cronicasdeunainquilina.com
Nuestro Rey Feo Vitalicio.
Tendría yo apenas tal vez unos ocho años de edad, y comenzaba a tener conciencia de mis pasos, del hambre y del frío; cuando a mi papa, ya le oía mentar a Don Lencho Patas Planas. En las polvorientas calles de Ciudad Peronia, supe por primera vez de él, cuando no imaginaba siquiera que podría cursa