Crónica, tushte, casaca de un desfile centroameriano chapucero.


Es 15 de septiembre, me levanto realizo el acostumbrado ritual matutino antes de irme a trabajar, enciendo mi teléfono celular, vaya sorpresa, tengo un mensaje de voz, lo escucho: Negra, la pedimos en especial para vos, son las doce de la noche acaba de entrar la antorcha al colegio, aunque estés lejos, aquí los de la manada seguimos esperando tu regreso… se escuchan saludos, gritos, vitoreos y de repente me dejan sola, en compañía de la inconfundible melodía de El Grito… la escucho muda, con la piel eriza. Me voy a trabajar.

Durante la semana me he encontrado con artículos interesantes respecto al tema de independencia, en Prensa Libre y elPeriódico, en el primero por ejemplo una entrevista realizada a Dante Liano, en el segundo con la crónica requetedetallada de Méndez Vides, en la que desmenuza las ínfulas frustradas de un desfile de independencia, realizada por colegios atiburrados de patojos ignorantes.

De repente leo en un correo electrónico la queja de una pobre ciudadana, en la que deshila las arbitrariedades del desfile realizado en Santa Ana Huista, Huehuetenango, cuenta que la música ranchera y canciones en un idioma inglés eran las que amenizaban la actividad, mientras que la marimba, la tenían reculada en alguna esquina, para que no llamara la atención. Me dolió, esa si me encachimbó, porque bueno lo de los patojos asoleados hijos de riquillos capitalinos, ya se sabe que nadan en su ignorancia y entre lucirse y pavonearse se conjuga su mundo. ¿Pero que en Huehue, arrumen una marimba y en su lugar se escuchen las rancheras por favor?
Así que daré paso a la pato aventura vivida por José “Chepe Huludo” Martínez en el desfile centroamericano de independencia (codependencia diría un mi cuate) realizado en la ciudad de los vientos. Para que veás que no solo en Guate… Aquel recién llegado a la ciudad, proveniente del desierto de Arizona (se aventó por Napo, Sonora para caer a Douglas Arizona) aún con la piel tostada como garrobo y las pelusas de las tunas apiñadas en su piel, los nopales y cactus le hicieron trizas la travesía. Mientras conducían para llegar al punto de encuentro las bocinas del automóvil retumbaban con: Mojado, sabe a mentira tu verdad, sabe a tristeza la ansiedad, de ver un freeway y soñar con la vereda que conduce hasta tu casa… aquellos mojados también no les queda de otra que fungir como anfitriones y chapucean como guías de turistas, intentaron llamar a Seguetas, pero se negó dijo que para ver otro desfile de esos, mejor se iba a ver a los primos, y así lo hizo de fue con su familia al zoológico de la ciudad. (Vos pensabas a la Aurora va… pero aquí también hay micos negros).
A la descarriada hija fecundada en alguna de las fincas de José Alfredo Jiménez menos, ya vas cuándo va, aquella más arrecha chapina de nacimiento pero mexicana de corazón, se las compuso para cambiar su día de trabajo, y el quince a media noche se unió a la efervescente masa humana que se aglomeraba en el Millenium Park para realizar el grito, (pero ya vas que el nuestro) y a todo pulmón junto a las sopotocientas almas, gritó: ¡Viva México! En video fue captada, andaba puesta una su blusa verde de flores blancas, y el pelo rojo pintado a puro spray en la euforia del momento.

Chepe Huludo,va huludo de verdad, no de balde el apodo, porque de entrada la carátula del desfile no pinta para ser buena, aunque le dice uno de sus amigos que: já, hubieras visto el año pasado, por poco me dá el soponcio, manejar tanto para ver carros nada más, así pelones, sólo con rótulos de negocios.
Pasan las reinas de belleza, güiras que medio mastican el español, que de los países de sus Tatas saben nada más el nombre, (ya vas que te canten La Sanjuanerita) en el espacio cedido a Guate, se ven desfilar señoras bien pintarrajeadas de los choreques, disfrazadas con trajes típicos, con la colochera pintada adornadas con rayitos, luzazos, reflejos, rayos, truenos y todo eso que se hacen de balde en las crines. Le llama la atención ver a dos niñas gringuitas vestidas con esa indumentaria, mirá esas gringuitas siempre vienen, lo que pasa que una doña guatemalteca trabaja de niñera en su casa y los papás encantados siempre asisten, les gusta la cultura de Guate.
Lo cómico, aparece en un instante, cuando cuenta seis motos, dos bicicletas y una patineta, encaramados vienen tipos enclenques, con playeras negras, y atrás la bandera de Guate, enganchada en el cincho del pantalón. ¡…uta ma…! ¡El remedo de La Caravana del Zorro en Chicago! ¡Papo vos! Eso se hace para el día del Señor de Esquipulas, dice Chepe Huludo y esos; ¿no sabrán la fecha pué? Acto siguiente, en lugar de los hombres con timbas cerveceras y bigotes de brocha, (del año pasado) colocan a unas patojas según ellos culitos… pero al contrario eran paletudas guindadas de las sillas de unos caballos espectaculares, de esos que marchan coquetos, preciosos, aquellas pobres como que fueran montadas en aparejo, con las piernas más tiesas, (como las paletas que sirven para mover la masa) sombreros que más grande el difunto, y la inmensa manta que anuncia a las representantes de la hermana República Popular de Zacapa ¡chis la mierda! ¡Pasáme la 45 ahorita la voa descargar!¡Y Nito y Neto on tan? Calláte Chepe van a dar que sos de allá hombre vos si que la jodés…le dice uno del grupo. Y como fondo musical duranguense. Del pisto invertido para el alquiler de las bestias mejor hubieran hecho cooperacha y mandarlo a Guate, para ayudar con la hambruna… pero cómo no, porque de Zacapa tenían que ser, cuando tratan de entrevistar a una de las jineteras… resulta que no habla español, ¡Para tío Chema hubiera estado bueno!

Chepe Huludo se enteró que en la ciudad hay varias organizaciones culturales guatemaltecas, y realizan eventos seguidos en los que obvio cobran la entrada y te venden hasta el aire que respirás, ya estando dentro del recinto, entre ellas las famosas marimbas, instrumento que interpretan muy bien algunos güiros que son la atracción de los adultos, porque son hijos de guatemaltecos nacidos aquí pero que lo único que les gusta es el aplauso para aumentar su Ego, porque l@s isht@s les hablás en español y te ignoran, o les hablás de Guate y se hacen los desentendidos. Allí iban desfilando regalando volantes informando de las actividades a realizarse durante los siguientes meses, pero y si es cierto que trabajan para la comunidad, ¿por qué no alquilaron una plataforma y se encaramaron con todo y marimba a interpretar canciones como Luna de Xelajú para consentir los corazones nostálgicos de los paisanos? No, ¡Dios guarde! Todo lo que sea pa´fuera no conviene al contrario como el azadón…
Ya cansados de la asoleada ven aparecer un carro de doble tracción, un pick-up topado de salvadoreños, así lo supo porque la manta que lo cubría lo decía: ¡somos salvadoreños! Y esa fue la carroza que se presentó en el desfile y punto. Belleza son las patojas panameñas con sus trajes multicolores bailando al son que tocan los timbales, al final fue lo que le dejó a Chepe un rico sabor de boca mejor dicho de hule.

En la tarde jule canelo todo aquel bacanal a celebrar el picnic centroamericano, el pobre grupo de Chepe Huludo ya deliraba viendo pasar los tamales y todas esas galguerías típicas, cual fue su sorpresa que al llegar hay de todo menos comida típica, al contrario las cervezas Corona abundan, las ventas de playeras de equipos futboleros europeos, se mira mara con playeras del América y resulta
que las cerchas son guatemaltecas ¡por la gran chucha! ¡Qué salación! ¡…uta eso si es estar en la vil lipidia! Abundan los tacos, las fotos, la pista de baile improvisada hormiguea con mara quemando las calorías que se acaban de zampar con tanta cerveza y chorros de grasa.
Cae la noche se las pelan, a buscar a la culpable para grabar la prueba de su traición, la encontraron con su pelo rojo, a lo lejos yo la escuchaba gritar mientras Chepe Huludo me contaba a boca de jarro y con su léxico de carretero… la crónica de un desfile centroamericano chapucero.

Pero como me decía un amigo cuando le pregunté de la mala organización de la actividad de independencia: se hace lo que se quiere, no lo que se debe. …

Ilka Oliva.


Viernes, 18 de septiembre de 2009.
Estados Unidos.

Un comentario

  1. Ilka como siempre es apasionante leer sus artículos, el relato del desfile chapucero no me extraña, en verdad es triste observar o enterarse que muchos de los «paisanos» cuando venimos a vivir a «la jaula de oro» ( como dirían los Tigres del Norte ) adoptan costumbres y posturas que naa que ver (diría mi buen amigo Aldo Bonilla ) Y que en Guate ya muchos se crean mexicanos peor!!!, pero en parte no podemos criticarlos porque solo vasta ver la invasión que ha tenido Mexico con toda C.A. a nivel comercial y por ende poco a poco a nivel cultural.

    Quiero decirle que soy graduado del Colegio San Sebastian el cual está en la capirucha y no por ser graduado de allí me considero un ignorante al haber participado de muchos desfiles, lo que pasa es que para quien no está dentro de ese ambiente de marchas y demás pareciera que es una pendejada…. aunque usted podría decir: » al que le quede el guante…» pero generalizar que los que alguna vez formamos parte de un desfile somos todos ignorantes tambien creo que no es justo. Ahora bien de que la ignorancia es un mal que nos aqueja hasta altos niveles del gobierno actual y nos apendeja en algún momento ver que pendejos fuimos al votar por ellos, tampoco se lo niego.

    En fin, me gustó su artículo pero creo que han habido otros mejores, con el respeto que me merece.

    Saludos desde la ciudad espacial.

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