Mama: Nanoj

Aquí estoy de nuevo, tratando de sosegar la inquietud, de esconderme de la nostalgia y escaparme de la melancolía; pero me es imposible el día de hoy;  ya sé, ya sé qué me vas a decir: “que soy  una marranada chipe, que no parezco hija tuya, que no ande albocando que soy de Jutiapa porque nadie me creería con lo  aguacata que soy ”  también me dirías que lo chipe se me quita con   un buen potro salvaje que esté dispuesto a entrar al corral conmigo, si  supieras ya domé y me domaron  y  lo del potro salvaje no es buena receta para los males del alma no en aquellas latitudes, tal vez sí para los del cuerpo,  de vez en cuando  me voy al potrero.

Aclarando lo  de aguacata lo heredé de mi papa,  de eso no hay duda, somos boca floja pero a la hora de rajar ocote salimos corriendo: que tu corriendo zampamos la carrera despepitados. 
Estoy despierta desde las cuatro de la mañana, desde ayer está lloviendo a cántaros, cayeron ranas, sapos y tetuntazos,  granizo y granizadas, atol de elote y arroz con  leche me quiero casar…  truenos y relámpagos, aquello fue un perfecto aguacero de mayo, y fue entonces que aunque  opuse resistencia, pedí pelo y grité ¡Salvada! La nostalgia hizo caso omiso y está aquí, sentada junto a mí.

¿Te recordás? Ambas pegábamos el brinco al menor ruido en la noche, mientras que  al  resto del clan Oliva Corado, bien les caía la casa encima que no sentían. Sigo igual, con el menor ruido me despierto, así que  desde primavera hasta otoño, perdón; desde abril hasta octubre me despierto regularmente a las cuatro de la mañana; en que comienzan a caminar los patos en manada y los pájaros trinan –en lugar de gallos que canten- anunciando la alborada.
Hoy me levanté y me asomé a la ventana: esa ventana… es mi escape, mi plataforma, mi umbral; y aquello era un solo despelote, ¡aguacero de mayo! Casualmente no me puse como la gran chucha por no poder dormir, amarré las cortinas y dejé que la brisa entrara en mi habitación. En la otra roncaba como olla de tamales La Luz de tus Ojos. Salió igualita al Tata ¡roncadores y medios! ¡Quiero decir a nuestro Tata! No vaya  a ser y se me ofenda y  me salga de gran chipe preguntando si soy hija de Pepe o de él.

Pues para no cansarte que llevo todo el día de andar dundeando,  a buena mañana antes de irme a trabajar, ¡y sin haber desayunado! -¡qué drama!- me fui a tomar unas fotos,  con esa cámara que me llevó 16 años comprar, ¿te recordás? ¿Te recordás que nunca tuvimos y las fotos eran compradas con la doña de la calle Madeira?, siete quetzales cada una y para comprarnos una foto era cada vez que paría un burro. Yo prometí comprarme una para que entonces sí nos fotografiáramos toda la mancha Oliva Corado y agregados,  pero ahí está que ahora la tengo y solo habemos dos de aquella manada de poshorocos, cosas de la vida verdad…

Pues salí a captar los cerezos y las lilas, ¡sí las flores que llevan tu nombre!,-aquí les dicen lilac-. Ahora entiendo por qué doña Juana y tío Lilo te nombraron así, si son unas flores hermosas, engalanadoras, con un aroma incomparable, como  incomparable y única sos vos.   De guasa, sí, es que de pura guasa encontré  en una de esas masiones, en el jardín, una maceta con flor de chiliguas, ¿podés creer chiliguas en gringolandia? No, es que Nanoj, las chiliguas solo las he comido en Comapa y en los zacatales de Ciudad Peronia,  ya forman parte de mí, de mi piel, de mi historia de vida, de mi esencia; y mi paladar pueblerino las extraña aunque a veces pretenda engañarme. Vos ya te imaginás el drama, yo sentía que me daba vahído, mal de camioneta, salpullido, y el telele, deseé tener Agua Florida, o de perdida Siete Montes, Chilca o ya en las últimas carreras aunque hubiera sido Chichicaste, una de dos o se me quitaba con la picazón o con la fiebre  por  haberlo tentado. Pero  nada de aquello encontré, entonces me recordé de vos y tu famosa frase: ¡hágale yemas! Me hice la loca pero me tocó hacerlas, -las yemas- y aguantar la revolución que mis sentidos estaban formando, ahí los dejé que se hicieran micos y pericos solitos,  ¡ellos con sus clavos y yo con los míos! ¡Suficiente tenía con no saber ni encender una cámara tan sofisticada!
Fue entonces que con los primeros rayos de sol te llamé  por telepatía, pero al parecer hubo alguna interferencia y la señal no llegó, ¡se cayó la llamada!, traté con señales de humo, ¡pero todo estaba mojado y no tenía fósforos!, ya maleada  pensé en enviarte un tetuntazo pero con el pulso que me ando echando, ¡es capaz te doy en la maceta! Fue entonces que decidí llamarte por teléfono,  ¡pero ya no tenía saldo! Así es que busqué entre mi monedero y encontré una tarjeta telefónica, ensalsada con la cantidad de minutos que me daría marqué  rápidamente tu número: sonó y sonó y sonó y nunca contestaste. Y me dieron las diez y las once, las doce la una y las dos y las tres…. ¡Y no contestaste!

Lo intenté de nuevo durante el día y no hubo señal de localizarte: fue entonces que el aguacero de mayo empezó a caer justo en el lugar en donde estaba parada, solo allí;  sobre mi cabeza, empapándome de pies  a cabeza, esa lluvia perenne mojándome, incontrolable y autoritaria, me hizo aterrizar sin paracaídas; así es que caí como cuando chocás en bicicleta,  o cuando te saltás un cerco de
alambrado,  como cuando caés de las ramas de jocote de corona cuando los andás robando y te encuentra el dueño en mera atipujadera, así caí yo, ¡a culumbrón!¡Aterricé a mi realidad!

Para qué tuve, me entró la perseguidora, y parecía chichigua, una desesperación tremenda, caminando de un lado a otro, queriendo que aquel  inalámbrico hubiese  sido alambrado o mínimo teléfono descompuesto, para que te llegara el mensaje distorsionado pero que te llegara.  Pero ni eso,  ni con toda la magia de mis años de alquimista   imaginaria, ni con la confabulación del universo, mucho menos guardando El Secreto y  empeñando La Ley de la Atracción,  no pude localizarte, ya a las cansadas quise fumarle el puro al Mashimon, ¡pero no puedo fumar!

Pienso  en: ¿qué sucederá el día en que te busque  por todos lados en la faz de la tierra y no pueda encontrarte? Cuando muera de desesperación por escuchar tu voz y vos ya no estés para hablarme, ¿qué sucederá cuando quiera pelear y alegarme con alguien a quien culpé de mis fracasos en muchas circunstancias? ¿Qué sucederá cuando quiera decirte Najoj? ¿Qué sucederá? ¿Qué sucederá si yo me voy primero a ese lugar extraño que no conocemos los mortales?

Me he pasado la vida buscando mamas postizas, suplicando cariño y afecto  en donde nunca lo encontraré, porque los lazos de la sangre son irrompibles, ese cordón umbilical mío viene de vos, soy tuya y vos sos mía; somos una y somos dos.  Tu sangre corre por mis venas, físicamente tengo los colochos, los pómulos pronunciados y tus caderas, tus labios gruesos y el carácter, el templé de leonas enjauladas cuando  nos lastiman o tocan a uno de los nuestros. ¡Lloramos con la menor muestra de cariño!

Con el tiempo he ido recolectando ademanes tuyos que aparecen de pronto de mis movimientos, y me sorprendo, al verme al espejo veo mucho de vos en mi rostro moreno,  trato de guardar tus modismos, que son los que aparecen en mis escritos. Ah porque ahora tu hija Negra es escritora, ¿cómo la ves desde ai? Osea, ¡soy mil usos comprobado! ¡A todos los oficios le hago! ¡Soy chapucera!  Lo de las letras lamento no achacártelo a vos, pero es cien por ciento de don Tatoj, ahí no hay vuelta de  hoja, ¡lo necia y lo testaruda también!¡El amor por el deporte y la coquetería con las pantalonetas!

Hoy siento una terrible nostalgia de vos, en este preciso instante quisiera estar cerca de vos, aunque sea raspando las ollas con la piedra poma y vos regañándome, pero quisiera estar ahí, para verte, ver la profundidad de tus ojos color miel y tu rostro enrojecido  por el sol, quisiera acariciar tus colochos canches y acercarme tantito, para tratar de robarte un abrazo o por lo menos tocarte, oler tu piel, sentir tu respiración.  Escuchar tu voz que me hace temblar, quiero volver a  gozar de tus carcajadas estruendorosas, disfrutar cuando comés; queso fresco, crema y frijoles parados.

O cuando te atipujás aguacate con queso seco,  atesorar los relatos de tu pueblo  y de tu infancia, gracias a vos aprendí a Amar  a Comapa  y la reconozco como la tierra en donde dejé el ombligo  al igual que vos la llevo en la piel.

Todas y cada una de las chicoteadas en aquel momento dolieron, también siguieron doliendo en el alma por un largo tiempo, sin embargo hoy ya no me duelen: compredí,  que  fue tu manera de educarme y así te educaron a vos,  sin embargo yo tengo pavor de procrear, temo seguir con el mismo patrón de crianza, además para ser mamá se necesita más que ovarios, ¡y yo no los tengo! No sabía en aquel entonces que estabas preparándome para enfrentarme con el mundo exterior, ese tan distinto en donde abunda lo banal, la gente miente, traiciona, te catalogan y te dan un nivel dependiendo la riqueza monetaria que poseás, y si sos de las que aparenta Ser y Tener, ya la hiciste, ¡cabés en todos lados! Pero vos me enseñaste a no vivir de apariencias y a ser Real, es mucho más difícil, y cuesta calzar en los niveles de la sociedad, pero es más satisfactorio, ¡tenés la libertad de caminar de frente al sol!

Me cansé de buscar mamás postizas, me engañé escuchado frases de afecto, cariñitos que la gente me daba acongojada por  mi soledad, ¿pero por qué yo debo de andar buscando mamás postizas si tengo la mía? ¡Tengo la mía! Con sus defectos y necedades, son sus frustraciones y dolores, con sus quejas, con sus caídas, sus sinsabores, con su experiencia de vida que yo no aguantaría el trote ni por chancear.

Sos una mujer guerrera, has luchado por sobrevivir desde que naciste, con todo, con todo tu Ser, en tu miseria económica, con la hambruna de  tu infancia, con tus sueños esfumados, con tus manos ensangrentadas cortando algodón, con cuatro hijos que pariste con dolor y que con el mismo dolor los viste crecer y convertirse en mujeres y al niño que es igualito a vos físicamente, en un hombronazo, ese pobre tiene hasta la forma de pararse tuya.

Yo, yo la más rebelde,  la que más palo llevó, la que siempre protestó, la que no se cansaba de preguntar el porqué
  de las cosas, la más débil internamente y que en su insatisfacción humana quiso volar sin alas,  ¡y sin alas le enseñaste a volar!

Confundida tuve la impresión todos estos años que una mamá era sinónimo de caricias, de abrazos, de cuchucheaderas, y sí, en algún momento lo son, pero más que eso las mamás, mi mamá, vos: sos sinónimo de entrega, de fortaleza, de visión, siempre apostaste por la educación como la única herencia que nos podías heredar, luchaste contra viento y marea para que tus cuatro hijos aprendiéramos a trabajar y a estudiar, a agradecer el pan del cada día porque era obtenido con nuestro propio esfuerzo, ¡qué mejor herencia que esa!

Estoy aquí con la puesta de sol frente a mi ventana, endulzada con la miel de los cerezos en flor y embobada con la belleza de las lilas, ¿y sabés? No hay flor más hermosa que las chatías que vos sembrás en tu jardín, por más verde y recortada que esté la grama en este lugar, nunca será como los zacatales  de tu tierra natal, de mi tierra, de nuestra Comapa. No hay casa por más lujo que tenga que le llegue a los talones a la nuestra, a la que construimos juntos en Ciudad Peronia, en ella habitan las nostalgias y vivencias más preciadas de mi infancia.

En ella yo conocí el dolor, la desesperación, la responsabilidad, el enorme significado del esfuerzo y de la humildad del trabajo, en aquella casa mitad de cemento y mitad de adobe, yo conocí mis límites, tuve hambre y trabajé para llevarme el pan a la boca,  en aquella casa de Ciudad Peronia,  por primera vez abriste tu corazón conmigo y me dijiste algo que nunca olvidaré: “ te quiero porque sos tan parecida a mí,  tenemos el mismo carácter, sos rebelde, no te dejás de nadie y  por dentro sos un pan” sí, por dentro soy débil, nada que ver con el caparazón de apariencia que poseo. Soy igual que vos, aunque ambas lo neguemos, cada una escudándose en su territorio,  en su espacio, surcando y cercando; a la defensiva siempre; enmarañadas en esa guerra de poderes, sin razonamiento, sin pena ni culpa. Soy tan imperfecta y con tantos defectos que no tengo ningún derecho a lanzarte al banquillo de las acusadas, porque en dado caso, soy tan humana e inacabada que seguramente mi turno sería antes que el tuyo.

Mama, Nanoj, Lila, Murusha: hoy a mis casi 32 en el frío de mi exilio y  de mi soledad reconozco que no hay otra mamá ni la habrá, que llene las expectativas, porque solo hay una que calza perfecto en el molde y sos vos. Por algo sos mi mamá, seguramente si El Creador me hubiese dado otra en tu lugar, yo no sería la Ilka  Ibonette Oliva Corado que ahora soy.  Soy tuya  y lo seré siempre, y me siento orgullosa de ser tu hija, hoy más que nunca. ¡Me reivindico!  ¡El Corado lo tengo bien puesto no te preocupés! El te quiero, te lo mando con los aguaceros de mayo en cada gota de lluvia, en cada mañana nublada, pero está ahí perenne en cada atardecer, en la serenata que  humildemente te llevan los grillos.

 ¡Hoy amanecí pensando en vos y como te busqué hasta con satélite y no te encontré, te mando estas letras en un barquito de papel! ¡Qué con estos aguaceros llegará en dos patadas de mula!
Ilka Ibonette Oliva Corado.
Mayo 12 de 2011.
Estados Unidos.

3 comentarios

  1. Hola Ilka te saluda la Amiga de Patty, me encanta abrir mi correo y leer tu letras, tienes un don extraordinario para escribir, quiero contarte que en una ocasión invitaron a un sabio a la fiesta de un Rey y el primero le entregó una papelito como regalo y le dije que no lo leyera, que lo hiciera cuando se encontrara en un momento dificil. el tiempo paso, la vida dio vueltas, y el rey perdio todo lo que tenía entonces encontro el papelito que decía «Esto también pasara», Y yo tedigo que no puede imaginar ese hambre que tienes de sentir a tu mamá y que maravilloso ver como describes ese sentimiento de admiración y agradecimiento a ella ese ser que te formo y que te hizo ser quien eres hoy, Animo Y adelante siempre adelante, saludos desde Amatitlán

  2. Estimada Ilka: Quisiera decirte muchas cosas, pero no puedo, vales tanto que no encuentro el camino para llegarte. Sólo te digo una vez más que eres una gran persona, cada vez que te mires en el espejo, recuérdalo, empuña la mano y levanta el dedo pulgar. Estés en donde estés, eres una triunfadora. Chente.

  3. Nanoj de Ilka; Bendita sea y benditas sean todas las madres que como usted, parieron esos orgullos de la humanidad que nos hacen soñar que el mundo algún dia será mejor que hoy. Sos muy buena Ilka. Lo mejor para vos y para los que lejos de la patria le hacen fijo al tormento sin quejarse, y solo le hechan ganas para seguir el camino. gato zurdo

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