Black Swan.

Es raro en estos tiempos encontrar una película que contenga un mensaje importante: ya sea político, social o “humanístico”. La mayoría son “baratas”, que buscan entretener   por el espacio de dos horas a un público aburrido de la vida cotidiana. Entre ellas te “discutís” las de ciencia ficción, las de terror, las de comedia, las de drama y acción. Muy pocas de ellas, las recordás al día siguiente, mucho menos a la semana, y al mes, se ha borrado completamente de tu  mente.
Son contadas, con los dedos de las manos, las que perduran y se convierten en clásicos del séptimo arte, no solo por la proyección, escenografía, y los recursos tecnológicos, sino más bien por el mensaje de la trama.

Así me sucedió con Black Swan. Que trata del papel de una bailarina –interpretado por la actriz Natalie Portman- que está perticipando en el casting para  interpretar  a Swan Queen, su fragilidad calza perfecto para el papel del cisne blanco pero no para el cisne negro, por ésta razón el director ni siquiera la toma en cuenta seriamente para el papel, él necesita a alguien que realice ambos papeles y que en el Cisne Negro, explote su sensualidad, ella es tremendamente tímida pero más que eso,  un enorme abismo negro  en donde están ahogados sus miedos, no la deja “Ser”. Como si fuera poco hay otra bailarina perfecta para el papel del Cisne Negro, esto quita opción a que  Nina –Natalie- pueda tener el estelar.

Es allí cuando  sus miedos logran escalar el abismo, salir de él y disfrazarse en la superficie, atarla de pies y manos y lanzarla de vuelta hacia la oscurana tenebrosa de aquel abismo al que le huye, es allí cuando depende absolutamente de ella, el lograr encararlos y dominarlos para ganar el papel estelar y ser la estrella del espectáculo.
Es una joven tremendamente responsable y disciplinada para sus ensayos de todos los días, se esfuerza al máximo, físicamente está preparada pero emocionalmente  su única rival es ella misma. –Como le sucedió a la actriz de la película que tuvo que bajar de peso para realizarla, desde allí fue un reto para ella, más las clases de ballet de casi un año-.

Su paranoia por Lily –la otra bailarina que puede robarle el estelar- la hace imaginarse que esta   una noche antes del estreno del ballet, la invite a salir, la emborrache, la drogue y encima se acueste con ella,   con tal de que ella –Nina- no esté en las condiciones apropiadas para el estreno, pero todo esto es falso, sólo vive en la imaginación de Nina, son tantos sus miedos que la hacen alucinar con que Lily  con tal de obtener el papel, también acceda a acostarse con el  director del ballet, y también seducir a el bailarín principal.
Las alucinaciones de Nina la hacen perder estabilidad, fuerza, confianza en sí misma  y en la del director, es hasta la noche del estreno, que Nina, logra sacar a patadas sus miedos, sus temores,  desaparecer sus alucinaciones y enfrentarse a su única rival: ella misma.

Algo inexplicable sucede la noche del estreno, Nina aun seducida por las alucinaciones con Lily –la bailarina rival solamente en su mente-  al terminar el baile de uno de los cisnes llega a su camerino a vestirse de  otro color y es allí cuando se encuentra con su rival, dispuesta a no dejarse  quitar el papel, ataca a el fantasma de Lily y la corta con un pedazo de vidrio en el estómago, la encierra en el baño y sale lista a escena de nuevo.
El acto siguiente es espectacular, regresa al camerino a vestirse de nuevo, alguien toca a su puerta y es Lily que llega a felicitarla por el extraordinario papel del Cisne Blanco, asombraba reacciona y se da cuenta que nunca hirió a Lily y quien está herida en el estómago es ella.

Sube a realizar el acto final, un baile extraordinario, el teatro completo rompe en aplausos mientras el Cisne Blanco, se lanza sobre una colchoneta, que la espera atrás de la escenografía, es en ese momento en que los compañeros la rodean para felicitarla, y se percatan que Nina está herida en el estómago, mientras… ella tremendamente emocionada musita: «I felt it – Perfect – It was perfect,».
Tuvo que dañarse a sí misma para saber que podía lograrlo y lo logró, ¿pero a base de qué? Bueno… todo lleva su proceso… Dicen que para entender lo que es la felicidad hay que probar primero el dolor…

Entonces pienso: ¿cuántos de nosotros hemos tenido el temor de enfrentar nuestros miedos? ¿De encararlos? ¿De no temer verles el rostro y sentir sus respiraciones? ¿Cuántos de nosotros salimos corriendo a las primeras de cambio?

¿Cuántos de nosotros preferimos ignorar que algo está pasando allí dentro? ¿Si será correcto o no, dejarlos allí escondidos? ¡Alimentándolos para que crezcan!
¿Cuántos-tas hemos  jugado en nuestras vidas el roll de Nina? ¿Teniendo las herramientas pero tememorsos-sas de utilizarlas?

¿Cuántas-tos hemos culpado a segundos y terceros de nuestros fracasos? –Que al final no son fracasos porque se convierten en lecciones, en experiencias, vivencias que nos ayudan a crecer y a fortalecernos en este caminar diario-. Es más fácil, más cómodo, decir: “no fui yo, yo di todo, no estuvo en mis manos”. Y empezás  a creértelo que vos no tuviste culpa, que no fueron tus miedos los que no te dejaron extender las alas, lo convertís en realidad, es mejor así, a pasar por el malestar de buscar internamente qué fue lo que no te dejó “volar y conquistar nuevos horizontes”. ¿Qué es lo que no te deja en éste momento realizar aquel sueño que decidiste descartar? ¡Porque no se esfumó él sigue allí latente, en tu inconsciente escondido pero está allí! ¿Qué pasaría si lo desempolvás y te lo llevás a dar una caminata con vos? ¿Conversan y lo invitás a que te haga compañía de nuevo?

Nadie tiene la suficiente fuerza ni poder para doblegarte, es tu fuerza interna la única que hace que la rueda gire, que los sueños crezcan y se realicen.
Las puertas: tocá mil, de esas mil, con una que se abra es suficiente. Ahora bien, es necesario enfocarte en que el sueño tal vez no   obtenga el 100% de la forma en que lo visualizaste, hay varios factores que cuentan; depende de tu humildad aceptar que todo fluye, nada es para siempre y que nada puede quedarse estancado, porque entonces se muere.

Así me pasó con el arbitraje, yo soñada, deliraba con ser árbitra internacional y viajar a los estadios más importantes del mundo, no lo hice, entonces busqué en mi interior: ¿si mi Ego o mi pasión era más importante?, ¿qué era lo que me llenaba en sí?: después de descartar los pretextos acerté  en que lo que me nutre es el fútbol, eso hace que  once años después yo siga disfrutándome mi profesión en los campos de donde vivo. De haber sigo el Ego, yo ya no laboraría en el balompié, derrumbada me hubiera dado por vencida.

“¿Es que no logro bajar  de peso?” ¡Cómo lo vas a lograr si te atipujás de harinas y carbohidratos que se transforman en incontables calorías! “¡Es que no me gusta mi cuerpo obeso!” ¡Entonces hacé ejercicio! “¡Pero es que no hay tiempo!” ¡Falso, el día tiene 24 horas para todo el mundo, con y sin pisto aquí todos somos mortales! El tiempo no es exclusividad de nadie. ¡Es que estoy deprimida? ¡No hay razón para deprimirse! Tener tus bajones sí, tus cambios de ánimo sí, pero no hacer de éste “estado” su nido.
Una muy buena amiga mía siempre dice cuando ve a esas artistas famosas modelar sus cuerpazos: “es que ellas sólo se dedican a eso en cambio uno…” yo le digo: que son pretextos, es más cómodo para nosotros “culpar” al sistema, al trabajo, a los horarios, a nuestra rutina, que enfrentar. La vida no es más fácil para unos que para otros, aquí quien no sufre de una sufre de otra.

 El valor está en que sí, seguramente te tendrás que esforzar más, todo depende en que te organicés, seás responsable con vos misma-mo y firmés un contrato irrevocable con tu ser interior; a él es el único al que no le podés mentir, por más que hagás, a él no lograrás engañarlo, entonces firmá ese contrato con él.

Hace años que llegan a mi correo electrónico, invitaciones a concursos literarios, las leo y las borro inmediatamente, les he tenido pavor, a las normas, a que mis letras tengan que ser leídas  por alguien que tal vez no las entienda y que decida mutilarlas, es lo que sucede en ese tipo de eventos: alguien pone las bases, las normas, las reglas y si no calzas simplemente vas fuera.

Hace mucho que tengo la espinita de escribir una novela, no lo hago porque me da miedo, el que no tenga la capacidad para escribirla. Para no darle seguimiento, no conjugar la trama, el desenlace, el mensaje… Pero allí dentro está el deseo, no ha muerto, cada día crece más: ¿por qué no lo hago? ¡Bingo! ¡Por miedosa!

Entonces pienso en Black Swan: y he decidido aceptar las tres invitaciones que tengo para este mes, de participar en un concurso de cuentos, me someteré a las evaluaciones de terceros, y  daré rienda suelta a mi imaginación, la dejaré volar, ya es tiempo que ésta oruga  viva la metamorfosis y se convierta en una mariposa que pueda extender sus alas con libertad.

En ésta vida todo final es un principio, es la continuidad de algo que iniciamos: «Nothing is ever final and nothing is ever finished. Every ending is always a new beginning. We are safe, it’s only change». ¡You are right Heleniux!

Así es: paso a paso… se toman nuevos retos en la vida. ¿Y vos qué retos tenés?

Ilka Ibonette Oliva Corado.
10 de abril de 2011.
Estados Unidos.
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3 comentarios

  1. NEGRA, negra consentida, negra de mi vida, y aunque nuestros ojos vieron las imagenes en lugares distintos, sentimos lo mismi, porque tú y yo somos uña y mugre…después discutimos quién es la mugre. sé que puedes contar la historia completa sin quitar detalles, recuerdas la respiración y esl sudor, pero también el gozo y el dolor, eso es mi negra, TE AMO!

  2. nunca es tarde, Animo que tienen los demas escritores que tu???
    el participar auqneu no ganes t da la oaportunidad de expresar lo que sientes y lo que sbes hacer
    animoooo!!!! que t sga fluyendo!!!!

  3. buen final…

    Lo importante no es lograr algo, lo importante es saber dejarlo y seguir creciendo.

    Me dejo meditando varias cosas,

    …cosas muy personales.

    Mi sueño preferido es cuando estoy jugando futbol con mi papa.

    Voy a buscar un equipo para jugar, no estoy tan viejo.

    Les recomiendo la pelicula «Cinema Paradiso»

    saludos!

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