Life With Out Limbs.

“Amazing Grace, how sweet the sound, that saved a wretch like me, I once was lost but now am found, was blind but now I see…” –Amazing Grace.  
Llevamos media hora de estar sentados en la segunda fila, frente al escenario, la iglesia se ha comenzado a llenar repentinamente, hemos viajado durante una  hora y media, atravesamos de norte a sur la ciudad,  para poder lograr esas sillas. Son las ocho treinta de la mañana,  impaciente (como lo soy desde siempre) veo el reloj, deseando que comience por fin la actividad, no soy una mujer que pueda durar más de media hora sentada en una silla,   pero la información en el folleto es clara: nueve de la mañana.

Mi hermana está regresando,  fue a comprar el DVD: “Life With Out Limbs” que venden en la entrada,  pero su rostro luce pálido y sus ojos están ahogados en lágrimas, asustada le pregunto “¿qué pasó?” me contesta “es que lo vi, allí está en la entrada, ¡lo abracé!”, “¿lo tocaste?”, “sí, pedí permiso en el mostrador, está por entrar a la iglesia, ¡sentí en mi corazón la necesidad de abrazarlo y me dejaron!”.

Instantáneamente comienza la alabanza, un grupo de jóvenes se apodera del escenario, cantan también de adoración, por uno de los costados entre las  bancas, veo aparecer al joven de 27 años de edad, australiano, sentado en una silla que controla con uno de sus pies, luce una camisa celeste y un pantalón negro, me es imposible dejar de verlo, así es que lo sigo con la mirada hasta que alguien lo baja de la silla y lo sienta en una convencional, en la primera fila, justo a cuatro metros de donde nosotros estamos sentados, mis lágrimas salen descontroladamente,  un nudo de sal se derrite en mi garganta, allí está Nick Vujicic, sin brazos y sin piernas, pero no solamente lloro yo, las personas que están alrededor también lloran.

No lloro por sentir pena por él,  lloro por  la pena que siento por mí, en ningún ser humano he visto unos ojos que reflejen la paz interior que tienen los suyos y eso  me desarma, su fortaleza, sin hablar una sola palabra ese hombre  demuestra su  fuerza, su coraje, su valentía, su  fe en Dios, su sola presencia irradia luz, un brillo en sus pupilas que prueba que nada es imposible, que bajo la tormenta hay paz, que hay esperanza   sin importar las  circunstancias de vida.
En pocos minutos sube al escenario, la concurrencia se pone de  pie y aplaude, hay gente llorando por doquier, un pequeño video  es expuesto como introducción, allí lo mirás: nadar, correr, lanzarse clavados  desde un trampolín, saltar cuerda, una visita a una cárcel y cómo detrás de las rejas los presos ansiosos sacan las manos para tocarlo, y él sin brazos ni manos, acerca sus hombros como muestra de agradecimiento.

Está de pie sobre una mesa de madera, a un costado mirás una Biblia que utiliza para leer un párrafo de algún Salmo, y así comienza su testimonio de vida, su prédica. Algo en mi cerebro no me  permite asimilar cómo un ser humano en sus condiciones físicas, puede movilizarse  con tanta agilidad, su rostro es el de un chico guapo, pero ves hacia abajo y no encontrás los brazos, las mangas de la camisa están dobladas hacia adentro, como la esquina de una caja que envolvés con papel de regalo, seguís viendo hacia a abajo y encontrás un pedazo de pantalón sin mangas, de donde sobresale un pie mientras que el otro no lo lográs ver porque no está en las mismas condiciones. ¡Un Ser sin extremidades inferiores ni superiores, pero camina!

Allí está Nick,  caminando de un lado a otro de la mesa, contado su origen, de su familia,  de su infancia, adolescencia,  y su vida en Estados Unidos pero más que todo, dando el testimonio de que hay un Dios que cumple sus promesas. Cada etapa fue  sumamente difícil,  en la escuela: con los niños que se burlaban de su condición,  en la adolescencia: con las patojas que le gustaban pero que lo ignoraban por ser diferente, por su capacidad especial.

¿Alguna vez vos te sentiste diferente? ¿Rechazada –do?, ¿qué sentiste?, ¿dolor, inferioridad, rencor? ¿Qué sentiste? ¿Alguna vez despreciaste a alguien por  cómo lucía su físico? ¿Por  tener una capacidad diferente a la del resto de los mortales?
Y es que los humanos, vemos lo de afuera –y es nuestro principal error- y Dios ve lo de adentro. Es por eso que Él nos ama tal cual somos, sin reservas, sin límites.

Las circunstancias: te imaginás la vida de una persona en las condiciones de Nick, lo primero que  le vendría a la mente a cualquier persona sería el suicidio, el sentimiento de derrota y de inferioridad ha de ser enorme,  cómo se puede probar que en la vida que sos capaz de hacer todo lo que  tengás planeado, que no hay  imposibles, que no hay límites para explotar tu talento, ¿cómo si  sos un Ser sin extremidades? ¡Pues él lo hizo! ¡El fue a la escuela, el practicó deportes, él viaja alrededor del mundo exponiendo, contando su testimonio de vida! ¿Y cómo lo logró? ¡Aceptando primeramente en su corazón que nada   es imposible para Dios! ¡Se aceptó tal cual es, y también aceptó que fue hecho de esa manera porque es un instrumento de Dios!

¿Alguna vez te has levantado por la mañana  te mirás en el espejo y observás  en el reflejo el rostro de la derrota? Yo sí, muchas veces. He sentido la soledad entrar en mi cuerpo y apretarme el cuello lentamente hasta lograr sofocarme y robarme el oxígeno,  entonces  lanzo manotadas desesperada para tratar de atraparla, pero es invisible, no tiene cuerpo, pero duele sentirla en el corazón.

Una vez hablando con mi Nanoj por teléfono le dije:”mama me siento sola, ¿vos nunca has sentido ese frío en tu interior?” me contestó con una risotada “a vos lo que te urge es casarte y tener hijos ya vas a ver que con eso se te quita”. Por varios segundos no reaccioné, pensé que tal vez sí tenía razón, que lo que me faltaba era casarme y tener mi equipo de fútbol y llevarlos a entrenar…  pero la soledad que hay en mi vida, no es de ese tipo,  sé que  aún casándome y pariendo niños, la situación no va a cambiar si yo no acepto en mi corazón cambiar las circunstancias y mi forma de ver y aceptar la vida. Estoy en ese proceso. Aceptar que Dios no se equivoca, que su plan es el que importa no los que nosotros tengamos para nuestras vidas,  siempre, siempre, será mejor el suyo que los nuestros, aprender a aceptar eso es lo que nos crea conflicto interior y que genera las tantas consecuencias a nuestras vidas entre ellas las enormes depresiones.

Allí sigue  Nick relatando sus experiencias de vida y la forma en que ha solventado las circunstancias, y lanza una pregunta a la concurrencia ¿qué nos ha costado más  trabajo lograr en la vida? Y nos sugiere que pensemos en eso algunos segundos.

Inmediatamente vinieron a mi memoria las imágenes y la sensación del sereno que  abriga la madrugada de los días en Guate, pum, pum, pum aterrizo en la estación de  buses de  Ciudad Peronia,   el reloj marca las cinco de la mañana con quince minutos, toco las bolsas de mi pants y no tengo dinero para abordar el autobús, me rasco la cabeza en un acto desesperado,  elevo los ojos al cielo y le digo a Dios: “heme aquí otra vez, quiero ser maestra”.  Él me envía las señal  y la orden que  inmediatamente acato, subo en carrera de nuevo a mi cuadra, a esas horas de la madrugada, les toco las puertas a  las  vecinas, para que me presten cinco quetzales para el autobús y les prometo que en la noche se los devolveré. 
Vuelvo a  bajar en carrera a la parada de buses y  me trepo a  la camioneta que ya está arrancada, hay muchas posibilidades de abordar el autobús y no pagar el pasaje, la mayoría de choferes saben que mi hermana y yo somos las dos heladeras,  que somos hijas de fulano, siempre ofrecen no cobrar, pero siempre nos negamos a recibir ese tipo de favores.
Me bajo cerca del  mercado La Placita,  allí compro dos bolsas de naranjas, cuatro onzas de pepita, sal y chile,  a la hora del recreo me encargo de pelarlas y venderlas a los compañeros, por la noche ya tengo los cinco quetzales que presté y cinco más para el  pasaje del siguiente día, también dos bolsas de naranjas  para revenderlas de igual manera. – Si Dios da de comer a la aves del campo…– Mi hermana mayor  -como siempre- echándome el hombro, sacando fotocopias en el trabajo –con permiso- para que yo las venda a mis compañeros, con la oferta de los tres centavos menos de lo que cobran en la fotocopiadora de la esquina, ese dinero, sirve para comprar  mi almuerzo: un aguacate un manojo de rábanos y tres tortillas; y así durante tres años, contra todo pronóstico logro ser maestra de Educ. Física. Esos tres años han sido la prueba más fuerte que he superado en la vida,  los 7 años de destierro no se comparan con aquellas penurias.  Nunca he olvidado que en aquellas madrugadas quien nunca me dejó claudicar fue Dios, el único que confió en mi capacidad, en mi entrega y en mis sueños, nunca he olvidado que Dios ha guiado mi vida, pese a mí misma.

Recuerdo cuando en las noches después de la escuela –que es de 7 de la mañana a 6 de la tarde- llegaba de estudiar a las nueve de la noche y  me sentaba en donde hubiera sitio a hacer los deberes, a tratar de entender y memorizar todo aquello apuntando en los cuadernos, me daban las tres de la  mañana; ni una sola palabra de aliento, una caricia, un abrazo.  -Salvo  las de mi hermana mayor que siempre ha confiando en mis capacidades más de lo que yo misma-. Esas carencias afectivas  las he llevado a cuestas toda mi vida, esa sensación de soledad es la que me abraza en las mañanas, en los días soleados y en los de lluvia perenne. En aquel tiempo no logré solventarlo, era tanta mi precisión por lograr graduarme -y demostrar a mis papás que aún en la adversidad yo era grande- que la verdad todo aquello se fue quedando en algún lugar de mi  interior, ha sido en el destierro, en la lejanía, que he logrado ir sacando a empujones todo ese malestar, poco a poco estoy sintiendo lo liviano, el aire fresco, la brisa y la luz.

Una ola de aplausos me sacude y me saca del mar de recuerdos en los que  estoy flotando, me  sacan de la reventazón y me llevan a la orilla, de nuevo la voz del orador, me regresa al presente,  lo observo: con su pie hojea las páginas de la Biblia, en busca de un versículo para leer. Lo escucho gritar ¡Dios no se equivoca! ¡No hay adversidad imposible de superar! ¡Ni obstáculos, ni miedos, ni derrotas, ni circunstancias!¡Para Dios nada es imposible! ¡Todo en tu vida tiene un propósito! ¡Vos sos un  propósito de Dios! ¡No hay ningún cáncer ni enfermedad terminal que pueda acabar con tu vida si Dios así no lo desea! ¡La fe, la esperanza, la confianza, creer en Él y en  los planes que tiene para tu vida!

“I can almost see it, that dream I´m dreaming but, there´s a voice inside, my head saying, you´ll never reach it, every step  I´m taking , every move I make feels, lost with not direction, my faith is skaking  but I, got to keep trying, got to keep my head held high…” -The Climb.     

Believe, below and become…   son las palabras que Nick utiliza para hablar de Dios,  de quien  le ha demostrado que sus promesas son cumplidas,  del Creador que   lo tiene sobre esa mesa, como expositor, mensajero, como testimonio de que la Victoria se  logra no cuando las circunstancias cambian, sino cuando vos hacés cambiar las circunstancias, cuando te levantás de donde estás, cuando lográs ponerte de pie y enfrentar cualquier imposibilidad, si tu confianza en Dios es inquebrantable, Él te demostrará que los imposibles son posibles.
Pero  no confundamos, nosotros podemos cambiar lo que está en nuestras manos, en nuestro poder, pero el resto no, de eso se encarga Dios. Eso me recuerda en una ocasión en la que discutíamos mi hermana mayor y yo, los clavos familiares, exaltada le pregunté: “si hay un mandamiento en la Biblia que dice: honra a tu padre y a tu madre, ¿por qué no hay otro  que diga que los padres deben de honrar a los hijos? Me contestó con su tranquilidad de siempre: Negra, porque de eso se encarga Dios. 

¿Podré cambiar ese sentimiento, la sensación de soledad que habita en mi interior? ¿Ese  hielo que me congela por dentro? Pienso que sí, he subido muchas montañas, he caído y  me he levantado infinidad de veces,  la soledad es un obstáculo más, pero no invencible, insuperable. Faltan muchos por enfrentar. Nunca he olvidado que soy una mujer bendecida, que  lo que he vivido  ha sido necesario para fortalecerme, para prepararme para afrontar la siguiente grada. Siempre he dado gracias a Dios hasta en los  días más oscuros de mis existencia. Tengo una promesa del Creador, Él me trajo hasta donde estoy, Él me tiene aquí, la jornada no ha sido fácil, pero sé que Él no se equivoca.

Ver y escuchar a Nick me ha inspirado… en muchas maneras, como mujer, como ser humano, como hija de Dios.
Nick cierra su exposición con una frase muy popular que todos hemos escuchado o leído en algún momento de nuestras vidas: nadie sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta.

¿Y a vos qué te hace falta intentar?
“Enciende una luz  y déjala brillar, la luz de Jesús,  que brilla en todo lugar, no la puedes esconder, no te puedes callar, ante tal necesidad, enciende una luz, en la oscuridad”. –Enciende Una Luz.
Ilka Ibonette Oliva Corado.
24 de octubre de 2010.
Estados Unidos.

2 comentarios

  1. Estimada Ilka: Una vez más te digo que te admiro como persona. Eres una buena escritora y posees una sencibilidad extraordinaria.
    Te deseo lo mejor, Chente.

  2. Hace mucho tiempo que vi este video, me impresionó, y si… se me salieron las lagrimas, este hombre nos da un ejemplo de como nacer en un pais avanzado, aunque sea sin pies ni manos, uno se puede superar, este hombre ya es millonario.

    Me puse a divagar de que en nuestros paises los niños con ciertas deficiencias son practicamente tirados a la basura, nuestras instituciones mentales estan completamente saturadas, no hay un proyecto de vida para gente discapacitada en Guatemala. Por supuesto la Teleton vino a ayudar muchisimo, sin embargo se a vuelto una total burocracia, trabajar en la Teletón es una buena oportunidad, se puede ganar buena plata, ahora sobre los «enfermitos», si… alli estan una terapia, una silla de ruedas, y que les vaya bien.

    Aunque este Vujic… o como se llame, nos haga llorar, sentir mal… la realidad vimos el video, y luego vimos otro tan insensible de como un perro anda en bicicleta, y se nos olvido que onda…

    Como estaria esete Vujic, si hubiera nacido en Joyabaj???

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