El Gran Moyas.


En un día como hoy fallece en España, Miguel Ángel Asturias, nuestro Nobel de Literatura.
Me quedé bajando libros y haciendo cuentas hasta con los dedos de los pies, yo no había nacido pué. Y es que para hablar de él, se necesita mínimo una  bolsa de Fab Limón y dos bolas de Corona y una de Punto Azul; ¡para jabonearse bien la boca!

Su legado: obras magníficas en donde se cuenta la historia de opresión, el racismo, despotismo y traición que vivió –y sigue viviendo- Guatemala en aquellos años, en los que él se atrevió a ser voz de los silenciados. Voz de los pobres y hambrientos, de los olvidados.

Hace 37 años partió hacia ese lugar que desconocemos los humanos. Murió en territorio extranjero y así mismo en territorio extranjero fue enterrado, ¡…Uta ma…!  Lo que menos desea quien vive en la diáspora, es que se le apague la luz en suelo extraño. En Guatemala, a alguien se le ocurrió hacer un monumento en la Avenida la Reforma, y ahí lo mirás, cagado por  sobrantes de palomas y pájaros,  negreado por  el humo de camionetas y carros,  y ajeno a las miradas de quien camina y conduce por la Zona Viva. ¿Quién será ese tipo con dos libros en las manos?  Y si no reconocemos el monumento, me pregunto, ¿cómo putas vamos a conocer su obra?

Su obra: qué decir de sus libros, en todos y en cada uno; descifra, hilvana, desnuda, exclama, llora, colorea y delata el dolor de un pueblo marginado; por  dictadores, anarquistas, lacayos de cuello blanco,  y vende patrias. La sombra aniquiladora de la United Fruit Company.

En cada letra describe el paisaje, la vida y los silencios de la Guatemala que lo parió, he hizo honor al Nido, escribiendo en criollo, con esos modismos que ahora extintos se esconden tras la tecnología y la moda. Y con esos modismos propios, ganó el Nobel. Colocando a Guatemala en la cúspide, ante los ojos del mundo y demostró que aún sufrida y marginada y saqueada y atropellada, Guatemala era Guatemala: su tierra, su nido, su amor. ¡El nido… sólo hay uno: aunque en el destierro nos pasemos construyendo, comprando y alquilando otros… sólo son de imitación… No soy experta en analogías y críticas a literatos,  veo tan bagre esa labor de andar criticando el sentimiento y las emociones de quienes desnudan su alma y la convierten en letras. En ellas siempre habrá ese halo… de no sé qué…  de subjetividad, lo latente, a primera instancia lo objetivo tal vez… pero más allá… hay tantos mensajes subliminales, por muy ficción que sea. Muchas verdades contadas a medias o bien; tan claras que necesitan ser barnizadas por el matiz de las letras.
Su grito de guerra: El Señor Presidente…,-y mi enamoramiento por Cara de Ángel-  El Papa Verde, Los Ojos de los Enterrados, Viento Fuerte, Leyendas de Guatemala, Hombres de Maíz. ¿Y qué me decís de su tesis? En todas desenreda aquel marasmo que ensombreció a la Guatemala de su época.  Su letra fue su voz, su presencia en contra de la injusticia y opresión. Luchando en letra y en acción por la abolición de la desigualdad. Tan criollo  como vos y como yo. Su consciencia social como la de pocos hombres.
Sin embargo… yo no vengo a hablar de su biografía, de su vida y de su obra, para eso existe la tecnología. Y las bibliotecas.
Lo que realmente me inquieta es: ¿qué tanto sabe de él nuestra juventud guatemalteca?, las patojas y patojos que estudian los básicos,  en diversificado, quienes  tienen la grandiosa oportunidad de estudiar en grandes ligas: en las universidades. ¿Qué saben de él, el zapatero de la esquina? -¡la nía Yoyis!- el chiclero, la secretaria de la empresa de enfrente, la muchacha que trabaja en la maquila coreana, el trailero,  quien trabaja en el mantenimiento de hospitales y empresas privadas. ¿Qué sabe el pueblo de Miguel Ángel Asturias? Los libros no son para que se empolven sino para leerse. ¡Ellos también son cultura!  Me perturba el pensar: ¿qué será de  nuestras/tros adolescentes, si carecen de cultura escrita? Ya lo estamos viendo, lo estamos viviendo… esa carencia de identidad, esta también se adquiere en los libros. El conocimiento, la tradición, la raíz, está ahí también: desde el Popol Vuh, pasando por Los Anales de los Cackchiqueles o Memorial de Sololá, y lanzarse en la lúgubre añoranza de Juan Diéguez Olaverri y el poema que desarma el alma en el exilio: A Los Cuchumatanes.

Sabrán de: José Milla y Vidaurre, -¡Arriba Quezada y la Cuna del Sol!- Rodríguez Macal, Delia Quiñónez, Margarita Carrera, Alaíde Foppa.
¿Conocerán las desconsoladas letras que habitan en La Patria del Criollo? ¿O el suplicio de amor de: Yo pienso en Ti?
Pero me temo que no leemos, ni los periódicos antes de utilizarlos como papel  higiénico, mucho menos los libros que tanta vida  y conocimiento tie
nen en sus hojas. Eso sucede en Guatemala, allá dentro del cerco de alambrado y flor de izote, palo de jiote y flor de pito. ¿A qué no te imaginás qué sucede con quienes dundeamos en tierras extrañas? ¡Una agua en bolsa si adivinás! ¡Va pues, también una bolsita de picarones y dos chicles Corvis de cardamomo!
Pero como vos ya sabés,  que por mi hiperactividad tampoco puedo optar por escribir de un solo tema.

Hoy pensé en el Gran Moyas, el ícono, quien afincara el precedente de que en Latinoamérica y específicamente en Guatemala también había –hay-  talento literario. Después de él un puñado,  -el propio Gabo-   pero; lo repito, después de él.
No puedo, ni debo, ni quiero negar la cruz de mi parroquia; vivo en el extranjero, arribita del mapa, justo en donde se maquilan las peores amenazas del capitalismo y bajita la mano  después se riegan como pólvora hacia el resto del mundo, ahí justito vivo yo, como a dos cuadras, después del poste de luz,  cruzás a mano derecha.
Si en Guatemala la gente no lee,   aquí multiplícalo por diez, le sacás la raíz cuadrada,  sumále lo que te dio de resultado de la regla de tres, después buscás el triángulo del cuadro, cuadrado y óvalo  de la hipotenusa, y al final le restás dos onzas de identidad.
¡Así estamos en el extranjero! Ni en manojo, ni por medida, ni por mano, ni por onza… ni por nada…
Lo mencionaba anteriormente,  quien  no viene bien apercollada/do  a su identidad y se aferra a ella como único medio de sobrevivencia, es presa fácil, para flotar en la reventazón del mar negro que envuelve este país de multiculturas.

Ahora echále pluma vos, ¿cómo estarán en cuestión de identidad las hijas e hijos de migrantes guatemaltecas/cos en tierras del engañoso sueño americano?
¿Así o te la barajeo más despacio?

Sucede algo trágico con ellas y ellos. Porque no son de aquí y tampoco de allá,  osea; ni policías ni ladrones, ni matateroterolá, ni don camarón tintero, mucho menos, arranca cebolla, ni de trompo y cincos, de dónde técnicas al paderón,  ir a cortar jocotes o a barranquear… -describo juegos “de hombres” porque esos jugué y para mí son unisex-.
Las pobres crías tampoco viven la vida de gringos, es decir no son cien por ciento parte del sistema, nunca se terminan de acoplar, aunque hayan nacido aquí. Hablo de USA porque aquí vivo, pero lo mismo ha de suceder con gente que vive en otros países y fuera de las fronteras de su patria.

Si son hijas e hijos de  migrantes sin documentos “legales” ya estuvo que viven el mismo encierro que los padres, porque estos no tienen la libertad de salir, más que de la casa al trabajo y viceversa.

Osea que por muy bien que sea su salario, tampoco pueden tener la libertad de irse  de vacaciones, porque la migra está en todos lados, en donde menos te lo imaginás. No podés optar a sacar tarjetas de crédito y  prácticamente en  ningún hotel o centro recreacional te permiten hacer una reservación ó trámite por medio de una de esas tarjetas. Regularmente son teléfonos pre-pago, no podés tener línea telefónica, salvo que haya un lugar en donde tranceen y te lo permitan.

Así que igual sucede con las niñas y niños, de la escuela a la casa y a encerrarse, a vivir el encierro de sus padres  y el mismo estado inestable emocionalmente hablando. Por  el bajo recurso económico de los padres, estas criaturas  -salvo que sean shecas- tampoco  tienen mayor acceso a un programa escolar en la universidad. Salvo que por sus calificaciones puedan optar a una beca o un préstamo por medio del gobierno.

La mayoría lamentablemente abandona la escuela terminando los básicos. Y quienes tienen la oportunidad de saltar a niveles superiores las desaprovechan.
Y en casa; tienen esos juegos en los ordenadores y en las televisiones,   pasan horas y horas embobadas/dos   perdidas/dos en ese laberinto de distracción. Son llamadas/dos, latinoamericanas/nos, aunque hayan nacido aquí, cosa que no sucede con personas descendientes de países de otros continentes.
Y a todo esto la Ilka ya se enredó, ¿por dónde dejó a Miguel Ángel Asturias y Alaíde Foppa? Aquí voy. Que la cultura se extravía en algún lugar del diario vivir,  la identidad se va desapareciendo poco a poco,  quedando extinta a la hora de querer hacer acto de presencia en quienes han nacido en suelo extraño.

Ojo que identidad no es: cargar estampitas pegadas en el carro que digan: ¡Soy Chapín 100%! O cargar playeras que digan: ¡Cerveza Gallo! O el otro de: ¡Tierno, Jugoso y Crujiente!
Tampoco es lo que exporta el INGUAT y organizaciones guatemaltecas en el extranjero: mujeres disfrazadas  con güipil y corte, sin tener noción siquiera de lo que andan puesto.  Cultura no es atipujarte de cerveza Famosa –como se le llama a la Gallo en el extranjero-  hasta que se acaben las cajas en la tienda.
Cultura sos vos;  lo que leés, lo que comés, lo que mirás, cómo te expresás, tu forma de actuar, tu juicio. La costumbre y la tradición. Identidad: es esa consciencia que tenés de ser vos y no querer parecerte a la demás mara… vos sos Guatemala que no se te olvide;  que como  te vean, verán a Guate, porque somos embajadoras/res en el extranjero.

¿Y cómo se nutre la cultura y la identidad pué Ilka?  En todas formas,  pero es imprescindible la lectura de literatura guatemalteca, porque no sólo de pan vive el ser humano. ¡También hay que nutrir el alma y las raíces!
No hay en Chicago –y no sé si en algún otro Estado y tampoco cómo estarán organizada la mara chapina  en otros países- un solo lugar en donde vos podás encontrar libros de Guate, me refiero a ningún lugar propio,  sí los hay de marimbas, danzas, actividades artísticas… bailes específicamente. Pero de letras… no lo hay. ¿Por qué? ¿Acaso no es importante? ¿Para Tatas y Nanas y crías nacidas en suelo extraño? ¿Alguna biblioteca puramente  criolla? Nones.
Las únicas dos librerías que hay en Chicago, son de dueños mexicanos, ya vas que vas a encontrar allí libros de autoras/res guatemaltecas/cos,  de El Gran Moyas encontrás en bibliotecas gringas, claro en inglés, ¡pero a él  sería un sacrilegio leerlo en lengua extraña! Pero de algo a nada… ¿preferimos  una medida de tomate mandarina va? ¡O qué tal unas hojas de jocote tierno con sal y limón! ¡Digo… para empezar a  hacer base con lo de la soloqueada de jocotes de corona!
Entonces por donde busqués cultura  guatemalteca escrita no encontrás. Salvo que tengás las ventajas de entrar a internet y comprar “online”. Pero también no toda la mara tiene ese acceso.
 En esos mis deschavetazos migratorios, ocasionados por la diáspora y el bochorno del verano pensaba: ¿y si se pone las pilas el Ministerio de Cultura y Deportes y el Ministerio de Educación?,  para trabajar en conjunto con el  Ministerio de Relaciones Exteriores y éste a través de sus brazos; Embajadas y Consulados alrededor del mundo. Se podría hacer un tiraje de sopotocientos ejemplares de autores y autoras guatemaltecos/cas,  y colocarlos en un kiosco en las instalaciones de los consulados,  diría que de gratis, porque es su obligación y responsabilidad educar dentro y fuera de las fronteras… -sino para qué la naturalización-   bien se le podrían extender gratuitamente a hijas e hijos de migrantes nacidos en el extranjero.

O bien darlos a cambio de un precio módico y significativo,  que podría ser utilizado para seguir imprimiendo libros y estos para educar y nutrir, el tema de cultura e identidad en el extranjero.
Porque lo de la propaganda del INGUAT marea.

¡Sería fabuloso  encontrarse con la sorpresa de que cuando vayás a renovar tu Tarjeta Consular o algún otro trámite, te encontraras con que hay libros! ¡Producto Of! –así le llamo yo a lo hecho en Guatemala, así lo dicen las etiquetas; Product of Guatemala-.

Y entonces conocerían las criaturas  y viajarían a través de su imaginación a las bananeras de Izabal,  olerían lo podrido de los basureros, escucharían el bullicio del Parque Central,  el silencio de la noche en Los Cuchumatanes. Conocerían la historia de la patria en donde nacieron sus  padres y madres y el por qué de muchas cosas que desconocen hasta sus propias/pios progenitoras/res.

El Gran Moyas…  y  un resto más, serían leídas/dos en castellano,  por criaturas de herencia Guatemalteca… un sueño… lejano y fantasmagórico, como la propia utopía.  ¡Quién quita y se haga realidad! ¿Qué pensás vos?
Ilka Ibonette Oliva Corado.
Junio 09 de 2011.
Gringolandia. ¿Alguien por vida suya me convida un pache?