El Inquilino Temporal.


Salgo del trabajo y me dirijo al salón de belleza, a darme una recortadita de grama, ya que el pelo lo ando como que es crin de caballo a medio trenzar,  llego y hay ocho personas en  espera, una de ellas sostiene un revista que tiene en la portada el listón rosado, y la invitación para asistir a una caminata “Contra el Cáncer”.  Tengo hambre y  mi apetito no da para esperar dos horas hasta que llegue mi turno, así es que prometo regresar, me trepo en el carro y voy en busca de plátanos a una tienda latina,  hay tráfico, es la hora pico; enciendo el radio para distraerme un poco, y sale esa canción: The Climb.
El himno al cual se abrazan muchas personas que padecen enfermedades terminales. La güirita que la canta no tiene idea de lo que esas letras significan para quien está luchando por su vida en una guerra llena de batallas contra: El Inquilino Temporal, así le llamo yo al cáncer. Muchos le llaman “El Asesino Silencioso”… no me gusta ese nombre.
 ¿Has puesto atención a la letra de esa canción? Bueno, para mí es especial fue la primera que aprendí en inglés, así al tetuntazo, repitiéndola cada vez que  la ponían en la radio. La música es un alivio, un vaso de agua fría bajo el sol sofocante del verano, sigo embotellada en el tráfico, frente a mí, en lo alto, veo un horizonte de color chiltoto, que acapara lo que le queda de cielo desnudo a la tarde que está a punto de fallecer.
 Ella sigue allí cantando, como si lo hiciera en cámara lenta, la canción no acaba nunca,  letra por letra se desprenden las palabras, los versos y en mensaje de motivación. Llego a la tienda y me sumerjo pues, a buscar mis plátanos,  a la par mía,  veo a una señora comprando papas, anda puesta una playera color rosado adornada con el listón rosado y  las frases contra el cáncer que utilizan esas organizaciones de salud que hay.
 Camino directo a la caja, es hora pico y también en la tienda hay cola, así que me detengo a chompipear entre las revistas de las estanterías mientras llega mi turno, pero algo llama poderosamente mi atención, y son tres botes plásticos y fotografías de mujeres y una nota pegada enrollando en contenedor: las leo; las tres sufren de cáncer y se solicita el apoyo de la comunidad   para que ellas puedan asistir a los tratamientos, todas son indocumentadas.
Es en ese instante que siento el ranazo, como si me hubieras echado  encima un cubetazo de agua fría.
 Recuerdo que hace algunos meses un amigo  muy querido me escribió un correo, en donde me pedía que por favor, escribiera algo, alguna motivación para una amiga suya que tenía (tiene) cáncer,  porque ella leía mis escritos y seguro mis letras la ayudarían,  por supuesto en clave para que ella no supiera.
No le contesté el correo, durante dos semanas traté de escribir algo al respecto, y no pude, y la razón principal es que no puedo escribir por encargo, lastimosamente no tengo esa facilidad,  y yo debo de sentir la necesidad de expresar, de contar, para sentarme a escribir de algún tema, sólo así por así no puedo. Después de dos semanas le contesté y le dije que  lo había intentado pero que no había fluido.
 Hoy mientras estoy aquí sentada escribiendo vienen dos frases que leí o escuché en algún lugar, la primera: “no esperes a que llegue la enfermedad para saber qué tan frágil es la vida”, la segunda: “lo más importante de todo es la salud, mientras la tengás lo demás es vanidad” y es hoy, el día y el momento en que me siento a escribir del: “Inquilino Temporal”.
Vos y yo hemos tenido  personas conocidas que han padecido cáncer, en mi caso no de familiares, tal vez en el tuyo sí, pero todos tenemos noción de lo grande que es esa “visita” a nuestras vidas,  no me gusta llamarle enfermedad, suena muy escalofriante, como si se le recibiera con temor, con miedo, con desesperación…
 ¿Cuántos tipos de cáncer hay? Un resto seguramente,  y llega a cualquier edad,  no tiene nada que ver, si sos flaca, obesa, blanco, negro, bajito, alto, atlético, si fumás, si bebés alcohol, si te drogás,   las razones son muchas, por mucha explicación que busqués, no tiene ciencia, el cáncer llega porque llega, no hay excusas. Y es terrible escucha
r el diagnóstico de esa magnitud, es porque desde antes de padecerlo le tememos, le huimos, entramos en pánico.
El deterioro que esta “visita” hace en el cuerpo del humano es inexplicable, devora tus células hasta dejarte sin fuerza y defensas, te atrapa lentamente… esa la realidad, aunque te la pinten de colores pastel para explicarte la situación a la que te vas a enfrentar.
 Ahora bien, ser una persona indocumentada y enfermarse en un país como este, si está jodido, porque no tenés acceso al sistema de salud,  salvo que te vayás muriendo y te lleven a emergencias de un hospital público (porque a uno privado no te llevan las ambulancias mientras no tengás papeles “legales”)  y allí a esperar pues, tu turno, en el transcurso  bien o te morís o te curás,  porque pasas días esperando a que te atiendan.
En un caso como el cáncer, la situación es más complicada aun, porque los exámenes y el tratamiento es muy caro, y una persona obrera (como lo somos la mayoría de emigrantes en este país) con su salario no alcanza a pagar ni el cinco por ciento del gasto en total. Hay programas que ayudan a personas de bajos recursos, pero en ellos no entrás vos, porque sos  INDOCUMENTADA-DO, igual sos persona, trabajás para ellos,  te enfermás dentro de sus tierras y no te pueden atender porque en cuestiones del sistema de  salud, vos no existís, (al igual para la educación superior).
Después de hacer colas durante días, te diagnostican y te dan un “estimado” del tratamiento, del tiempo que se llevará, si hay quimioterapia y el proceso a realizar, sólo de escuchar la cantidad te morís ahí mismo de infarto.
Lo único que te queda por hacer es regresarte a tu país a enfrentar lo que venga allá, o bien, recurrir a “las talachas” como hace  la mayoría de personas emigrantes indocumentados, de tienda en tienda colocan botes, con la fotografía y una breve  historia, para quien lo lea  y se apiade y eche en el contenedor lo que sea su voluntad.
¿Qué le puedo decir yo a una persona que tiene cáncer? Soy tan fría y calculadora en cuestiones de salud, que no sirvo para dar palabras de aliento, ni de motivación. Siempre he vivido con el lema: “Lo que ha de ser será en su justo momento”.
Si te toca dejar éste mundo,  tragándote tu propia saliva lo hacés, durmiendo te puede dar un paro cardiaco, de caes de las gradas de tu casa y de golpeás la cabeza y ahí quedás, pero si no es tu tiempo de morir, vendrán  uno y muchos “Inquilinos Temporales” a visitarte, a tantear tu fuerza: a medirte el pulso: si te doblegás, si caés, si cedés.
Y con todo y las trampas que te pongan no lograrán su cometido, lo importante es no temerles, no doblegarte ante ellos,  lo importante en una guerra es ganar una a una las batallas, traducido sería: vivir el día a día, como si fuera el último, sabiendo que tu paso por este mundo es transitorio.
Si tenés cáncer o cualquier otra enfermedad “mal llamada Terminal” porque si hay sobrevivientes no entiendo por qué le llaman así;  es porque tenés frente a vos una montaña por escalar, una cima por conquistar, tenés un ascenso por hacer,  no está ahí por gusto, ni para jorobarte la existencia, está ahí porque es necesario que te enfrentes a él, ¿y por qué te llegó a vos la visita y a mí no? Porque a todos nos llegan nuestras cimas por escalar en diferente forma, en diferentes tiempos, en diferentes etapas de nuestras vidas, todas y todos tenemos una  mar por nadar, contra corriente.
Podés luchar contra “El Inquilino Temporal”  con la cantidad de herramientas que la existencia te ha provisto, el problema viene cuando cedés y te das por vencida-do, entonces le estás abriendo las puertas de tu cuerpo, de tu cerebro, de tu espíritu para que se apropie de ellos, y haga lo que quiera siendo vos nada más que un sumiso-sa expectador-ra.
Y si  el final llega, y se planta frente a tus ojos cansados, y victorioso acaricia tu cuerpo,  es señal de que tu transitoria visita por este mundo terminó,  no porque el cáncer te haya derrumbado sino porque vos dejaste de luchar antes de que la guerra hubiera terminado.
No hay enfermedad que logre vencerte si vos no la enfrentás con todas las armas habidas y por haber que se conjugan en dos palabras: fe y esperaza.
Una no puede sobrevivir sin la otra,  la ciencia en ciencia y la medicina existe cierto, pero hay algo mucho más poderoso que eso, y todas y todos sabemos cómo se llama: Dios, Creación, Santísima Trinidad, Universo,  o como vos querrás llamarle, hay una fuerza superior que no permite que una hoja se mueva sin su consentimiento.
Mucho pisto podrás tener pero si te llega la hora cero,  no habrá tratamiento que detenga su paso hacia aquel camino del retorno a la tierra… de donde saliste… ahí volverás… y hay casos de personas de bajos recu
rsos que aun padeciendo casos extremos de enfermedades crónicas, se curan y las vencen.
El Inquilino Temporal es eso, nada más un visitante, que llega a darte lecciones de vida, a vos y a los tuyos… es tu decisión si  le abrís la puerta y lo dejás pasar  y te sentás a beber café con él,  o bien le huís y te escondés por los rincones.
Que tarde o temprano, (como en el juego del escondite) te va a encontrar.
Si lo mirás por el lado positivo, el cáncer es una señal, de que tu tiempo en esta tierra  puede estar a punto de terminar, y te está dando la oportunidad que de alguna manera te reivindiqués: en tus prejuicios, en tu soberbia, en tu Ego, para que te llenés de humildad y sepás que sos tan frágil como una hoja seca soplada por el viento, que no hay títulos, ni carros, ni puestos de trabajo, que puedan hacer que esa  El Inquilino se vaya antes de tiempo.
Es un “tiempo fuera” para que apapachés a los tuyos, a quienes amás, y se los digás, es  una nueva oportunidad  para aprender a ser humildes. Cuántas personas se van de ésta tierra en un abrir y cerrar de ojos, y no les da tiempo de nada.
Por el lado que lo mirés, El Inquilino Temporal, es una lección de vida, es una nueva oportunidad,  es un escalón más para subir, y si lo conquistás, entonces dejás de ser “sobreviviente”  (porque sobreviviendo estamos todos) para convertirte en un ser viviente con todas las de la ley.
Es mi particular forma de ver la vida y las murallas, las montañas, las cimas por conquistar, todas pueden estar bajo tus pies, siempre y cuando vos decidás enfrentarlas. Entonces no habrá “estatus migratorio” ni dinero, ni pobreza, que te impida conquistarlas.
Ilka Ibonette Oliva Corado.
Marzo 02 de 2011.
Estados Unidos.

4 comentarios

  1. Querida Ilka: mi madre murió el día viernes tenía cáncer de huesos la última semana la pasó con fuertes cantidades de insulina. Le escribo porque una amiga mía nos hizo llegar estas letras suyas se las imprimí a mi mamá que durante dos meses las pasó leyendo día a día hasta que el papel se terminó rompiendo de tanto doblarlo y desdoblarlo.
    Me dijo que le escribiera y que le diera las gracias por esa forma tan bella de ver la vida y que sus letras le ayudaron a aceptar que todo en la vida tiene su razón de ser.
    Vivimos en Chicago me encantaría conocerla un día para agracederle personalmente. Hoy recién buscándola en Internet di con su blog es muy lindo que chapina tan talentosa es usted.
    Que Dios y la Virgen la bendigan siempre por ese corazón enorme que usted tienen.

  2. Sergio: estas letras yo las escribí así porque es la forma que tengo de ver la vida. Nada te pasa y llega a vos por casualidad, todo hasta el dolor más grande y el instante más insignificante tienen su motivo y su razón de ser.

    Todo tiene su tiempo algo que como humanos no podemos comprar y tal como el agua no podemos mantener en nuestro puño si que se nos escurra. Así de pequeños somos los humanos.

    Gracias por tus palabras, te abrazo en la distancia amigo.

  3. Gracias de nuevo por tus palabras de Aliento, este escrito Ayudo a mi Madre para sobrellevar al Inquilino Temporal, y el día que ella dejo de luchar, bastaron solo unos dias con Insulina para relajarse y partir al más alla, llevandose consigo tus letras y a sabiendas que tal y como lo describiste así iba a ser su partida….Saludos mi amiga, que estes bien…

  4. Hola chica… que gusto saludarte y leerte nuevamente… un tema interesante sobre todo para aquellas(os) que vivimos con miedo y enojo hacia este «inquilino».

    Me gusta mucho la forma que tratas el tema, aunque te digo que para muchas(os) el cáncer significa mucho más que eso, mucho más que una lucha armada únicamente de fe y esperanza, sobre todo cuando uno ha visto deteriorarse a la persona que ama lentamente, sintiéndose inútil, y no me refiero inútil por no poder hacer nada para curarlo(a) sino inútil también por no poder hacer nada para aliviar el dolor al punto de desear con toda el alma que Dios se apiade ya y se la lleve…

    Para muchos también resulta un enemigo constante, siempre al acecho… lastimosamente las cifras de probabilidad de ser atacado por el cáncer, para quienes tenemos familiares cercanos que la han sufrido es muchísimo más elevada (en mi caso, mi abuelita, ambos padres de mi abuelita, todos los cinco hermanos de mi abuelita, uno de mis tíos… y la lista continúa) y el miedo a medida que pasan los años crece… sabemos lo que significa CANCER en todas y cada una de sus letras… sabemos que nos debemos chequeos constantes, nos lo debemos y no lo hacemos porque nos da miedo escuchar «Cáncer»

    Te comparto también algo que sobre este tema escribí hace algunos años, aunque claro… en ese entonces lo escribí con rabia, con miedo, con dolor (de la misma forma en que en ese momento me sentía) y comparto contigo que es más lindo tratar el tema como tu lo trataste:

    http://sencilladesnudez.blogspot.com/2010/07/cancer-que-quieres-que-buscas-que.html

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