginas de libros leyendo historias que me alejaran de mi realidad, no quería pensar en mi realidad, en mi presente.

De ser la chica “relaciones interpersonales” en Guatemala, en Chicago me convertí en la ogra de un suburbio del norte de la ciudad. Y recuperar ese contacto con las personas me ha sido muy difícil, es algo que no he logrado del todo. Pero también es algo que no me quita el sueño. He logrado descubrir cosas mías en la compañía de mi soledad, mi bicicleta, mis libros y el gimnasio.

La noche del sábado comprobé que  en ese espacio tengo que volver  a empezar de cero, lo de las relaciones interpersonales dejó de ser mi fuerte. Poco a poco la soledad de la escritura ha ido ganando espacio en mí, y me siento cómoda hablando con mis adentros.

Fue una experiencia agradable la vivida esa noche, la adrenalina ya ha pasado pero la emoción de ese reconocimiento no. Nunca yo imaginé que escribir como catarsis me llevaría a pararme frente a un grupo de personas y leer de mi experiencia en una conmemoración tan importante como lo es El Día Internacional de la Mujer. Mucho menos pasó por mi cabeza que un día sería reconocida  por esa labor de escribana…

Son de esas sorpresas que te tiene la vida y q
ue te dejan un buen sabor de boca.  Mi agradecimiento a Casa Guatemala por este reconocimiento a mi labor de escritora bloguera. A quienes estuvieron acompañándome esa noche, y en especial a mi hermana-mamá que sin ella yo no sería la Ilka que ustedes leen por ende este reconocimiento para dos, micha y micha.

Ella lee y corrige mis escritos antes de ser publicados en el blog. Así  que es mi editora de cabecera. (Dizque corrige porque a la gran chucha un resto de faltas de ortografía…. Empezando por ahí, de cuando en cuando se enoja cuando toco temas familiares, pero entiende que es mi catarsis y que se trata de curar heridas y no se puede hacer sin que se ventile la herida, de lo contrario no se secaría)

Ilka Ibonette Oliva Corado.
Marzo 13 de 2012.
Estados Unidos.

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