The last bike ride…

…of the year.
Me alisto con licra larga y un pants, sudadero, bufanda y mi botella de agua. Jule canela a despedirme de la reserva forestal.

Me interno en las profundidades de aquel pequeño pulmón en donde habitan árboles de arce de hojas color fuego, venados, culebras, ardillas, coyotes, conejos, pájaros carpinteros y de cuando en cuando jinetes galopando en sus caballos.

El vendaval mece las ramas de los árboles arrancando con el envión a las últimas hojas moribundas, el suelo alfombrado de monte seco, zarzas y hojas color ocre. Los latidos de mi corazón incrementan el ritmo y se compactan con el de la naturaleza montuna: estoy en mi hábitat, me libero y siento cómo mis músculos crecen con el esfuerzo de la pedaleada, están llenándose de oxígeno están evitando atrofiarse, mi sangre está bombeándose como agua de toma en alguna vega de Teculután.

El frío literalmente me ha congelado las orejas pero el paisaje es acogedor, es la actividad que no permito a nadie interrumpir de mi día a día, es tiempo mío y de mis adentros. Hoy es el último bike ride of the year no sé cómo estaré y si estaré el otro año,  pero hoy en este momento en que voy pedaleando viva me siento – ¿o viva te quiero?- los lazos que me unen a la bicicleta son irrompibles al igual que los que me unen al fútbol.
Me detengo sobre un puente que atraviesa parte del río Des Plaines, ahí veo fluir el agua que empuja lentamente la corriente, de pronto a lo lejos veo acercarse a un puñado de patojas en kayak , me saludan con la mano. Todas/os quienes nos sumergimos en esa reserva forestal nos conocemos, me temo ser la única latinoamericana que la explora. Es casa de gringos/as, hindús, europeas/os y asiáticas/os en los tres años que llevo pedaleando en ésta,  nunca he visto a alguien de descendencia latinoamericana.

Ahí está mi bici, con sus llantas llenas de monte seco y lodo, con su botella de agua en el vientre. Esperando que de repente yo le declame algunos versos sueltos, ya que tiene de  dueña a una patoja demente.

¡Oh distinguida bicicleta! Permítame usted agradecerle por tan fina y leal compañía. Quisiera deshilar dos versos que causen en usted una emotiva sorpresa, pero me temo que los sepa de memoria y en lugar de alegrarle le refresquen la maceta y   se recordará usted  de  mis bajezas cometidas y seguramente querrá mandarme a punta de pedalazos a algún lugar del espacio sideral.

 Como del  día en que la dejé estacionada en pleno Navy Pier sin una cadena que la protegiera, habrá pensado en aquella ocasión que simulando alucinación veraniega quise dejarla a su suerte a ver si algún turista demente se la llevaba a diferente rumbo, pero sepa usted delicada amiga, que ésta su fiel servidora en aquella ocasión andaba en el completo limbo, causado por la  repentina  aparición de una fina gallinita inglesa, habrá de comprender que esas aves son  solamente de exhibición en algún museo de naturaleza,  más ésta no estaba disecada al contrario que caminaba con las plumas algodonadas en plena ciclo vía,  ha de saber usted que la impresión de aquellas finas alas, atolondró mis instintos y me he desbarrancado en la planicie de aquella playa veraniega.

Disculpe usted semejante desaire pero  con una aparición de tan exquisita  envergadura, me olvidé de mi misma y por supuesto de usted, seguramente la he de haber dejado arrumada junto a los cientos de bicicletas y me he de haber ido en busca de aquellas plumas, sin percatarme siquiera que aquella alucinación veraniega fue provocada por el bochorno  seductor del Summer time.

 Y sorpresivamente no fue una gallinita inglesa, tampoco un pato poc, fue un pijijito aventurero que se escapó de mi memoria  y me tocó perseguirlo a trote   de yegua salvaje entre la multitud,  le cuento para que se entere que voló por los cables de los acróbatas  del Cirque Shanghái Extreme, en pleno Navy Pier también se metió entre las rendijas del círculo de la muerte, ese en donde patinan seis hombres en motocicletas,  ha de imaginarse usted la vergüenza que pasé  carrereándolo por todo el escenario, para que en un levantón de alas volara hacia el Speedboat de Chicago, empapada terminé queriendo tomarlo de las alas mientras que el bote apresurado nos colaceaba por la bahía.
No le fue suficiente tal ultraje y se le ocurre volar hacia el Aquarium, me tocó pagar la entrada como sabrá no tengo alas para volar y nos sentamos a observar el acto pirata de los delfines, pensé que con semejante estafa se daría por bien servido pero al contrario aceleró sus deseos de  tomar el sol, y se   ha acostado en plena playa  con las plumas para arriba a broncearse la pechuga, me tocó imitarlo más la pechuga no me la podía broncear, me tocó acostarme boca abajo a contar granitos de arena y así llegó el ocaso deshilándose frente a nuestros ojos.

Pensé que entre lo aturdido de los colores chiltotos pintando el horizonte le bajaría el sueño y se buscaría un tapesco, sería el momento justo para embolsármelo y regresar a su lado, no al del pijijito al suyo distinguida bicicleta.  Pero vaya alucinación la mía, ¡si se encontraba en Chicago! Y voló por los cielos en busca de los Blue Man Group, me ha tocado treparme a un taxi y encontrarlo en plena cola para entrar al teatro, sin un dólar en la bolsa me tocó dejar empeñada mi sonrisa frescapil y disfrutar del espectáculo congelándome por el aire acondicionado más el pijijito emocionado me cobijó con sus plumas, salimos de aquel recinto con los ojos desorbitados habiendo adentro presenciado un derroche de talento e imaginación, pensé que con alentador espectáculo se daría por bien servido pero el re bandido voló hacia Navy Pier y se sentó en una mesa exigir una
cerveza, me tocó  pasarme una a la fuerza, como usté sabrá querida alera de pedaleadas y dunderas, una bebida exagerada me trastorna los sentidos y con dos tragos mal bebidos me da por improvisar.

Aterricé cuando ya íbamos  hechas pistolas usted y yo, en plena ciclo vía pedaleando por la orilla de aquel lago que parece mar, en busca del automóvil y que no nos fueran a multar, por habernos pasado de la hora, que entre mi asoleada alucinada  y usted en su cantineada con un triciclo para adultos, no se haga si bien que los vi juntos contado  las gaviotas en al había, vaya suerte la mía que usted se está anotando más puntos, en esos asuntos del amor. 

Mientras pedaleaba en la oscurana huyéndole a la multa de no cargar luces reflectoras o chaleco fluorescente, bien que sentí patente pedaleando a mi lado, a un par de pezuñas finas  trepadas en una bicicleta, pero desaparecieron cuando usted y yo llegamos al automóvil  entonces me percaté inmóvil que aquí no habitan gallinitas inglesas, ni pijijes sosiegos mucho menos aventureros, han de haber sido  las causantes de aquel delirio un par de plumas que usted y yo nos encontramos en la mañana en plena ciclo vía. Como sabrá y le consta de mis repentinos delirios, de mis descuelgues de memoria y de mi  fascinación por las plumas de estas aves, son estas austeras dueñas de mi corazón.

Más no se sienta aludida querida alera de pedaleada que hoy será usted muy bien guardada mientras pasa el invierno, ya llegará la primavera y será otro cuento el de hilvanar, tal vez ya no la deje  arrumada pero usted a mí sí, sí aparece un triciclo por ahí que la invite a dar la vuelta, se irá fina y despistada a surcar otras ciclo vías en algún lugar de la urbe de esta ciudad  y quedaré relegada en la humilde espera de que en esta ocasión sea usted la que me cuente un cuento mientras surcamos de nueva cuenta nuestra reserva forestal.

Ilka Ibonette Oliva Corado.
 22 de octubre de 2011
Estados Unidos.
  

4 comentarios

  1. Poet…

    Exactly, that is your real title.

    jmaria I am with you!

    same felling here.

  2. Que Talento amiguita!!! saludos…

    Por cierto me acorde de un dicho que me dice mi esposa «Acaso piensas que vengo de Arrear Pijijes» jaja… Un abrazo…

  3. Hi Poet, I've just read your last post, beautiful! wonderful! sorry for expressing my feelings in this crazy way, you might say. It is just I can't help but expressing them the way I do. You make me feel so good, the pulsations of my heart start to increase with joy and my mind keeps running the trail you signal with your magical letters, it's juts amazing to feel transported to another dimension, your soul! your magical world!, And then you say you're no a poet and want me no to praise you. You say I'm the least person you are going to accept any compliment from. I just don't understand why? Some day you'd have to clarify that to me. In the meantime I will keep calling you a poet, my beloved poet, and but me no buts. I love you so much!!

    With love
    Your insane follower

  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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