Nuestro Rey Feo Vitalicio.


Tendría yo apenas tal vez unos ocho años de edad, y comenzaba a tener conciencia de mis pasos, del hambre y del frío; cuando a mi papa, ya  le oía mentar a Don Lencho Patas Planas. En las polvorientas calles de Ciudad Peronia, supe por primera vez de él, cuando no imaginaba siquiera que podría cursar la primaria mucho menos cursar la educación superior en la Tricentenaria Universidad de Mis Amores.

Mi papa lo describía como un canchón hijueputón. Oriundo de Ipala Chiquimula.
Años después para cuando entrara a cursar la carrera de Psicología en la San Carlos, la admiración se profundizó, aunque nunca tuve la oportunidad de participar en una Huelga de Dolores, soy huelguera de corazón. Entendí por qué su amor confeso por el Alma Mater.

No tuve la oportunidad de conocerlo personalmente así es que no tuve el lujo de enriquecer mi experiencia con alguna conversación amena al lado de ese hombronazo.
Como San Carlista orgullosa de mi casa de estudios, me uno a la consternación de la comunidad huelguera por el fallecimiento de respetable e ilustre compañero. ¡Nuestro Rey Feo Vitalicio, orgullo de Ipala!

La entrevista realizada en Revista Domingo, (en el 2005) me tocó leerla ya en el destierro, pero me permitió acercarme un tantito al sentir y al pensar de aquel hombre que conoció el corazón de la Huelga de Dolores. Que no sólo le apostó a mantenerla viva, sino a la reconstrucción y limpieza de la misma. Lleva en su vestir y andar, la estampa del campesino del oriente guatemalteco, ha de ser por eso que me siento doble identificada con él.

En sus propias palabras: ““Todo Rey Feo debe tener una identidad propia y una representación de la esencia de su gente”. En Palabras de “Harry Potter”: “Él es el apóstol proveniente del reino de la Santa Chabela que, a pesar de su edad, lleva la sangre del movimiento huelguero universitario”.
Para quienes se han encargado de mancillar el nombre de la Huelga de Dolores, salen a su defensa personajes como Don Lencho Patas Planas y Harry Potter, emblemas de la reconstrucción y de la depuración de la misma.

Ese Canche de ojos claros, es el estandarte de nuestra Huelga de Dolores y de los Reyes Feos. Ganador del concurso durante seis años consecutivos, por allá de  1978. Yo ni pensaba en nacer.

En  palabras de David Pinto: “Vine a buscar oportunidades a la capital cuando tenía 32 años e inmediatamente me inscribí en la Universidad de San Carlos”, afirma al recordar cuando decidió dejar la escuela primaria de Quetzaltepeque, Chiquimula, en donde impartía clases.

“Yo fui un verdadero estudiante universitario, porque pasé por la Facultad de Humanidades, la Escuela de Filosofía, la Facultad de Derecho y la de Economía”.
Podría sacar estractos de la entrevista realizada a su persona en Revista Domingo, pero está de más, vos la podés leer por separado.

Esta nota, no es de duelo. Es un agradecimiento a Don Lencho Patas Planas, por su entrega, por su ejemplo y por su lucha, en la depuración y legitimidad de la Huelga de Dolores.

Un estudiante San Carlista de los de hueso colorado. Un Guatemalteco oriental “de a sombrero” –y no son casacas-. Optó junto al Honorable Comité de Huelga –que bien podían ser hijos suyos por la diferencia de edades- eliminar la talacha, porque denigraba a la Huelga, cosa con la que estuve sumamente de acuerdo.

Él es el vivo ejemplo de lo que es Ser –valga la redundancia- un San Carlista de hueso colorado, que honra a su casa de estudios con sus acciones, no como much
as y muchos que han egresado mancillando después al Alma Mater.

Podría rezar un rosario de sus logros y aventuras como Rey Feo Vitalicio, pero el motivo de mi letra es otro: aplaudir y festejar la vida y la escuela que nos deja, nuestro querido compañero  REVOLUCIONARIO DE CORAZÓN y Huelguero de hueso colorado: David Pinto, nuestro admirado y festejado “Lencho Patas Planas”.

Desde mi autoexilio me uno al aplauso masivo que hace el pueblo de Guatemala, la comunidad San Carlista y Huelguera, para honrar la vida de aquel  canche que Ipala vio nacer.

Para quienes lo tachan de vulgar y patan quiero decirles: que es tan vulgar y patán como vos y como yo, la gran diferencia es que  esas personas, han de pertenecer a la cúpila de las  que poseen y viven bajo la capa de la doble moral, que se dan tres golpes de pecho en público y en las esquinas bajo la luz de los faroles, lanzan su veneno.   El orgullo de ser de oriente consiste en tener la gracia de gritarte las verdades, y con una chispa y elocuencia que en lugar de enojarte te cae en gracia,  y de la alegría  hasta más atol terminás pidiendo.

¡Viva la Tricentenaria Universidad de San Carlos de Guatemala! ¡La Huelga de Dolores! ¡Viva Lencho Patas Planas! ¡Viva Ipala! ¡Viva el Oriente! Y que viva por siempre: ¡Nuestro Rey Feo Vitalicio David Pinto! ¡Viva ese oriental de pura cepa! ¡Hasta la Victoria Siempre!

Como nota aparte: ayer le comentaba a Harry Potter, de lo que me pesaba estar lejos para no celebrar con ellos el lanzamiento de nuestro proyecto La Gaceta Independiente, lo celebré solita mientras limpiaba una casa. Nunca imaginé que hoy estaría escribiendo esta nota. Está demás decir que La Gaceta Independiente está impregnada de la esencia de Don Lencho Patas Planas y del corazón  huelgueo de quienes la conformamos. Y por supuesto lucharemos contra viento y marea para mantenerla a flote y ejercer el derecho de La Libre Expresión del Pensamiento.




Ilka Ibonette Oliva Corado.
Septiembre 24 de 2011.
Estados Unidos.










Un comentario

  1. Apreciable Ilka:
    Comparto sus conceptos en cuanto a el personaje y la persona de «Lencho Patas Planas». Para los Sancarlistas de corazón es una perdída irreparable. ¡Que viva la USAC!
    Atta. Roxandra Gutíerrez

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