Cuando las orugas se convirtieron en tres hermosas mariposas.

Las conocí hace cinco años, y gracias a Dedé la cume de las cuatro hermanas Mirabal, porque ella decidió hablar y contar la historia a Julia Álvarez para que esta con sus letras deshilara la cruel realidad que vivieron hace cuarenta y nueve años las tres mariposas de Salcedo; municipio de República Dominicana. Gracias a ambas porque con su ayuda pude sumergirme fascinada en: El Tiempo de Las Mariposas.

¿Cómo fue el encuentro? De la siguiente manera: en una feria del libro organizada por la librería Girón, debo de aclarar que en el estado solamente hay dos librerías latinoamericanas, y son de dueños mexicanos, entonces te es muy difícil encontrar libros de escritores que no sean nacidos en ese país, ilusoriamente me fui en busca del brasileño autor de El Zahir; pero no tuve suerte. Ahora los encargo en Borders o en Amazon.
Pues estoy en la feria: es una carpa gigante parecida a las de circo que colocan durante cuatro días en el estacionamiento de un centro comercial en el sur de la ciudad, lugar en donde radica la mayor parte de la comunidad mexicana. Casualmente me encuentro con el libro en una vieja estantería mientras busco otro: Veronika Decide Morir, de Paulo Coelho, pero el nombre: En El Tiempo de las Mariposas me distrae en el instante. Veo que lo ha escrito una mujer. Me encanta leer a escritoras más que a escritores, mi favorita y de quien me he enamorado con locura : Isabel Allende, desde que leí Paula y Mi País Inventado me compré su colección y he descubierto (como buena fan) que tenemos el mismo nostálgico deseo y una urgente necesidad inexplicable de expresar los gritos desesperados que brotan del corazón. Ella ha sido amiga fiel en el tiempo que llevo de vida de golondrina migratoria; lejos de las palmeras de Escuintla.
Lo tengo entre mis manos, leo nuevamente el título: En el Tiempo de las Mariposas… Pienso mientras lo hojeo: ¿Cómo será el argumento para que la historia lleve éste título? Me enamoro de el, y resulto comprando ese y dejando a Veronika con su decisión de morir, sé que Paulo lo no la dejará, sé que la sentará a Orillas del Río Piedra… para que llore y revoque la decisión. Así que espero encontrarla fuera del manicomio, junto a su pianista y viviendo las mieles del amor en las ruinas de la catedral.
Por instantes me introduzco entre las páginas y viajo a través de la pluma de Julia, me veo en República Dominicana de los años sesenta, siento la feroz necesidad de convertirme en activista y exigir junto a Minerva, Patria y María Teresa Mirabal un alto a las atrocidades del violador que tienen como presidente. Tengo sus sueños de juventud, sed del cambio, hambre de justicia. Deseo de superación. La sangre hierve. La opresión obliga a sucumbir, pero ellas se niegan a caer de rodillas ante los pies de: “El Jefe”, “El Generalísimo”, “Chapita”, “El Chivo”. El tirano dictador Rafael Leónidas Trujillo. Se revelan, me revelo junto a ellas, manifiesto en las calles, reparto volantes junto a María Teresa, participo en las reuniones clandestinas de la Agrupación política 14 de junio. Presto mi casa al igual que Patria para que escondan armamento. Soy una de ellas y de golondrina escuintleca sufro la metamorfosis de convertirme en mariposa dominicana.
Me devoro el libro en dos noches, no puedo dormir, pienso en la manera brutal en la que fueron asesinadas. Una semana después compro la película que lleva el mismo nombre. Me quedo con la duda, quiero saber más del tirano, y me compro de Vargas Llosa: La Fiesta Del Chivo (aún no puedo conseguir la película).
Ya hace cuarenta y nueve años de la muerte de las hermanas Mirabal y hace diez que fue establecido gracias a las Naciones Unidas y el voto aprobatorio de sesenta países el 25 de noviembre (en honor a sus muertes) como el: Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer.

Así conocí esa parte de la historia. En el presente conozco a muchas mujeres que han sido víctimas de la violencia; de esposos opresores, hermanos déspotas, papás abusadores, jefes acosadores, amigos machistas, novios maniáticos, y desgraciadamente de algunas mujeres que yo les llamo “mujeres machistas” con eso de la cadena de los patrones de crianza incrustados entre la médula: pero ese es otro paisaje.

Hay tantas formas de concretar una violación que enumerarlas resulta difícil.
En un día como hoy pienso en Isabel y Maribel, hermanas salvadoreñas la mayor de 23 años se casó con Lacho un guatemalteco de 35 años, y para no sentirse sola se llevó a vivir con ella a su hermana menor de 15 años. Pero como nadie sabe lo que pasa en la intimidades de un hogar, resulta que cinco años después cuando la esposa está a punto a decapitar de un machetazo al esposo mientras duerme la otra sale a pedir auxilio; es en ese instante en que los vecinos nos enteramos que el abusador se acuesta con las dos, les hizo hijos a las dos, una noche duerme con una y la siguiente con la otra, las golpea, por esa razón es común verlas con los moretones en los rostros. Las amenaza con quitarles los niños y mantiene su pistola abajo de la almohada. Esa misma noche con la ayuda de los vecinos parten hacia El Salvador con todo e hijos, ya nunca volvimos a saber de ellas.
En este instante viene a mi mente desde Francia la carta que me escribe Aura una patoja de 35 años, mamá de dos niños, esposa, tuvo que escapar de las garras de un esposo opresor y agresor, pienso en esos días y noches en que es humillada, prácticamente torturada en manos del hombre que un día amó, pienso en ese mundo que se le derrumba constantemente, la veo perseguida, siento sus desvelos, su ira, vivo su decepción, respiro su miedo, pero hoy en día también gozo la paz que encontró en Francia, la tranquilidad que Dios le ofreció en un país lejano. Se montó en un avión a escondidas, ayudada por un grupo de familiares que vieron en esa oportunidad la única forma en que Aura podía escapar de la muerte. Son unos cuantos de ellos y bajo secreto de estado quienes saben la dirección de su residencia.
Pero la violencia que vive la mujer no tiene nada que ver con credo, posición social, ni color. No tiene rostro. La sufren las doctoras, las amas de casa, las costureras, las millonarias y las que recogen basura en el relleno sanitario de la zona 3, las que viven al nacer las niñas en algunos países de África: la ablación de clítoris. ¿Qué nefasto sadismo de la humanidad es ese? ¿Con qué derecho se atreven a privarlas de la satisfacción sexual que como ser humano les corresponde? Las excusas sobran, se escudan en que es: por religión y cultura. Yo no tenía idea de que esa aberración se realizara, hasta que supe de Waris Dirie la ex-modelo somalí, que la vivió a los cinco años de edad. Es importante hablar aunque en algunos casos la vergüenza nos lo quiera impedir. Gracias a su grito, que hizo eco se ha logrado expresar al mundo la realidad que se vive en una de las de las partes más vulnerables de uno de los cinco continentes. También hay día mundial contra la ablación de clítoris y es el 6 de febrero. Algo debemos de entender y aceptar como humanidad y es que la naturaleza no se equivoca, y esa debe ser ley de vida que se debe de respetar. Pero pienso que a éstas alturas es una simple utopía.
Y cuando hablo de que la naturaleza no se equivoca también me refiero a la diversidad sexual; a la forma de expresar el amor de una manera diferente, hablo de esas personas que no viven bajo las normas, (y con esto no quiero tocar temas de religión) y que simplemente en la intimidad son diferentes a la mayoría. Hablo de las mujeres lesbianas como mal se les llama
porque el término sería: mujer homosexual. ¿Por qué no les llamas a los hombres homosexuales, Franciscos, Gerardos? Un día fui a caminar a la calle Halsted; son diez cuadras completitas dedicadas a personas homosexuales, allí encontrás hombres y mujeres caminando de la mano sin mayor apuro, libres, se besan y se acarician como cualquier persona “heterosexual”. Pensé inmediatamente en mis amigas que viven su amor a puerta cerrada en Guatemala, las mirás en la calle de lo más normal, son maestras, licenciadas, amas de casa algunas con hijos, y deben de ocultar su identidad sexual por temor a lo que dicta la sociedad, por temor a perder las amistades, por miedo a ser tachadas de raras, depravadas. No son libres de vivir la magia del amor porque si la vecina las ve, no dejará que sus hijos jueguen con los de ellas, no las invitarán a las fiestas, las ignorarán cuando las vean y murmurarán a sus espaldas. Las despedirán de sus empleos.
Pero si eso no es una enfermedad contagiosa, es más ni siquiera cae en que es un virus como lo de la gripe famosa que anda rondando, no, no, es simplemente tu identidad sexual. ¿Pero quién no te pela hoy en día, seás heterosexual, bisexual y todas esas variaciones que existen desde siempre? La gente de todas maneras habla. Se les acusa de ser anormales y cuando convivís con ellas te das cuenta que son seres vulnerables, tan humanos como los “acusadores”, te das cuenta que aman, que se apasionan, que tienen sueños, que lo único que anhelan es vivir su identidad. Ellos la comprendieron pero quien no lo entiende sos vos. Ese es el detalle. Detesto a quienes dicen: es que cruz, cruz si me encuentro con una mujer lesbiana, guácala, ni como amiga. Y lo hacen a viva voz para que los demás sepan y que quede claro que es una persona heterosexual. No es normal que seás homosexual pero si es tolerante que tu esposo te agreda verbal y físicamente, que tenga hijos fuera del hogar, que tenga amantes, que te jorobe cada segundo de tu existencia, eso sí es normal y aceptable antes los ojos de la sociedad injusta, pero que vos amés de manera distinta sin que con eso le hagás daño a terceros no. No entiendo a la humanidad. ¿Quién dicta lo que debe de ser correcto o no?
Y como no puedo negar la cruz de mi parroquia, en un día como hoy también elevo mis oraciones al cielo, por la mujer migrante, por la que cruza la frontera sabiendo que será ultrajada, utilizada, secuestrada, maltratada y que probablemente si Dios la ampara llegue con vida a su destino, o bien que perezca en el desierto, que se ahogue en el causal de algún río, que caiga desde el techo de algún vagón de tren, que sea utilizada para favores sexuales, (miráte la película Trade con Kate del Castillo es una realidad cruda { como todas las realidades del mundo} el documental de HBO El Camino a Casa y te prometo que te vas a enamorar de Olga: una niña hondureña que viaja sola en tren, tiene 8 años y desea reencontrarse con su mamá en Estados Unidos, miráte la película Sin Nombre, y te vas a dar un colazo en tren desde Tapachula hasta la frontera con Estados Unidos. Todas basadas en la realidad). Pero: ¿Y las que cruzan la frontera entre España y África? En botes, amontonadas entre cientos de hombres, allí mismo por sus propios compañeros son violadas, utilizadas como carnada y las entregan en pago a la gente que vigila la frontera marítima, en muchos casos cuando llegan a España son dadas a cambio de comida, ¡sus propios compañeros de viaje las regalan! ¡Las ofrecen!
Violencia; es las que viven las mujeres en el Oriente Medio, la crueldad en su máxima expresión: la lapidación por adulterio. ¿Cuántas personas comenten adulterio en el mundo? ¿Y para eso se necesitan dos, un hombre y una mujer verdad? ¿Y qué les hacen a los hombres adúlteros? No es que también quiero que los lapiden, porque estoy en contra de eso, pero los castigos o las cuentas las entregás con Dios, nadie tiene derecho de venir a decir qué es lo que debés o no hacer con tu cuerpo. ¡Y mucho menos un hombre!
Violencia y maltrato es que viven las mujeres gitanas, la discriminación más antigua de la nueva era, son discriminadas por los maestros en las escuelas, por sus compañeros de salón y les es muy difícil encontrar un trabajo que las dignifique debido a las mentes cuadradas de personas que se creen de sangre azul.
Discriminación a la mujeres indígenas; simplemente porque son de una cultura diferente en Guatemala. Se les ha olvidado a los ladinos que somos un país, multi y pluri todo, la diversidad es nuestra mayor riqueza, detesto cuando la gente que va al mercado llama de: ¿Vos María a cuánto la medida de tomate? No todas las mujeres nos llamamos Marías, acercáte a una mujer emperifollada que es abogada y decile, ¿Vos María cuánto me cobrás por sacarme de éste clavo con la SAT? ¿Verdad que no? ¿Pero si te sentís con derecho de hacerlo con la más vulnerable verdad? Aprendé a respetar y comprendé que en la variedad está la belleza.
Hoy 25 de noviembre quiero dedicar éstas letras a toda aquella mujer que sufre de abuso, en cualquiera de sus dimensiones, en especial a las niñas guatemaltecas que sufrieron y vivieron la redada (y sufren aún sus secuelas) el doce de mayo del dos mil ocho. La redada más grande conocida en la historia en el país Tata del capitalismo; ¿lugar? Un empresa procesadora de carne (un rastro) ubicada en el pueblo de Postville estado de Iowa, fueron detenidos trescientos noventa y ocho indocumentados, la mayoría era de Guatemala, y particularmente muchos de Calderas, Amatitlán. La historia de su detención es desgarradora como tal, pero aún peor es el estado en que las hacían trabajar. Niñas de trece y catorce años y digo niñas porque adolescentes les queda grande para el tipo de trabajo que eran obligadas a realizar en un rastro de dueños judíos. Trabajar más de doce horas diarias, sin descanso y solamente veinte minutos para almorzar, la mayoría de ellas tenía horarios del último turno es decir entraban a las siete de la noche y salían al siguiente a las siete de la mañana. (Podés ver el documental en construcción que está realizando el productor de El Silencio de Neto, Luis Argueta, entrando en su dirección en Internet

www.abusedthepostvilleraid.com te prometo que tu sensibilidad despertará y vivirás de cerca su realidad, sentirás en tus tobillos los grilletes electrónicos).

Quiero decirles a esas niñas, soñadoras, hermanas de país y de género, que su realidad es la mía y es la de muchas mujeres del mundo entero. En éste preciso momento en el que escribo estas letras cientos de mujeres están muriendo alrededor del planeta victimas de la violencia, y al igual que vos mientras estés leyéndolo otras miles estarán siendo enterradas como xx en alguna fosa común en las entrañas de ésta madre tierra.
25 de noviembre: es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, en éste instante me proclamo a través de las letras; pero debemos de trabajar todos los días del año para erradicar y cortar de raíz las injusticias que comienzan en nuestro propio núcleo familiar. Solamente así daremos al mundo hijos e hijas con ideas consecuentes y criterios amplios, solamente en el calor del hogar podremos crear generaciones de personas que comprendan que los géneros no son diferencia sino unidad. Que la violencia debe de quedar como reseña nada más. Quizá soy una soñadora utópica respecto a éste tema, pero quiero seguir soñando y mantener la ilusión de que algún día la vida sea justa o mejor dicho que nosotros seamos jus
tos con ella.

Ilka Oliva Corado.
25 de noviembre de 2009.
Estados Unidos.

2 comentarios

  1. Ilka muy bueno tu articulo; excelente ! ! ! . . . bastante amplio en su contenido hacia las vejaciones que sufren muchas mujeres en pleno siglo XXl al rededor del mundo (nada para orgullecerse). Aunque es un tema cotidiano; vale la pena refrescar la memoria de quienes de una u otra manera hemos estado involucradas en la educacion de los hombres; las mujeres; somos madres, hijas, esposasas, hermanas y somos quienes tenemos a nuestro alcance por naturaleza (ya tu lo escribiste en tu articulo la naturaleza no se equivoca) el transmitir valores y ensenanzas a los hombres del mundo, tenemos una noble funcion en nuestra vida y es ensenarles a valorizarse, amarse y respetar para que despues ellos lo hagan con sus madres, esposas, hijas, companeras de trabajo, jefes (muchas veces mujeres); amigas et.,etc., ect.; y toda mujer con la que se relacionen durante su paso en esta vida que es muy corta. No es facil romper esquemas culturales repetidos (desafortunadamente algunas veces es adoptado como cultura nos guste o no) por decadas pero tampoco es imposible. Gracias por tu precioso articulo y especialmente porque es la primera vez que recibo tu blog en mi correo y me parece muy rico en informacion.
    Lina Mendoza
    U.S.A

  2. Querida Ilka: Ha sido triste la vida de la mujer a lo largo de la historia y lo sigue siendo en sus múltiples facetas. Me solidarizo con esta lucha. Te admiro y te deseo lo mejor.
    Ilka, por lo que más quieras dedicarte a escribir novelas, tendrás éxito.
    Un beso, Chente.

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