¡En el mágico mundo del jetabook!


Para cuando doña Yoya entró al mágico mundo del jetabook, ya había llovido en su vida, la tecnología no era amiga suya, pero se dispuso a saltarse las trancas y chotear eso que tenía a niños, jóvenes y no tan jóvenes  pegados  como calcomanía al ordenador. Dicho y hecho,  abrió su cuenta con el nombre que siempre quiso tener; “Yoyita la más bonita vaya que el mundo del jetabook, es informal, asustada  observa, corrobora y shutea, cómo la mara escribe a diestra y siniestra intimidades íntimas de su intimidad, así como si de la flor de ayote  hablaran, sin tapujos, sin reservas, sin pudor.

Allí la mara ofrecía su mercancía al por mayor, grandes profesionales, egresadas de universidad –porque su título y profesión está en primera plana al entrar a sus perfiles- ofreciendo: celulares, zapatos Andrea, cremas y menjunjes  de  Victoria´s Secret que compraban en oferta cuando iban a los yunaites y los vendían a un ojo de la cara a las pobres compañeras de trabajo y a cuanta ingenua soñadora que creyera que  esas cremas  untadas sobre el cuerpo les ayudaría a conseguir un buen partido –pero no de fútbol- o que estarían a la moda y entrarían al status de las chicas fifís de la zona, bueno, de las chicas fifís del lugar, bueno, dejémoslo en las chicas fifís.

Sí, porque quien no se unte los Secretos de Victoria queda relegada al grupo de las pobretonas, de las sin talento, de las mediocres que andan a pata y en bus, pero si te untás uno de esos secretos,  inmediatamente como  por arte de magia  pertenecés a la prole de las escogidas… sí, de las  niñas  bien, de las chicas cool, sí de verdad, no importa que te quedés sin dinero para la gasolina,  o para pagar la luz, el agua, pero las cremas las tenés que andar untadas, por si querés ser alguien por lo menos dentro del nivel social que andás taloneando y al cual no pertenecés.

Ahí sigue doña Yoyita, asustada, comparando una pititanga de los Secretos de Victoria cuesta lo de su almuerzo de una semana,  ella se las compra en Gualmart  y todavía le sobra dinero, ¡la ropa no da clase, es la persona quien le da el talle a la ropa!

Antes recuerda, los novios y pretendientes se hacían un queso, intentando cantinear a la palomita que andaban taloneando, los papelitos con poemas,   y los pegaban con yuquilla,  aquellas letras eran tremendamente secretas, nadie más que la palomita podía leerlas, nunca faltaban las rosas, las flores que cortaban en el campo,  o que se robaban en los jardines de las casas vecinas, las caminatas cuando se iba a comprar azúcar, las onzas de aceite, el gas para el candil, en la esquina del parque se juntaban o a una cuadra de la tiendona,  já, eran lujos de tiempos aquellos, de manos sudadas, de promesas eternas de amor…  pero hoy en día, en el mundo del jetabook, ¡hasta se piden matrimonio y se divorcian en un mensaje público, que todo el mundo puede leer! ¡Allí se escriben los pormenores de la primera vez con puntos y comas! ¡Allí todo el mundo lee hasta los dolores de parto de las primerizas, si pujó, si le hicieron cesárea! ¡Todo!, porque cargan la tecnología en el teléfono celular y a medio parto  todavía tienen ánimo de escribir: ¡ya viene saliendo…!

¡La informalidad andando! La gente manda invitaciones de solicitud de amistad, sólo porque es el amigo, del amigo, del amigo, del amigo,  y nunca escriben un mensaje, sólo mandan las solicitudes, ni siquiera: “mucho gusto chucha soy el coche fulano de tal”. No, ni siquiera se presentan y mandan la solicitud como si obligación fuera aceptarla.

También doña Yoyita abrumada con el encanto de haberse reencontrado con amistades que creyó extraviadas, ha comprobado que del grupo de “Las Coquechas” ella es la única que sigue estando virgen, sí a sus 42 y con las carnes aun macizas, sigue guardando la castidad para el hombre que la despose. Con las otras ya llovió, relampagueó, cayeron rayos, truenos y sapos; ya todas se casaron tuvieron hijos, se divorciaron, enviudaron y otras que simplemente siguen dándole mantenimiento al motor Caterpillar, sin mayores aspavientos.

Se pregunta la doña Yoyita si ha hecho mal en dejar ir un par de gavilanes polleros que le echaron el ojo en años anteriores, algunos tacuacines que querían pasear por su jardín,  y algunos  navegantes que  con gusto hubieran anclado un par de días en aquel puerto… pero nones, ni gavilanes polleros, ni tacuacines y mucho menos navegantes, ella sigue casta y pura a sus 42 primaveras,  y seguirá así hasta que llegue el hombre que en lugar de anclar por un par de días  le construya una choza y un polletón, y le de la mano para caminar juntos por el camino real. Pobre doña Yoyita llegará a pasita si no cambia los requerimientos. Ya  no hay hombres para anidar, la mayoría los han hecho para navegar, y les gusta andar anclando de puerto en puerto. Pilas debería de ponerse y calibrar el  tiempo de aire, o que se lo calibren si es que no puede calibrárselo ella. A estas alturas todas las mujeres –o la mayoría- son expertas en auto calibraciones.

Allí se enteró que un viejo amigo de la infancia, de barranqueadas y virulas, se enfermó de la panza al soloquearse una libra de manías de Chiquimula, de una atipujada, sentado en el sillón de su casa: cuando se paró fue para respirar y tomar aire para realizar una carrera cien metros planos hacia el inodoro de su casa, en otros años hubiese
sido al monte, atrás de los matorrales, pero Cookie “ El Pipiripau” Humes  ya no estaba para esos trotes, de haberse encontrado un matorral en el camino  se hubiera caído al enredarse con las cuerdas de sus zapatos. ¡Los años no pasan en vano!, allí leyó doña Yoyita la cantidad de remedios caseros que la gente le recomendaba, como si no fuera bien sabido que una yodoclorina y un olote galán resolvieran el problema de primera mano. Pero como siempre, la gente ya establecida en el extranjero,  se eriza sólo de pensar en los olotes, cuando otrora antaño eran el pan nuestro de cada día, ahora hasta toallitas húmedas,  ¡ya se olvidaron de las hojas de chichicaste y las piedras de río!
Pero como no se podía quedar con las ganas,  también entró al mágico mundo de las ventas y puso una de refacciones, todos los días a las diez de la mañana llega con su venta,  así a boca de tinaja ofrece el producto, en un mensaje que escribe en su perfil del jetabook: “ venga, pruebe, no toque ni mallugue, -si no le dan permiso-  qué va querer, qué va llevar, hay longanizas, chuchitos, atol de elote,  atol blanco con y sin chile y hay chile con y sin atol”.  Venga acérquese, escoja y coja  lo que más le guste, siempre y cuando pague, no se da fiado.

Un año lleva en las mismas andanzas,  desde que vive en el extranjero añora la gastronomía  del país que la vio nacer, pero la gastronomía de quienes crecen en los arrabales, se ha vuelto tan popular que no  importa en qué país se encuentren las y los clientes, ellos entran a su perfil de lunes a viernes a las diez de la mañana hora de Guatemala, al parecer  la mayoría extraña ese sabor chapín en la comida.

Allí hay de todo,  quienes  piden cubiertos para comer, tal es el caso de Heleniux “Tatoo” Solares,  la ingrata no  come con las manos, porque no se puede quitar los guantes, por el frío dice que se le entiesan los dedos, pero sí carga un escote que le llega hasta el infinito,  un tatuaje que le comienza en el hombro derecho y termina hasta el lugar ese donde se ponen las luces altas cuando hay frío, se ha tatuado parte del poema de Sor Juana Inés de la Cruz, comienza así: “ hombres  necios que acusáis a la mujer sin razón…” y allí va pues, en bajada, verso tras verso, hasta que encontrás el punto final o te lo imaginás.

A las diez y pico llega Alejandra “La Parabólica” Saravia, es todo un caso, la coquetería andando,   usa esos tacones de punta de aguja, se hace de la boca chiquita, pero se despinta el choreque cada vez que come,  pide doble atol  blanco con chile y brijoles  pero que no le echen atol, sólo el chile y los brijoles. Siempre  se queja que no carga efectivo que si puede pagar con tarjeta de crédito, pero  con doña Yoyita o es en efectivo o se apunta en el cuaderno, ella no es de confiar en babosadas plásticas, -¡aunque tengan baterías!-.

Con la niña de Zapaca, siempre hay problema, es mera melindrosa, siempre pide yuca con chicharrón y fresco de tamarindo,  Vívirix “Maruja” Cordón,  o es yuca con chicharrón o quesadilla, de lo contrario sólo llega a ver tramar a la mara, de vez en cuando se atipuja a  dos manos, las dobladas de loroco y flor de ayote, se le sale lo pueblerina, es de allá por donde es doña Yoyita, del pueblo vecino,  siempre se queda de último, para degustar junto a doña Yoyita la delicia del atol shuco.

La que siempre viaja pero cuando está en Guate llega a refaccionar es Gladys “La Abusadora” Bala, ella no amaga, lo que le des come, siempre anda con su morralito cruzado sobre el hombro, pero cuando llega de viaje dependiendo el país eso te pide, la vez pasada que fue a Brasil, andaba pidiendo un bronceado, se equivocó de lugar y de pedido, la otra vez se fue a la tierra de Benedetti,  y dejó con el ojo cuadrado a doña Yoyita cuando pidió un asado y un mate, nadie le entendió el pedido, pensaron que andaba dopada de alguna  hierba de esas que toma, la última e imperdonable, es que llegó pidiendo  flautas, en  lugar de tacos, y  para no recibir la camorra habitual, ante tal falta de respeto, le tocó rolar la botella de tequila que compró en puerto libre.

 ¡Eso le pasa por despistada! A la próxima se queda a lavar los platos y le hace compañía a Marce “Lo Mueve Suavecito” Cabrera, ella siempre llega tarde, ya cuando se está acabando la refa, en su trabajo no le dan recreo y se escapa, se va de capiusa veinte minutos para poder comer, entonces llega hecha pistola al puesto de  doña Yoyita, siempre pidiendo disculpas por llegar tarde,  cuando la pobre llega ya han pasado  desfilando la mitad de los chistes, y es una eternidad para que se ponga  al día, siempre pide churrasquito con tortilla bien tostada en las brazas, frijoles de olla y queso seco, cebolla picada y cilantro tierno recién cortado, a ella se le atiende en especial, tienen muchas cosas en común con doña Yoyita, diferentes edades, diferentes etapas, pero vivencias muy similares, en lo gastronómico ambas adoran tomar café recién hervido en un batidor, sólo la gente que crece en el campo comparte la esencia y el arte de beber el café a la luz del candil y cerca del polletón. Siempre se queda lavando los platos, en el guacal ese de agua limpia color piedra de río y vuelve a salir echa pistola para su trabajo.

La nueva inquilina de las refas es Rebeca “Señorita cumbia” Marroquín, ella es de las fifís del grupo, pero en lo gastronómico se atipuja hasta las hojas de los tamales, sin amagar agarra parejo,  tamal de viaje,  blanco, negro, prieto, colorado y descolorido, se los baja con agua mineral –dependiendo la goma- o atol de tres cocimientos, si no hay pues atol de haba o moshito, arroz con leche  o bien incaparina, chilito al gusto y tres  pacayas asadas al rescoldo, adornadas con limón, chilito y sal. Hasta las uñas se despinta de tanta chupadera que le da a los dedos, ¡no desperdicia nada! Se sube en su mula vieja y se va de regreso a trabajar.

El cliente habitual es Roy “Ya Cura
do de la Diarrea” Molina, él no falla, siempre está  ayudando con la leña, con los vasos, deshojando tamales, sirviendo las dobladas y despolvoreando el queso sobre las tostadas, la refa es sagrada para él, más cuando se trata de quilete, bledo, o verdolaga frita envuelta en huevo, si se trata de flor de izote sudada con limón, cuando se trata del fresco de masa o de carambola. Allí está  amenizando y sazonando la hora de la refa con, ¡el buen  y atinado humor chapín de los años de Tatalapo!

Hay una clienta muy especial y fiel, a la cual se extraña en las horas de la refa, y es Dayana “Batidora” Mansilla, tal parece que se cambió de trabajo y en el nuevo, todavía no le ha lavado el coco al jefe para que  le conceda tiempo para las refas, pero siempre se las mandamos en encargo, lo que ella pide se le manda,  solo queremos que sepa que doña Yoyita y el grupo de las refas, la extrañamos mucho y esperamos verla pronto por ésta su casa del perfil del jetabook.

Dos nuevas llegaron a comprar en estos días, y apuntan para quedarse, una de ellas es Jackie “Meneito” De León, lo bueno de ella es que se echó a la concurrencia a la bolsa, porque llega invitando a todo el mundo, cuando está  de buenas, allí aprovecha la mara para pedir los días miércoles, de dos por uno, y triple saldo los viernes.

Y Miriam “Apellido Raro” Bartlett que viaja cibernéticamente desde Xela, para llegar al perfil de doña Yoyita,  ella regala las sechas y el chocolate con leche,  es medio tímida, pero con el grupo de las refas, está frita, allí o suelta prenda o se la sueltan, la prenda va.

El acabose sucedió cuando doña Yoyita se dio cuenta que era demasiado bello para ser cierto, muy lindo el grupo de capitalinas, muy amables, amigueras, educadas, fifís pero adaptables, la cara de espanto que pusieron cuando ella ofreció para la refa, flor de pito en iguaste, ninguna de ella entendía esa lengua, pensaron en el pito por un lado –verdad Ale- y el iguaste por el otro, la flor les vino pelando los dientes. Agarró doña Yoyita ya enojada la perolada de flor de pito en iguashte y se las atipujó a todas,  para que vieran que no era veneno,   tampoco tenía efecto mota,  pero sí les bajó un sueño de la gran chucha, allí quedaron todas parqueadas sobre la mesa de las refas, en espera del año nuevo y las mañanas de refas que lo acompañarían.
Posdata: mis amores, a ustedes: “el club de las refas”, gracias por amenizar  mi página del jetabook, con sus bromas, chistes, regaños, metidas de pata, jalones de pelo, recetas, confesiones y sobre todo, gracias por  su amistad. El año viejo me ha dejado  cosas muy buenas, entre ellas personas tan maravillosas como ustedes, las y los amo mis amores.
Ilka “doña Yoyita” Ibonette Oliva Corado.
29 de diciembre de 2010.
Estados Unidos.

3 comentarios

  1. Gracias por mencionar a http://www.jetabook.com te esperamos en esta «tu red social»

    Un saludo.

  2. Mujeres necias que acusáis
    Al hombre sin estilo,
    Sin ver que sois el motivo
    De aquello que condenáis.

    Si con ansia sin par
    Solicitáis sus dineros
    ¿por qué queréis quesean sinceros
    Si los invitais a defraudar

    Combatís su infidelidad
    Y más tarde con prepotencia
    Decís que fue debilidad
    Lo que hizo la paciencia.

    etc.

    Te amo Ilka… mua!

  3. jajajajaja!! Querida amiga, éste está de campeonato! Me maravillo de tu memoria para recordarte de tantas charadas que han pasado a lo largo del año.
    Sólo tengo una objeción: las capitalinas no pusimos cara de espanto con la flor de pito. Pusimos cara de gozo, pero vos nos bajaste de la moto diciéndonos que no era lo que pensábamos! jajaja
    Que el año entrante sea mínimo igual de bueno que éste, que sea mejor va a estar difícil. Te quiero mucho Ilkiushka, me echo uno a tu salud!

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