¡El No Nos Tientes de la nía Yoyita!


Como paso introductorio, ¿o cómo introducción? Me permito hacer la aclaración: este blog, es plataforma de mis locuras emocionales, de mis desgastes físicos y nostálgicos en la nublada y fría cotidianidad  de mis pasos de  cipota migrante.
Pero: ¡siempre hay peros vaa! Es que doña Yoyis no tiene blog, es más yo no sabía que escribía, pensé que era analfabeta,  -es lo que dicen de ella porque se gana la vida vendiendo refas-  pero hoy me dio una caldeada de  concurso de baile  callejero al ritmo  de: ¡pican pican los mosquitos! El texto siguiente  lo vivencié  con ella.
Tengo unas ganas enorme de atipujarme un pan con brijoles y un mi vaso de atol de tres cocimientos, así que busco en la misma esquina del jetabook,  para ver si la encuentro: ahora sí, tengo  entre ceja y ceja atalayarla, porque últimamente se ha estado capiusando, dejando a la clientela  ¡silbando en la loma!
Las malas –mejor dicho buenas- lenguas, aseguran que se fue con don Milo, -el señor que lustra zapatos en la otra esquina-  a deshacerse del martirio de la aspirina que anda desde siempre en medio de las rodillas, con tal encomienda, ambos partieron, pero sí lograron deshacerse de ella, sólo el par lo sabe, lo que bien se le nota a ella es que anda con una sonrisa de oreja a oreja y; ¡don Milo también!  Es viudo desde la edad de Tatalapo, prácticamente volvió a ser virgen y casto, así que  aquella molotera ha de haber estado de película entre ese par. ¡Son alcances de la clientela porque ninguno de los dos suelta prenda!

Me acerco y  la veo con su delantal floreado, y soplando la leña, mitad encino y mitad pino, tiene amontonados algunos chiriviscos secos y periódico para apresurar la encendida del fuego.

─ ¡Nía Yayis! ¿Cómo está? ¡Por fin se deja ver!
─ Hola miga, Buenos días, ¿no te enseñaron a saludar tus Tatas?
─Perdóne nía Yoyita pero usté sabe que en la mañana una anda medio toroleca.
─ ¡Já! ¡Saber qué hiciste anoche bandida!
─ ¡Já! ¡Porque no hice ando así!
─ No te quedás callada va mueluda, rapidito respondiendo,  apuráte mirá, pasáme esas lepas que están ai, el fuego no quiere arder.

Asustada observo que el número de la clientela ha bajado, antes hervía de comensales aquel puesto.

─ ¿Doña Yayis y qué pasó con las fieles que nunca le quemaban la canilla? ¿Será que se fueron a comprar ai enfrente en donde sirven en  plato desechable en lugar de papel y hoja de guineo?
─ ¡Ush! Esa mujer lava los platos con agua de calcetín, por eso tiene embobada a la clientela y dicen que le echa al atol  gotas de leche de cocha.
─ ¡Leche de cocha nía Yoyis eso sí es grave! ¡Con razón por eso andan dundeando!
─ Vieras mija se braquearon conmigo desde el día del zacarrín ese, de la chamusca que tuvieron los enclenques de la selec… Vinieron de goma a comprar la refa y enajenados con aquel aliento a chicha, hicieron huelga para tener puente hasta el día lunes y de una vez se querían acaparar hasta la Semana Santa. Como les dije que se fueran  a trasquilársela a otro lado con ese su bochinche, se enojaron. Les dije que no se tontearan con la chamusca,  que los patojos pobres  pero, que irían a entregar las armas al mundial ese, pero ellos no, ¡montados en su macho! Gritando que ¡Viva Guate!
─ ¿No  me diga que hasta las patojas fifís de tacones, uñas  plásticas y pelo planchado andaban en la molotera?
─ ¡Bah! ¡Pues también! Les dije que se fueran a botar pulgas a otro petate.
─ Doña Yoyita pero usté también, se pone a pelear con la clientela, eso no se hace ya le di yo tips.
─ Patoja resalida a mí habláme en criollo, ¿qué es eso de tipes?
─ Perdón nía usté tiene razón, ya le di algunos consejos.
─ Ahora resulta que los patos les tiran a las escopetas, ¿vos vas a venir a darme consejos a mí? ¿A mí: la reina de las refas y del baile de la botella?
─ ¡Del baile de la botella también!
─ ¡Sí,  boca floja, pero no lo grités pues, que va a escuchar Milo!
─ ¡Osea que ahora ya no es don Milo sino que Milo a secas!
─ A secas y a mojadas pero cuillo porque él no sabe que mis lenes extras me los gano con el baile ese.
─ ¡Es un trabajo! Púchis doña Yoyis quien se la mira va.
Y enardecida aquella mujer poco faltó para que me echara la salsa de tomate de las tostadas en la cabeza. Me dijo que yo ya estaba como sus client
as.
Entonces no me pude quedar callada –como buena oriental tenía que shutear-  y proseguí con el cuestionamiento de rutina.

─ ¡Ydeai!  ¿Y ahora que le hicieron esas herejes  -¿ o herejas?-  aparte de quemarle la canilla con la señora que les mete leche de cocha en los atoles? ¡Qué ni se enteren porque la demandan!  
─ Aguantás que le echan la culpa a la chapina de andar de caliente sonsacando al pisado ese que es de por allá de los poralles hombre, el que le quemó la canilla a la mujer con la buenona de la limpieza.
─ El majujo ese Chuaneguer o Chuachenieguer o algo así es el apellido.
Ahí estoy yo enfrascada en la conversación y nones de atipujarme mi chuchito y de perdida una mi tostada de guacamol, nía Yoyita anda como gallinita inglesa en pleno palenque.
─ ¡Me ofendieron! Por estar entrada en carnes, tener celulitis y estar buenona, me ofendieron por mi pechugona de gallina poshoroca medio culeca. Me ofendieron por mi pelo canoso, y mi paño en la cara, porque dicen que tengo brazos de tamalera. ¿Y vos?
─ ¡Yo los tengo de heladera!
─ ¡No animal bruto! Dejáme terminar. ¿Y vos? ¡Como si ellas no estuvieran igual! No saben que ofendiendo a la chapina esa la buenona, se ofenden ellas mismas, porque la chapina que se potranqueó al hombre feyo ese de los músculos y el pitío;  es el reflejo de la típica mujer guatemalteca. Entrada en carnes,  galanona, hermosona. Me dijeron que vos tenés un blog, que ahora ya tenés ínfulas de escritora,  tené cuidado que no se te suba, porque el ranaso vas a pegar.
─ Sí tengo un blog nía Yayis,  y no se preocupe que no se me ha subido nada, bueno sí, ¡el bucul tamaleador!

Y ahí en el puesto  mientras yo me atipujaba finalmente mi chuchito escribió en las hojas del cuaderno en donde lleva la cuenta de las refas fiadas.
 Yo sólo  presto mi blog para hacer públicas las palabras escritas de nía Yoyis: que pensándolo bien, temo que tenga complejo de huelguera, pero a saber, sólo ella lo sabe. 
Y ha sido así como escribió el: ¡No Me Tientes Milo,  Porque me gusta!

Yo: Yoyita la más bonita, entrada en carnes, siempre buenona y potranca de muy buen ver,  sin haber sido montada una sola vez manifiesto: mi repudio hacia el conglomerado de fifís que ahora me queman la canilla con la vieja de la refa de enfrente. No conozco a la fulana que se echó al costal el viejo ese feyo, ahí ella y su hígado, el favor le hizo de darle agua para calmar la sed, y agua pura y fresca, limpia de manantial, no embotellada en contenedor plástico.

Ustedes  tan guatemaltecas como ellas, niegan su herencia ancestral, comparando a la buenona con la  mujer esa que ni ha de comer, porque a leguas se le nota que tiene anemia, ¡la pobre anda en los huesos! Mándenmela que con gusto le atipujo chuchitos y arroz en leche. O de perdida la mando a recibir los desayunos solidarios. Cómo es posible que con todo el estudio que a diario pavonean; sigan sintiéndose de inferior categoría, por no ser de ojos azules, blancas paliduchas,  anémicas y plásticas.

El orgullo por la herencia  genética de  nuestros bisabuelos  no se debe de ocultar, pero como típicas chapinas, niegan a toda costa su raíz. Culparon sin piedad a la buenona del cuento,  sin acusar al típico hombre machucador, como los gallos en el gallinero, él es el sosiego, y la buenona es la malvada por andar tocando maridos –ya jugados- ajenos. Cuando nosotras en Guatemala tenemos cada espécimen que no sólo se abusan a las de la limpieza sino a sus compañeras de trabajo, dejan hijos regados por doquier,  machucan cuanta hembra se les pone enfrente y la que no también. Si  hubiera un detector de maridos infieles en Guate, no quedaría santo parado, ¡contando a Mashimon! Maridos, novios, prenses, agarres, cashpeanes, soques: ¡todos por igual! Lo que pasa es que son pelados y no salen en las noticias.

Ai los tienen que andar con la soga cortita pegada al pescuezo, porque al menor descuido se van a orinar sobre otra platita. Neuróticas no encuentran paz al saber que tienen noche libre “con los amigos”,  y que la velada incluye meseras exóticas. Y no lo hacen precisamente con la empleada doméstica porque ni para eso les da el pisto, así que se van a buscar a la calle, la forma de mantener vigente el Ego de típico macho.

Mírense en un espejo y aparecerá reflejado en él, el rostro de la buenona, pero también el de ustedes, así que igual de feas y entradas en carnes han de estar, tan  criollas como ella: de la tierra del quetzal. Ni sus pelos planchados, ni uñas postizas, tacones altos y medias  juidas– pueden alterar en lo más mínimo, la herencia de mayas que llevan en la loza y en todo su Ser: buculudas, patitas cortas y de alicate; arqueadas como palo de guayabo recién cortado para hacer  trompos, bigotonas y trajineadoras de reguetón y  de la canción esa con que barren el pino en los chiniques: ¡Arremángala y Arrenpújala!

Apapachadoras y románticas, sensuales y exóticas, coquetas y seductoras, sabrosonas y deseables, bellas…  así somos las guatemaltecas en cualquier lugar del mundo, no tenemos punto de comparación. ¡Pero todo eso a ustedes ya se les está acabando por andar quemándome la canilla tomando atol con leche de cocha! Consejo: ¡pregúntenle  al espejo que tan buenonas están! ¡Y no se vale dar mordida!

¡Y vos Milo, sacá fibra que hoy sí vamos a deshacer la aspirina! ¡ A las ocho de la noche, estés o no estés en la casa!
Atentamente: Yoyita la más bonita.
Ilka Ibonette Oliva Corado.
Mayo 21 de 2011.
Gringolandia.

4 comentarios

  1. ja,ja,ja,ja, ta bien Ilka que no te quedes con nada, hay que dar jalon de orejas cuando corresponda, Saludos, y muy buen escrito como siempre..

  2. Estimada Ilka: Ya te salió la vena cuentistica. A explotarla se ha dicho. Felicitaciones y adelante. Chente.

  3. yay… en que estara pensando mi amada escritora…

    Y eso de deshacer la asprina que mala onda, hay que respetar que fallecio Luis Bayer

    jajaja….

    Gracias!

  4. Jajajajaja!!! Esta nía Yoyis es de lo que no hay!! Yo también oí chapinas que decían que a saber qué le vio el Chuchonegro a la pobre compatriota, y les miraba las caras y pensaba «¿Y estas qué hablan?» Luego escuché algunos chapines diciendo que ellos preferían a la ojiazul de doña Shriver en lugar de la otra fea, y yo pensaba… no, mejor no digo lo que pensé porque algunos se pueden ofender!

    Es que ese malinchismo maldito que tenemos es nefasto! Cualquier palo torcido es símbolo de belleza si es canche y de ojos claros. Mientras que lo moreno, lo ojinegro, lo chaparro es símbolo de fealdad y por lo tanto de atraso.

    ¿Que a la paisana le fue bien porque mejoró la raza? ¡Por favor, qué pensamientos tan racistas! ¡Por eso es que estamos como estamos!

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