El verano es otra historia…


…Una vuelta de hoja total. Días de cielos desnudos y nubes blancas ralas, que forman surcos  y arados en el horizonte. Llegó por fin el verano, tan esperado, tres meses  en que las hormonas se enloquecen, cambian totalmente los estados de ánimo; y el colorido  y multitud de la ciudad.

Las hormonas: porque no hace falta que las hembras estemos en tiempo de ovulación para  embrujarnos con el encanto de Venus; que según la mitología romana es la diosa del amor, la belleza y la fertilidad.  Afroditas nos creemos durante tres meses, esa otra diosa de la mitología griega; dueñas del amor, la belleza, la lujuria, la sexualidad  y la reproducción.  En Verano más que en otra estación del año, los cinco sentidos están a flor de piel, atentos, y a la expectativa, esperando el momento  preciso en que aparezca Eros  y junto a  él Cupido.

Estos cuatro  personajes mitológicos, se apropian del ambiente, en calles, parques, cines, y específicamente en discotecas. Ahí es el centro de atención, inmerso en ese mundo nocturno, entre el bullicio, el sudor, el roce de las pieles, la sensualidad de movimientos candentes, las bebidas espirituosas y la música que  enciende el fuego; del deseo, la pasión, lo prohibido, lo exótico, lo nuevo.

Ahí las minifaldas terminan como cinchos, las blusas como sostenes, las manos al compás de la música acarician senos y caderas por igual, un beso por aquí y un beso por allá, un rose, un abrazo, una sonrisa, un coqueteo, y todas la tácticas y técnicas utilizables en el juego de la seducción.
El hombre siempre listo con el anzuelo y la mejor carnada, y la mujer, jugando a ser la próxima víctima. Él, el cazador, ella la presa fácil. O al revés, ella la seductora y dueña de sus movimientos, cada paso lo calcula fríamente; finge ser arisca dependiendo a la presa que tenga en la mirilla.

Las hay quienes fingen ser sumisas,  las calladitas, las de sonrisa dulce y tímida, de movimientos suaves y arrítmicos; una técnica perfecta para que se acerque el macho cazador, a intentar “enseñar” y dirigir el baile, ha caído – ¿él o ella?-  porque ella se deja dar vueltas como plumita, las que él dirija, y entre conversación del clima, la música, la canción, las  bebidas, ya estuvo: que   con su juego de timidez, le sacó al pobre macho que se creía domador,  hasta el número de licencia de conducir. Que te comparto el  número de teléfono, dirección de correo electrónico,  -el  número de PIN del blackberry-  pero ¿estás en facebook?  ¡Hagámonos amigos! ¿Cuándo vuelves a venir? ¡Yo te aviso ahora que ya somos amigos  en facebook y tenemos nuestros correos!

Claro, la joven que aparentaba ser la víctima se percata de  que el tipo por lo menos tenga: ¡título universitario!, carro, alquile un apartamento solo,  una jugosa cuenta en el banco -¡no sé cómo le hacen para averiguar todo eso en una discoteca pero lo logran!; si es casado, viudo, soltero o divorciado no importa; aquí la cosa es; ¡al goce no al retozo! Pero si ya entrada la conversación y el baile, los roces y el cuestionario de preguntas,  la supuesta víctima se percata que el tipo es “un don nadie” por no “Tener” y simplemente “Ser” , la ofendida con un profesionalismo de espía “se las espanta” y se esfuma de la escena del crimen, dejando al pobre mundano, con un número de teléfono falso anotado en la palma de su mano. ¡Herida en su olfato de sabuesa se alegra al saber que por lo menos le sacó una bebida! Algunas ni las bebidas, porque por más intento que hagan, el espectador anda buscando de otro tipo de programa en la televisión  y  con su control remoto, ¡tas un botón y a la goma! ¡Eso sí ha de doler vaa! ¡Qué tu versión barata de Afrodita! ¡Eros anda en busca de Venus!

También las hay, quienes no buscan más que retozo y tienen entre ceja y ceja el sexo –qué bueno que el tántrico pero no-  ¡esa noche se acuestan con alguien porque se acuestan! Si es él; qué importa que la futura difunta tenga sostenes con copa de algodón y luzca a leguas  el engaño,  si es monja, policía, viuda, casada,  ¡se lleva  a una hembra a la cama porque se la lleva! Y así el verano y su humedad, confabulan para enloquecer y  aturdir  a Venus, Afrodita, Eros y Cupido, tan así que estos cuatro personajes mitológicos, terminan intercambiando los papeles, es por eso que para cuando llega otoño, los finales felices son pocos y el resto se quedó en un “amor de verano” y en una “noche de copas una noche loca”. –María Conchita Alonso- 
Yo ya estoy curada en salud, después de tantos plantones quietesita me miro más bonita; deliro por los hombres morenos, entre más prietos mejor, mi gran clavo es que yo también soy morena, y por lo regular a ellos les gustan las blancas, entonces no importa si les hago la danza de los 7 velos,  malabares, o me pare de pestañas,  siempre termino bateada. Una de dos:  ¿me echo cal o me hago la bestia? Preferí la segunda.

< span style="font-family:'Book Antiqua', serif;font-size:12pt;line-height:150%;">Las ciclo vías se llenan de ¿ciclo transeúntes? En Chicago hay  más ciclo vías que autopistas,  la que corre a un costado del Lake Short Drive, es una fascinación, vas por toda la orilla del lago Michigan,  y  te atravesás el centro de la ciudad si querés.  No hay lugar por donde vos no podás dejar estacionada tu bici, hasta en los cines hay estacionamiento para bicicletas, sí, en hospitales, tiendas, museos, centros comerciales, gasolineras, por donde se te antoje.

Las reservas forestales que quedan cerca de mi casa, me las atravieso tres veces por semana y visito por lo menos dos veces al mes, la ciclo vía que corre por la orilla del lago,  -en el centro de la ciudad-  los sábados por las mañanas, trepo la bici al baúl del carro y jule  canela,  allá me encuentro con un mundo de   gente: unas en patineta, monopatines, patines, bicicletas en todos los estilos, también quienes van a correr, a jugar voli a la orilla de la playa, y te  maravillás con los cuerpazazazos  sudorosos y musculosos de hombres velludos, con barba de tres días, morenos-prietos-azabaches- de esos  a los que quisieras desmayárteles en los brazos y no despertar hasta que te tengan acostada en tu alcoba, así enrrolladita en sus brazos. Lo Afrodita y Venus, fluye como un torrente de agua de cascada,  una de dos: te desmayás por el impacto o dejás que ese torrente busque y encuentre la desembocadura en el río La Pasión. -Sayaxche Petén-.

En licra, pantalonetas, camisetas, lentes, gorras, sombreros,  huelen a bloqueador y bronceador de  aceite de coco, se sumergen en las frías aguas del Michigan Lake, y entonces vos  lo que hacés es parar, dis que a tomar agua y a descansar, a tomar aire, te apeás de la bici y te deleitás la pupila,  ahí estás creaneando si te quitás la  pantaloneta y también se aventás el panzazo en el lago. ¿Pero y es que el  tamaño del bucul? ¿Y  la celulitis?  ¡A la goma! ¡Verano es verano!

Escena futura presa, toma dos: te hacés la que no podés nadar para que se aviente  a rescatarte el buenón que está enfrente tirado sobre la arena,  lo planificás, y a todo lo que da te lanzás de cabeza,  salís a flote y comenzás a dramatizar,   pero quien se tira a rescatarte es el abuelito que estaba pescando, porque el buenón que vos querías, está anonadado observando el cuerpazo de otra chavona  -de las docenas que hay en la playa- que está colocándose bronceador y,  ¡ni por donde pasó que vos estés en el paisaje!


Divisiones: ¡ajá! cada comuna pinta su raya divisoria, «invisible» en el sector de las playas del lago. Por un lago mirás pegado al sector de la playa para perros,  porque lo hay,  a la comunidad latinoamericana, ahí vos mirás basura por doquier, nunca en los  contenedores puesto ahí para esa función,  baños sin papel,  -¡se roban el papel sanitario!- carros con bocinas de discoteca, a todo lo que da de volumen. Casi nadie ajercitándose, ahí mirás vos, hieleras y hieleras  llenas de cerveza y gaseosas. Parrillas con carne asándose hasta para alimentar a un batallón. Me atrevo a decir que cuesta que crezca la hierba en el sector,  porque la mara, lleva sus sábanas y a dormir la mona y   pasar la goma después de la atipujada. 
Caso distinto en el sector de las playas cercanas al centro de la ciudad,  -en donde asisten mayormente gringos, asiáticos y europeos- ahí es raro quien lleve carne, cerveza y gaseosas. Al contrario, la gente utiliza el sector para hacer ejercicio, disfrutar de la vista y caminar en los alrededores, no mirás basura tirada, ni borrachos, ni gente tratando de orinar en los arbustos, grama por doquier, y las flores se mueren hasta les toca, ¡no las cortan para llevarlas de obsequio! Ahí vos dejás tu bici en cualquier estacionamiento sin ningún clavo. Pero en la playa de abajo, ¡aunque la dejés con cadena te la pepenan! Lo que es, es; no es la mayoría, pero sí lamentablemente Latinoamérica y su bajo nivel «cultural» en cuestiones como estas, deja mucho que desear.

Por eso es mejor no actuar, no lanzar anzuelos, no planificar, no fingir ser la presa fácil, quitarse las caretas, no colocarse capas y capas de maquillaje para intentar cubrir las “imperfecciones”: en el verano y  todas las estaciones tenés que:  ser vos misma,  andar libremente, cómoda, aceptando tu cuerpo, para que te podás lanzar de cabeza, de panzazo,  o como querrás, sobre cualquier agua,  sin esperar  a que ningún fulano se lance a salvarte, pero para eso, ¡es necesario aprender a nadar! Lleva su proceso… ¡pero se logra!

Respecto a las discotecas; el baile no se aprende, los pasos no se memorizan, el goce está en saber disfrutar el ritmo, mover tu cuerpo al  compás de la música, liberarte, desinhibirte, -con y sin bebidas espirituosas-  no esperar a que el pescador te lance el anzuelo, ni que el cazador te tenga en la mirilla, porque vos no sos presa  de nadie; estás ahí porque vas a bailar, ¿entonces? ¡Baile mijita! En el baile no importan títulos, ni dinero, ni glamur, ni fingir, ni aparentar, para bailar como para todo en la vida, se necesita: corazón.

Y si es él: no a todas las mujeres nos gusta que nos toquen las caderas y las tetas cuando bailamos –bueno por lo menos no en público- tampoco que nos lancen anzuelos, ni nos gustan los gallitos de pelea, ¡listos para machucar!,  disfrutamos más, cuando  un caballero extiende su mano, nos invita a disfrutar del ritmo de la noche  -The Sacados-  y se tira de cabeza junto a nosotras a la pista de  baile, ¡a bailar! A Don Juan Tenorio, dejémoslo en 1,844. Lo de Afroditas  nos sale solititito, ¡cuando nosotras queremos y no  precisamente en una pista de baile!

Volviendo al verano anglo, es que tampoco es anglosajón del todo, porque entonces me tendría que referir a Inglaterra, aquí la mara ya está mixteada, -como el nixtamal-  dejémoslo en verano estadounidense: de temperaturas que sobrepasan los 40 grados centígrados, días y noches  en la  humedad, -yo me siento en Escuintla, ciudad de las palmeras, Escuintla ciudad de mi querer… María del Tránsito Barrios-  luciérnagas, grillos, mosquitos, moscas, zancudos, tormentas eléctricas, noches que acampan después de las 9 pasado meridiano, celajes –nunca como los de Quiché- de rojos color flor de fuego, que se tornan segundo a segundo, en morados profundos, anaranjados pastel y de diluyen, con finas pinceladas de acuarela rosada.

Conciertos al aire libre en todos los parques, ofertas para visitar las “atracciones de la ciudad”, los fuegos artificiales en el Navy Pier tres veces por semana, el lago es asaltado por botes, lanchas y veleros. El Río Chicago engalana el centro de la ciudad, abren sus puertas, ¡los muesos acuáticos! La avenida  Michigan  y sus exclusivas tiendas, se visten de gala para recibir las costaladas de turistas.

Sandías, limonadas, pantalonetas, sandalias, blusas escotadas, faldas y vestidos multicolores. Carne asada,  y almuerzos al aire libre, fines de semana de acampar, vacaciones, juegos de béisbol, tenis, golf, y todas las actividades habidas y por haber al aire libre. Aire acondicionado, insolación, insecticidas.

Rosales, banderas, flor de la diez, gladiolos, girasoles,  y el catizumbal de tonalidades de verdes en la floresta.
Todo eso  ensombrecido por el nubarrón oscuro, ese temor diario, que vive quien no tiene documentos “legales”: las redadas silenciosas que también aumentan en verano. No importa si sos dos o tres o seis veces mojado, la JAULA DE ORO se torna camaleónica en verano, porque entre tantas tonalidades de verdes, no sabés de dónde  viene el costalazo.
Inicia el verano en gringolandia, y en Chicago, el banderazo de salida lo dio el gobernador del Estado al autorizar la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, convirtiéndose en el sexto Estado del país en apoyar las uniones civiles entre homosexuales. Hoy se realizó una boda masiva en el parque del centro de  la ciudad. Un paso más, hacia la construcción de una sociedad justa carente de  igualdad y prejuicios.

 Ojalá que esa tan anhelada igualdad y la felicidad del summer, contribuyan  para que en el trance del  bochorno y la insolación, alguien –con dos dedos de frente-  autorice a que se detengan las redadas; y las personas carentes de la famosa Green Card sean tratadas como tal, no como animales de segunda clase, porque los de primera, siguen siendo muy a nuestro pesar: los perros amaestrados del patrón. ¡En la nación más imperialista del mundo en verano también llueve a cantarazos!
Ilka Ibonette Oliva Corado.
Junio  02 de 2011.
Estados Unidos.

4 comentarios

  1. Cruda realidad… Abrazos y gracias por comentar.

  2. Estimada Ilka: Que me alegra notarte de buen talante, después de que te echaron flores shucas. Que disfrutes del verano.
    Así que es el sexo estado que aprueba el casamiento entre personas del mismo sexto (o canasto, pues)
    Besos, Chente.

  3. Estimada Ilka: Que me alegra notarte de buen talante, después de que te echaron flores shucas. Que disfrutes del verano.
    Así que es sexo estado que aprueba el casamiento entre personas del mismo sexto (o canasto, pues)
    Besos, Chente.

  4. Hola buenos dias, sabe una cosa debe ser bien calidá estar de visita por los Estados Unidos, a uno que le gusta andar en baika debe ser todo un paraiso hecharse los colazos en esas vias exclusivas, usted escribio el otro dia que cuando uno lee viaja, estoy seguro que asi es, yo por lo menos me eche el colazo virtual por el lago michigan gracias a lo que escribio, eso si lo de meterse a la playa usted no tendra problema, yo encambio ya no se si voy pa'delante o pa'tras con esta panza. . . jajajaja. bromas yo seguro solo me quito mi playerita (XXL) y me tiro una bomba al agua. bueno me despido gracias por contarnos lo que hace. muy buena dia que Dios la Bendiga.
    Roberto Lorenzo

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